Coraline Kirkland no era nada mas que la pobre niña huerfana que habia logrado estudiar gracias a su inteligencia inhumana. La unica compañia que tenia, era su primo, Arthur, el cual era un busca pleitos de primera.
Coraline estaba completamente seg...
Jacob (el chico del que hablábamos en el bus) se había ofrecido a llevarnos al orfanato ya que se habían olvidado de nosotros.
Sin embargo, la directora de este se había encargado de castigarnos por llegar tarde, así que, al día siguiente, fuimos a repartir las galletas que le habían encargado al orfanato para apoyarlo.
La directora nos dio ridículos uniformes y nos obligó a ir caminando hacía las casas, ambos estábamos cansados y sudados, afortunadamente todos habían sido muy amables y ya solo nos faltaba una casa.
- ¿Qué clase de ricos son estos? - exclamo mi primo mientras arrastraba el carrito y yo hacía las cuentas.
-Solo tenemos que entregar esto y listo, lo demás no importa- respondí buscando la casa- por cierto, ¿te enteraste que los Cullen se mudaron?, la chica Swan debe estar destruida.
-Cierto, el amor de tu vida se fue- le di un codazo- pero pobrecita, se les veía muy unidos, eran lindos juntos.
Tuve que darle la razón, Isabella no era mala chica (Aunque con un gusto pésimo en moda) y sí hacia feliz a Edward, todo estaba bien.
Nos detuvimos frente a una casa muy linda donde toque el timbre. Lastimosamente, la persona que habitaba en ella no era tan linda.
- ¡Pero si son los huerfanitos antisociales! - Jessica Stanley nos miró con una sonrisa burlona logrando que yo le sonriera y mi primo la mirara molesto.
-Pero si es la zorra a la que Newton no le presta atención- se defendió mi primo.
-Venimos a entregar estas galletas ¿Están tus padres? - interrumpí a Jessica antes de que empezase a hablar.
-Obviamente, como algunos si tenemos- el comentario desato una pelea verbal con mi primo, Arthur siempre se caracterizó por su personalidad explosiva.
Jessica era una total perra, pero no me quería meter en problemas así que trate de retirarme junto con Arthur alegando que vendríamos otro día.
-No sé ni para que se molestan- dijo ella con mirada arrogante- hubiera sido asombroso que él hubiese muerto también.
Hubo un momento de mi vida donde acepte que mis padres nunca estarían conmigo, así que me refugie en Arthur, el era lo único que tenía.
Aceptaba que se metiera con mis padres lo que quisiera (no sin antes dar pelea, por supuesto), pero no iba a aceptar que se metiera con Arthur.
Estaba tan concentrada en pegarle a la chica que no me di cuenta de lo que sucedía alrededor.
La tierra temblaba y la casa de los Stanley parecía gelatina, se oía las cosas romperse y gritos.
-No vas a decir nada de esto- los ojos de Arthur volvieron a ser azul eléctrico, pero esta vez por más tiempo- ¡Vamos!
Y salió corriendo conmigo en brazos mientras la casa terminaba de caer.
<><><><><><><><><><><><><><><><>
- Cori ¿Estas bien?
Arthur había parado en el bosque, temía que nos relacionasen con la caída.
-Sí, yo, ¿Dónde estamos?
-Creo que esta es la otra parte del bosque- respondió dudoso- la que viene después del río que está en la reserva.
Ambos nos sentamos en el suelo y nos miramos fijamente.
- ¿Qué paso allá Arthur?
El me miro con pena y me abrazo por los hombros.
-No lo sé nena.
- ¿Crees que eso lo haya hecho yo? - le pregunte mirándolo fijamente- ¿Yo destruí esa casa?
-No sé, intentemos- mi primo cogió una piedra y la puso enfrente mío- intenta moverla, imagínala flotando.
Cerré los ojos y traté de visualizar todo en mi mente, pero con la piedra flotando, abrí los ojos y la piedra seguía ahí.
-Mmm, ya se, eso paso porque estabas enojada ¿no?, piensa en algo que te enoje- empecé a recordar cosas malas que pasaban en el mundo, pero nada- ¡Tengo una idea! ¡Piensa en mí!
-No seas ególatra Arthur.
-No idiota, piensa en mí, pero muerto- lo que dijo me dejo en shock- imagina que no puedes hacer nada por salvarme.
Y lo hice, imaginé a Arthur siendo atacado y a mí inmovilizada, las lágrimas empezaron a salir sin yo darme cuenta.
- ¡Coraline! - su voz me hizo regresar- ¡Lo lograste, mira!
Efectivamente, la roca flotaba frente a mí, pero no solo ella.
Todas las rocas que había por el lugar: Grandes, medianas o pequeñas, flotaban a la par rodeándonos a ambos, como tratando de protegernos.
-Eso fue increíble Cori- paro de hablar cuando vio mis ojos- ¿Desde cuándo son morados?
Saque un espejo y me mire en él, estaba horrenda, el rímel corrido y el cabello alborotado. Pero más importante era que mis ojos ahora eran de un morado brillante.
Levante el rostro para confrontar a mi primo cuando note algo en el- ¿Y los tuyos desde cuando son azules?
-Desde que ambos son los últimos de su especie- una voz femenina hablo haciendo que las rocas apuntasen en dirección a la figura y que ambos nos colocásemos en posición de defensa- Calmados niños, estoy aquí para ayudarlos.
Una muy hermosa mujer salió de entre los árboles, su cabello era negro como la noche y sus ojos azules como el cielo- Estoy tan feliz de haberlos encontrado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.