2| MY ONLY HERO ||teen wolf [ᴍᴏᴅ]

3. Olfateando Hombres Lobo.

Capítulo 3: Olfateando Hombres Lobo.

Samantha

A la mañana siguiente me sentí rara. Bueno... más de lo común.

Todos los acontecimientos que estaban sucediendo en verdad me aterraban.

¿Por qué Holly jamás me lo dijo? No puedo creer que mi familia, o más bien una parte de ella, supiera de cosas sobrenaturales y no me hayan prevenido nada. Por ejemplo: "Cuidado cuando salgas a la calle, un hombre lobo gigante anda suelto y podrías salir muerta"

Esperen... Eso no se oye bien...

¡Como sea! Ustedes entendieron el punto.

Bajé las escaleras ya vestida. Una remera significativa que decía: "Rebel Or Die" (Y el que no sabe lo que significa se puede ir bien a la c*ncha del distrito); unos jeans rasgados, unas vans y para completar, un beanie negro en la cabeza. Lo sé es obsesión. Soy chica beanie.

Desayuné con Tyler y mi padre, evitando a toda costa la mirada de mi tía. Sin embargo, una vez que dejó la habitación, la conversación familiar trataba de ella.

—Y... ¿Qué les parece Holly? —ambos dejamos de comer. La pregunta nos había dejado anonadados. Miramos a papá, luego entre nosotros y nuevamente a él.

—Es nuestra tía —dije desinteresada en el tema, revolviendo los cereales en el tazón—. ¿Cómo tendría que parecerme?

—No lo sé... digo... ¿Qué les gustaría ver a Holly seguido por aquí?

—¿Más de lo que ya lo hacemos? —pregunté casi con gracia—. Diría que Holly vive aquí, literalmente. A veces es molesto que esté tanto tiempo —reí pero papá no siguió mi gesto.

—A mí me gusta Holly —Tyler es un bebito, apenas tiene 8 años. Estaba feliz, como siempre. Sonriente—. Huele a frutilla y limón.

Sonreí a la referencia de mi hermano y me dirigí a mi padre. —¿Por qué tanta curiosidad sobre ella?

Mi progenitor solo se levantó, sonrió y acarició mi cabeza luego de depositar un suave beso.

—Por nada cariño.

Bien... esto se está volviendo más extraño de lo que era.

Como no tenía auto hasta nuevo aviso, decidí como mejor alternativa ir a la escuela caminando.

Me gustaba pasear por las calles, más con música en mis oídos. Parecía como si estuviera en un musical. En otros tiempos, habría empezado a cantar como desquiciada haciendo el ridículo. Aunque claramente, tratándose de mí, no me importaría en lo absoluto.

Todo iba de lo más normal hasta que vi la casa de Isaac. Paré enfrente de ella y me quité los auriculares, dejándolos en mi cuello.

¿Por qué su padre estaba tan loco como para hacerle daño? ¿Desde cuándo Isaac es golpeado por su padre? ¿Cuándo fue que pasó lo que vi? Me pregunto si el día del baile que canceló conmigo por problemas con su padre fue por exactamente esta misma razón.

Chillé cuando conecté mis ojos con él. Estaba sucio, tenía la camisa rota, al igual que sus anteojos.

—Oh, por Dios —puse una mano en mi pecho, todavía asustada por la conmoción—. Señor Lahey, en serio casi muero de un infarto.

—¿Puedes verme? —intrigó él acercándose. Me dio miedo, así que retrocedí un paso. Su aspecto no me daba confianza y sonaba casi desesperado—. ¿T-tú pue-des verme?