como blanco y negro el corazón .!

hacia que mis ojos se llenaran de lagrimas.

Mi madre me dijo
-A estas horas de la noche deberias estar  durmiendo.
Mientras veía que me encuentre bien, me dio un beso en la mejilla, apago la luz y se fue.
Son las 3:00 am afuera está lloviendo muy fuerte, se anunciaron grandes tormentas, quizás no es tan grave, pero escucho el viento, truenos, el ruido de la cierna de la ambulancia, la luz de la pieza que se enciende y se apaga, mi perra que no deja de ladrar, la luz del refucilo, y entre tantas cosas siento que todo lo que hay en mi habitación me observa y no puedo dormir.
Siento miedo, no cualquier tipo de miedo. Miedo a no tener respuestas cuando se presenten situaciones nuevas, a no llegar a ser quien deseo, a no saber dónde ir, o a olvidar de donde vengo, miedo de no haver tenido una verdadera amistad, o a no encontrar más un amor, también me asusta saber que algún día debo partir de mis padres, o que ellos podran partir de mi.
Si se prenguntan porque tanto miedo yo también me lo pregunto, a lo mejor es por la falta de conocimiento hacia todo esto, o la experiencia que aún no tengo. 
Enciendo una vela, pero no vuelvo a la cama, necesito estar ahí, ya saben... con el.
Es tan difícil ser una adolescente, es sentir que dejas de lado la niñes pero que todavía no te atreves a ser mujer. Estoy en el medio ya no sabia hacía  donde disparar, y dispare a el. Con la mitad del corazón en blanco, un blanco tranquilo queriendose pintar, de rojo quizás el color del amor, con la total seguridad del que arriesga gana, y la otra mitad estaba en negro, un negro opaco que se pregunta ¿porque a Mi? Sin querés escuchar alguna respuesta, el color del dolor que no se la quería jugar por amor.
Camine hasta su casa, me tomo un tiempo eterno golpear su ventana, y cuando lo hice recuerdo ver su cara con un gesto de preocupación, abrió y dijo
- estas mojada. Con la voz ronca de recién despierto.
-No puedo dormir, dije un poco confusa.
Y así volvimos felices.
No es cierto, volvimos a discutir; con todo su orgullo ensima me dijo muchas cosas que hicieron daño, decía que odia las peleas que me odiaba, yo creo que se odia más a el que a mi. Mi corazón  latía rápido como queriendo salir, mis manos temblaban y mis ojos chiquitos de tanto llorar, por fuera me sentia viva, por dentro no tanto.
No tenía miedo. El rompía los muebles con sus puños, arrancaba las sábanas, me apretaba los hombros y me gritaba, pero yo no sentia miedo, mas bien sentí Pena, más por el que por mi.
Yo quería ayudarlo, sabía de su consumo de marihuana, esta noche me rebeló su dolor atraves de su adicción. Pero... ¿porque de esta manera? ¿porque se comporta así?, quería arrancar sus espinas de una ves por todas aunque eso implique que deba salir herida,  Lo amaba y el me necesitaba.