Capítulo VIII

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Dean.

¿Por qué estás detrás de mi?.

¿Qué me ves?.

Ya dejame, alejate.

Eran frases que solía decirle a ese chico, desde que abarco mi mesa en una de las cafeterías, no podía creer que casi un semestre después éste chico siguiera ahí, habiendo tantas mujeres en toda esta gigantesca universidad, y teniendo a tantas chicas detrás de él. ¿Por qué yo?, ¿Lo hará por molestar o es que realmente le intereso?.

Con decir que ha aparecido en la puerta de mi casa.

He aceptado algunas salidas con él, por el simple hecho de ser descortés y alejarlo, pero es completamente inútil, mientras más grosera soy, más se acerca. Me ha comprando desde dulces y peluches hasta accesorios, creo que medio vestier está lleno de sus obsequios, está bien, exagero, medio no, solo una pequeña parte, no estoy a la venta como para que compre con todo este tipo de cosas.

Dean Smith es el chico hijo de mamá y papá, sí, con dinero y cara bonita, pero no, no caeré en su red, conozco a los chicos así, son tan sucios y asquerosos que solo buscan marear a una chica con todos sus viles obsequios y luego una vez en la palma de su mano, eres chica perdida, y ya saben a lo que me refiero.

Semana y media después, sábado por la tarde, misteriosamente Dean, estaba en la puerta de mi casa con rosas y chocolates, y como no, su porsche panamera estacionado al frente llamando la atención de todos los vecinos como si jamás hubiesen visto un auto.

Acepté salir con él, iríamos a cenar, o por lo menos eso me dijo, pero llegamos a nada más y nada menos qué la casa de la familia Smith.

-Llevame a mi casa, por favor.
-Vamos Nathaly, quiero que conozcas a mis padres.
-¿Por qué?-Exclamé justo cuando guardo el auto en su garaje.
-No está para nada mal que te los presente, ¿o sí?.
-No lo sé, me quedaré aquí -Dije cruzandome de brazos.
-Por lo menos quedate 5 horas, te regreso a tu casa a las 11:00pm.
-No.
-¿4 horas?-Hubo silencio de mi parte-¿3 horas?-Negué-¿2 horas y media?-Junto sus manos e hizo puchero.
-2 horas y 15 minutos-Dije.
-Trato-Este sonrió victorioso, y bajo, para luego abrirme a mi la puerto y ofrecerme su brazo, dude varios segundos y lo tomé, casi en la entrada se detuvo y me miró fijamente.-Sé que piensas qué soy un chico como cualquier otro, pero Nathaly, tengo casi 21, no quiero aprovecharme de ti, realmente eres muy hermosa, me gustaste desde el primer día que tome asiento frente a ti aquel día en la cafetería, no sé si te Atraigo, pero tu me gustas demasiado, mis padres piensan que tengo una novia por todo lo que te he obsequiado y por lo maravilloso que es hablar de ti, no te pido que me digas que si, pero si que me permitas estar contigo estas horas, convivir con mi familia, y demostrarte realmente mis sentimientos, y si tan solo no te agrada en lo absoluto, está bien, pero no dejaré de insistir, no sé por cuanto tiempo sea esto, pero me gustaría que después de todo me dieras una oportunidad, solo piensalo-Besó mi frente y mi mente solo explotó en un gigante "¿Qué?" el cual no exclamé.

Estaba atónita, este chico no me gusta, pero puedo llegar a decir que me atrajo lo que dijo, no me di cuenta en lo que abrió la puerta y ya estábamos en una gran sala. Fuimos hasta lo que seria el comedor, donde estaba su familia, él habló.

-Mamá, papá, ella es Nathaly-Me miro con una sonrisa.
-Hola cariño, pero que chica tan hermosa, mucho gusto tesoro, soy Margaret, él es mi esposo David y mis hijos Ámbar, Sophie, Fred y por su puesto Dean, sientete en casa-Y sí, esa era su mamá, una mujer de estatura promedio, no tan alta, de cabellos cortos, la cual contenta me llevo hasta mi puesto en el comedor, donde desapareció por una puerta que creería que puede ser la cocina.

En la mesa sus hermanos hablaron conmigo, incluso su padre, minutos después, pasó lo que sería una chica de servicio dando las buenas noches y adentrándose a la cocina, justo ahí me di cuenta que fue la madre de Dean fue quien cocinó, salió de ahí con platos y de más, ayudada por la chica que anteriormente pasó, la cena transcurrió tranquila aunque con un poco de charlas y risas, que no esta de más de vez en cuando, su madre me preguntó mi edad, que estudiaba, que hacia, que no, y otras cosas más, al terminar me propuse a ayudar por cortesía, y para no caer de mal gusto tampoco, se portaron bien conmigo, pero la señora Margaret no me dejó en lo absoluto, seguimos hablando hasta que Dean interrumpió.

-Si me disculpan, debo llevar de regreso a la señorita a su casa-Dijo para todos.
-Chao querida, un gusto haberte conocido, cuidate, espero verte pronto-Se despidió su madre.
-Gracias por venir a cenar con nosotros-Agrego su padre.
-Adios, que tengan buenas noches, muchas gracias, el gusto fue mio, hasta luego-Dije con una sonrisa.
-Chao Nathaly-Dijeron sus hermanos al unísono, que raro.

Salimos de ahí en dirección al garaje, subí a su auto, y esperé por él para partir, en vía, sabia que me veía de reojo, y había un silencio, no tan incómodo, el cual Dean rompió.

-¿Entonces?.
-¿Qué?-dije.
-Espero la hayas pasado bien...-Me sonrió, parecía nervioso, me causó algo de gracia.
-Si, la verdad es que sí, me agradó tu familia.
-Que bueno, me alegra mucho, si, me alegra, la verdad.

Empecé a reír. Él también rió.

-Nathaly...-Hubo silencio de mi parte, el me veía rápido sin quitar la vista del frente- ¿Te gustaría ser mi novia?-Juro haber visto una gota de sudor correr por su frente, bajar por su pómulo hasta la barbilla, esta bien no fue así, pero si estaba nervioso.
-Si-Mi yo interna estaba tan sorprendida como él por esa respuesta.
-¡Sí!-Dean gritó sacando por la ventana su brazo en forma de victoria. Al llegar se estacionó en frente como de costumbre, y se me quedó viendo tan embobado, su mano acariciaba mi mejilla mientras este me veía con gran sonrisa, cerró sus ojos unos 2 segundos para luego abrirlos lentamente y ver si era verdad o no lo que pasaba, creo que le dije que sí, porqué de verdad merecía una oportunidad, a lo mejor en un tiempo me guste tanto como yo le gusto a él, bueno, no tanto pero si llegará a gustarme, él me atrae, debía dar yo también un paso, así que me acerqué y lo besé.

Estaba tan contento después de eso, bajó, abrió la puerta del copiloto, me acompañó hasta la entrada, me abrazó, me agradeció, yo pasé, y por la ventana pude verlo llegar a su auto en caminata curva con vista al cielo y una gran sonrisa. Vi su auto partir, y Sonreí después de todo, decidí ir a dormir.

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Hola, espero hayan pasado una feliz navidad y un feliz año nuevo, que estuve perdida, pero estoy de regreso, esto no será todo, gracias por leer

Liciibg.

Imposible olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora