2| MY ONLY HERO ||teen wolf [ᴍᴏᴅ]

4. Misión Imposible: Isaac.

Capítulo 4: Misión Imposible: Isaac.

Samantha

Odio a Derek. Lo odio con todo mi ser. Juro que voy a partirle la carita cuando lo vea. No podía creer lo que estaba sucediendo.

¿Isaac? ¿Un hombre lobo? Por favor, es un bebito. No tiene nada de hombre. Ni siquiera es agresivo.

—¿Por qué creen que Derek elegiría a Isaac? —preguntó Scott al lado de Stiles y yo detrás de ellos. Estábamos en el laboratorio, con Harris.

—Peter nos dijo que si la mordida no te transforma, te asesina. Y tal vez los adolescentes tienen más oportunidades de sobrevivir.

—Ser adolescente no evita que lo encierren.

—Bueno —interrumpí—, sólo lo evita si hay evidencia... -abrí los ojos y me di cuenta-. O un testigo.

Miré a los chicos y el único que al parecer me entendió fue el rapado. Me di vuelta y me dirigí a...

—Dann —enseguida me vio—, ¿Dónde está la serpiente?

Mi amigo gay rodó los ojos.

—Sabes que se llama Jackson.

—Lo que sea. Contesta.

Este suspiró. —Con el director, hablando con sus padres.

—¿Nuestros padres? —Stilinski ingresó en la conversación— ¿Qué? ¿Por qué?

—Tal vez porque vive en frente de la casa de Isaac, idiota —regañé volviendo la vista a la clase.

—Testigo —murmuró Scott.

Stiles asintió. —Tenemos que irnos de aquí.

—¿Cómo?

Sin decir nada, con la idea en mente, antes de que me la robaran, armé una bola de papel y se la arrojé en la cabeza a Harris.

Tantas veces he querido hacer eso...

Varias risas se escaparon y mis amigos me vieron impresionados. Hice señas para que me sigan el juego a la vez que el profesor se volteaba.

—¿Quién diablos hizo eso?

Scott me señaló a mí, yo a ambos y Stiles también a mí... pero después lo codeé disimuladamente y señaló a Scott.

(...)

Sentados en lista de espera para ingresar a la sala del director nuestra "mala conducta". Esto es taan divertido.

Pero bueno. Aprovechando la situación. Miré al rapado un rato. Admiré varios lunares en su pronunciado cuello y al no resistirme acerqué un dedo y le toqué un lunar, sorprendiéndolo.

—¿Qué...?

—Sh. —lo corté y contemplé su rostro— ¿Cuántos lunares tienes?

—Eh... no lo sé... nunca termino de contarlos —admitió casi avergonzado.

Con mis dedos traté de contar uno por uno. Me mordí el labio intentando concentrarme, sintiendo la mirada atenta de Stilinski sobre mí. Sin embargo, cuando lo miré a los ojos cometí el peor error ya que conectamos las miradas.

Y aunque no quisiera, reprimí el impulso de saltar a sus brazos y besarlo tan apasionadamente que me...

¡Esperen! ¡¿Qué acabo de pensar?!

Salí del transe cuando se escuchó la puerta abrir saliendo el padre de Stiles. El rapado inmediatamente tomó la revista que tenía a mano y la abrió "ocultando" su cara.