Duda

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Capítulo 8.

El rubio la miró con una mezcla entre sorpresa y enojo. Estaba a punto de protestar pero la chica habló primero.

"Es mi turno" Aseguró soltando el brazo del susodicho.

"Tiene razón" Mencionó Aizawa haciendo un gesto con la mano "En el último chequeo médico, apuntaron que habías crecido 3 centímetros desde principio de año. Así que Yaoyorozu es tu turno" Aizawa no le dio más importancia y siguió con el ejercicio.

La gran mayoría de los estudiantes le restó importancia de inmediato y continuó observando. Lo que no sabían es que para Bakugou el ser al menos un par de centímetros más alto que la chica lo hacía inmensamente feliz. Una pequeña mueca muy parecida a una sonrisa escapó brevemente de sus labios, gesto que no pasó desapercibido por Todoroki, quien entrecerró los ojos.

...

Yaoyorozu había fallado, cabe mencionar, estuvo muy cerca de completar la frase, pero estar arrodillada en contra de su voluntad en medio de una piscina llena de tarantulas había podido más que ella. Aceptó su derrota ante Aizawa quién no le dio una nota muy favorecedora.

Todoroki se acercó a la chica para dejarle saber que todo estaba bien, que no tenía nada de malo fallar de vez en cuando. Pero el rubio fue más rápido.

"¿Qué mierda fue eso?" Era su manera de preguntarle '¿qué había ocurrido?'

"Odio a las tarántulas, de haberlo sabido nunca hubiera dicho nada" Explicó aún con pequeñas lágrimas en los ojos.

"Te voy a enseñar cómo se hace esto, así que fíjate" Finalizó este mientras caminaba a la que sería su prueba.

Momo vio a Todoroki detrás quien tenía la mirada estoica clavada en su anterior locutor. Luego su mirada se posó en la de ella y su gesto se suavizo visiblemente. Levantó su mano mostrándole su pulgar como queriendo decirle que lo había hecho bien, pero se arrepintió de su gesto de inmediato y volvió a bajarla bruscamente con el deseo interno de que la chica no lo hubiese notado. Momo intentó olvidar ese extraño gesto sin mucho éxito.

Bakugou caminó con pasos pesados hasta lo que sea que se encontrara en la siguiente cortina, Aizawa soltó la cuerda que la sostenía en su lugar.

Una dama de hierro le esperaba al otro lado.

"Dime Bakugou, ¿le temes a los espacios confinados?" Interrogó Aizawa con gesto duro. Katsuki tenía que admitir que nunca se hubiese esperado aquello. Caminó lentamente hasta el aparato de tortura, sin saber muy bien que hacer "¿qué esperas?" Cuestionó el sensei "Metete"

"Moriré cuando se cierre" Murmuró el rubio con sorprendente calma y el ceño fruncido.

"¿Crees que dejaría entrar a un alumno a un aparato de tortura medieval que aún funciona?" Preguntó retóricamente el peli negro.

Trago duro intentando disimular su incomodidad, no iba a verse como menos que sus demás compañeros...

...

"El punto, por sí no lo habías notado, era decir la frase para calmar a la posible víctima. ¡No hacer estallar todo el podio!" Espetó claramente indignado Aizawa apagando una pequeña llama que aún tenía en un mechón de cabello, a esto Bakugou soltó un bufido molesto, no quería admitirlo, pero haber estado ahí metido le había puesto los pelos de punta.

Cuando llegó junto a los demás no pudo evitar notar el gesto de Yaoyorozu, tenía los labios fruncidos como sí quisiera evitar una risa.

"¿Qué esperas? ¡Ríete!" Exclamó cruzando los brazos y desviando la mirada, Yaoyorozu se cubrió los labios con la mano soltando una muy pequeña, casi inaudible, risilla. Luego se aclaró la garganta.

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