2| MY ONLY HERO ||teen wolf [ᴍᴏᴅ]

16. ¿Sueño o realidad?

Ni una puta mosca había en la casa. Sólo Lydia que anfitriona yendo de un lado a otro con un plato metálico lleno de vasos de vidrio.

Stiles y Scott recién habían llegado al patio donde se remontaba la fiesta. Por mi parte, estaba al lado de Allison del otro lado de la piscina. Las dos teníamos el vestido que Lydia nos había elegido. No me había maquillado a pesar de que la rubio fresa me lo exigió. Yo era libre de mis propias decisiones así que me puse un poco de labial rosado... Sí, sé que sigue el estereotipo de Barbie pero ¡No había labial azul ¿Okey?

Sinceramente, tenía miedo de lo que podría pasar esta noche. El mal sentimiento en el estómago que no me abandonaba. Era permanente. Lo detestaba pero tampoco podía quejarme. Creo que eso era lo peor. No podía hablar nada con nadie. Stiles ha sido muy paciente conmigo en ese contexto, sentía su mirada muy seguido y por la manera en la que me miraba, sospechaba que él sabía que me sucedía algo. Me aterraba que me conociera tan bien. Y más para cuando no tengo que decir nada.

Suspiré sonoramente. Miré a Allison quién ya tenía la mirada en mí.

—¿Dijiste algo?

—¡Sam! —me regañó.

—Lo siento, ¿de acuerdo? Estoy en otras cosas, ¿qué decías?

—Vamos con los chicos.

Rodé los ojos. ¿Por eso se enojaba? Dios...

A paso firme, volteé y caminé a Stiles y Scott.

—Jackson no está aquí.

—Allison, nadie está aquí —corregí. El rapado asintió.

—Quizá es muy temprano. —aludió Scott sin importancia.

—O nadie vendrá porque Lydia se ha convertido en la loca del pueblo.

—¡Rayos! Me robó el lugar —hice un puchero tratando de hacer una broma y aligerar el ambiente.

Este rodó sus ojos como respuesta,  sonriendo.

—Te ves... muy linda, por cierto —agaché la cabeza, mordiendo mi labio interior.

—Gracias —Allison y Scott nos miraron sospechosos. Tanto Stiles como yo dejamos de sonreír y apartamos la mirada—. Al, ¿Decías?

—Digo que a lo mejor debemos hacer algo porque la ignoramos las últimas semanas.

—Bueno, ella ignoró a Stiles los últimos diez años. —opinó Scott sacándome una risita. Me acerqué a él y exigí que chocara los cinco conmigo. Luego tomé un bocadillo. No había comido en dos horas, moría.

—Prefiero pensar que no he despertado su interés.

—No le debemos su fiesta.

—Vaya —admiré—, chico malo. Tu actitud se me está haciendo muy —acerqué el bocadillo a mi boca de manera provocativa—... atractiva...

Allison me golpeó el codo y mi bocadillo cayó al suelo, boca abajo. La miré enojada mientras oía risitas de Stilinski. Maldita perra celosa.

—¿Y si todo volviera a la normalidad? —cambió de tema inocentamente.

—¿Normalidad? —intrigó McCall.

—No sería la loca del pueblo si no fuera por nosotros.

—Aunque sigo molesta porque tiraste mi comida —me quejé—, hay que admitir que tiene razón. Fue culpa de ustedes dos —comí un bocadillo—, ashéguenlo.

Miramos a Lydia quién parecía dolida acomodando los vasos más prolijamente y Majo trataba de consolarla... tomándose fotos a sí misma.

—Creo que podría usar mi estado de cocapitán para traer a los del equipo de lacrosse.