4.- Es una palabra de hombres.

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Kim Taehyung despertó a las 8:31 de la mañana por culpa de la luz que se colaba por su ventana. Soltó un quejido y sobó sus ojos con suavidad con una de sus manos. Luego, la pasó por su cabello y miró hacia su lado, viendo a Yoonji dormir junto a él. Con su camiseta.

Sonrió al recordar la noche anterior, parando antes de que ambos perdieran la cabeza. Él había acabado solo con la ropa interior mientras que Yoonji aún mantenía esta y la camiseta. Después de eso, Taehyung necesitó una ducha y Yoonji se puso su camiseta para dormir.

—Buenos días... —Dijo la voz de la menor, todavía algo ronca.

—Buenos días, nena... —Murmuró. — Me gustaría quedarme, pero debo hacer algunas cosas antes de la fiesta de esta noche.

Yoonji pareció despertar del todo y recordar algo importante, ya que se sentó en la cama y miró el reloj.

— Mierda...

Taehyung soltó una alegre carcajada y besó su mejilla antes de ponerse en pie para buscar su pantalón. Miró, con curiosidad por la ventana, frunciendo el ceño al ver el coche de su amigo todavía aparcado.

En aquel momento, su teléfono sonó y él se acercó a la mesita, viendo a Yoonji quitándose su camiseta. Sonrió amplio y respondió a la llamada.

— ¿Sí?

Taehyung...

¿Namjoon? ¿Por qué no estás en casa aún?

Escu... ¿Kim Taehyung? Es un placer conocerte al fin

¿Quién coño eres y qué haces con el teléfono de Namjoon?

¡Wow! Qué vocabulario, chico. Primero, soy el Jefe. Y segundo, tengo a Namjoon secuestrado. Tranquilo, no ha sufrido ningún daño, ni Seokjin. Es una palabra de hombres, ya sabes...

¿Qué quieres?

La has cagado, Kim Taehyung. Has tocado algo que es mío.

¿Qu...?

Me muero por tenerte atado en mi silla de juegos, amigo. Ya nos veremos.

Cuando colgó, sintió una mano en su hombro. Se volteó de un salto y vio a Yoonji tras él, quien lucia algo preocupada.

—¿Estás bien?

Taehyung asintió rápidamente y se despidió de ella con un beso, saliendo a toda prisa. Necesitaba encontrar a Seokjin y contarle lo que había pasado.

Yoonji miró al otro irse, y negó. Seguramente, su Jefe no habría contenido su rabia y su temperamento. Suspiró y fue a cambiarse, colocando su ropa negra. Se hizo una coleta y se puso sus botas altas. Después, abrió el cajón de la cómoda donde guardaba ropa interior y sacó su pistola junto a un cuchillo. Guardó las armas, acomodó la ropa y salió de casa.

Había quedado con Mochi en la calle indicada en apenas diez minutos. Por suerte, llegaría antes. Miró el coche de reojo, aliviando su tensión al ver que estaba vacío. Luego, a paso rápido, caminó hasta la casa de su siguiente objetivo y se coló al patio trasero por la valla.

Y allí estaba su amigo pelirrosa, sujetando su arma.

— ¿Como te fue con Taehyung?

—Como se entere el Jefe lo matará.

Jimim soltó una de sus risitas y de una patada derribó la puerta. Ambos, con las armas bien altas, entraron. La casa estaba tranquila, para alivio de ambos. Seguramente solo estaría ahí el sujeto de su próximo asesinato. Un tal Mark.

Revisaron toda la planta inferior, escuchando un ruido en la parte de arriba. Ambos se miraron y Yoonji fue primero. Su pasos eran silenciosos y cuidadosos, sin querer hacer un exceso de ruido. Al llegar, vio a su próxima víctima sentado en el escritorio, mirando un informe.

— Hola, Mark. —La pistola de Yoonji apuntaba a su sien.

Jimin, sonriendo, rodeó la mesa, contento de verle alzar las manos en señal de rendición. El documento quedó a la vista, y pudo ver que era un informe de Wang.

— Interesante...

— Os van a matar a todos... Os van a encerrar y os van a violar en la cárcel.

Ambos sicarios rieron suavemente.

— Tú eres la puta del Jefe ¿no?

Esa frase acabó con las risas de ambos. No porque le llamara puta, sino porque sabía su relación con el Jefe, y aparte, que esa persona existía.

Jimin frunció el ceño, reconociendo al chico.

—¿Tuan? ¿Nos has vendido?

El chico rió de forma demoníaca.

— Cuida bien de tu Kookie, Mochi. No queremos que le pase nada malo ¿no?

—Hijo de puta.

Jimin lanzó la pistola al suelo y se lanzó al cuello de su ex compañero, apretando este. Luego, golpeó con fuerza su rostro, le escupió y mordió, estando fuera de sí.

Y Yoonji no quiso intervenir, ni siquiera cuando Jimin le abrió la garganta con un cuchillo al otro. Por su lado, prefirió recoger todo lo que creía interesante y que le podría servir al Jefe.

— Mochi, vamos.


  🍂 — 

 

— ¿Qué ha hecho Taehyung?

Namjoon había hablado sin darse cuenta, viendo como Hoseok colgaba y se volteaba sobre sus propios pies. Tenía un cigarro en la boca, cosa que él miró detalladamente. Extrañaba fumarse uno.

— ¿Quieres? —Dijo el chico, alzando su cigarro. Namjoon asintió suavemente y él le dio una caja junto a un mechero. — Ha estado tocando lo que es mío.

Namjoon se quedó en silencio, viendo como a Hoseok le comunicaban algo al oído.

— ¿Yoonji?

Hoseok no dijo nada, sino que sacó su móvil y envió un mensaje.

Debes hacerlo hoy, Suga.

  🍂 —  

La mesa de Taehyung estaba llena de informes. Seokjin se había calmado  base de tilas, y él era quien había estado buscando a su amigo, sin éxito. Empezó a desesperarse. Estaba confuso y estresado.

Miró el reloj que había en la cocina. Faltaban apenas 30 minutos para ir a casa de Yoonji y así llevarla a la fiesta. Pensó en no ir y buscar a su amigo, como llevaba haciendo todo el día, pero si el jefe de Jimin y Jungkook era el culpable, tal vez podría enterarse de algo, y así ayudarle.

Con un suspiro, se puso en pie y fue a vestirse.

Min Yoonji (jhs ; myg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora