2| MY ONLY HERO ||teen wolf [ᴍᴏᴅ]

10. Cosas indebidas en un club gay

10. Cosas indebidas en un club gay.

Invitado especial:  Noah Centineo. (Multimedia)

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Samantha

¿Recuerdan cuando dije que tenía llamadas perdidas? Pues era Danny pidiéndome para que lo acompañe al club que iba él porque se enteró por medios clasificados que su exnovio estaría allí. Y el pobre no lo había superado del todo. Necesitaba una amiga. Así que, como buena persona que soy, accedí. Scott y Stiles estaban ocupados buscando al Kanima y a mí me serviría para distraerme.

Claro, todo esto sin saber que horas más tarde Danny estaría con mi casa con prendas de vestir a cada lado de sus brazos. Había del lado izquierdo un vestido blanco y al otro un conjunto de remera negra de espalda descubierta y una falda bordo suelta.

—Elige uno y vámosnos.

—¿Y si me uso algo mío? —Dann me miró de pies a cabeza sin ser ni un poco disimulado. Fruncí el ceño, lo imité y me encontré con una remera holgada de Bob Esponja, (Sí, tengo mucho de él, YOLO) y un short de jean blanco.

—Mejor no —le hice cara de pocos amigos y observé en detalle las dos opciones.

Como soy insegura e indecisa, le mandé una foto de cada elección a las chicas y me ayudaron a optar por el conjunto. ¿Falta de personalidad? Tal vez pero no tomaba buenas decisiones cuando se trataba de ropa.

Es decir, hasta Danny me ayudó a maquillarme. Oficialmente soy una desgracia para la mujer común.

—No tengo arreglo, Dann —Lo miré y me di cuenta que estaba decaído—. ¿Qué sucede?

—Es que Ron...

—Dann, Ronald es un idiota. Si te dejó... no es idiota... es imbécil. Estoy segurísima de que hallarás a alguien esta noche. Los gays son muy ardientes. —Cuando conseguí una risa de mi amigo, sonreí satisfactoriamente.

—Eres la mejor, rubia —sacudió mi pelo por lo que reí y golpeé su hombro.

—Lo sé, ¿Nos vamos? Quiero mover el bote.

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Amaba la música de los clubes. Y en especial este, con sus temas electrónicos. Quería bailar ahora. Sólo estaba en la fila y tenía la necesidad de disfrutar de la música. 

¿Tiene sentido eso? Jamás salía a clubes nocturnos. No porque no quisiera sino porque simplemente no me llamaba la atención. Mi cabeza siempre estaba para otras cosas. La escuela, las clases de karate y boxeo (Sí, ya sé que nunca lo mencioné pero voy dos días a la semana, una hora. Eso explica porqué me gusta pegar a la gente *guiño guiño*) y mis amigos con sus necesidades. Nunca se me hubiera ocurrido que el club podría ayudarme a despajar de ese estrés. Para mí, los demás están antes que yo. Sobre todo mis amigos que considero lo más importante que tengo.

Me enorgullece admitir que no estoy tan sola como pensaba. Ahora sé lo que es tener personas en las que siempre podrás contar con su apoyo y consuelo.

Danny me sacó de mis pensamientos cuando puso una pieza rectangular en frente de mi cara.

—¿Qué es esto? 

—¿Qué? ¿Ibas a entrar a un club sin identificación? —Abrí los ojos como platos y llevé mi mirada al plastificado.