Capítulo 8: La luz se alza

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Lo primero que escucho es el suave sonido de tela en movimiento. Y pájaros piando. Mis dedos están posados sobre una fina manta. Abro los ojos. La luz del sol me da de lleno en los ojos a través de los cuatro pequeños agujeros del techo. Estoy en mi tienda de campaña.

—Agh... ¿Qué...? —Las palabras se traban en mi boca seca. Intento incorporarme más, pero me lo pienso mejor cuando el techo empieza a dar vueltas—. ¿Estoy...?

—Muerta no —responde una voz superguay.

La tela a los pies de mi saco de dormir se estira cuando alguien los cambia de posición. Abro y cierro los ojos para intentar deshacerme del mareo. Ahri se coloca su perfecto pelo melocotón detrás de la oreja.

—Anoche sufriste una buena caída —dice.

Los acontecimientos de anoche empiezan a volver rápidamente, como si se tratase de una película horriblemente inconexa. Corriendo por el bosque. El campo. Las criaturas. Lulu. Entonces todo se desmorona a mi alrededor. No fue una pesadilla.

Me incorporo rápidamente, arrepintiéndome del movimiento repentino poco después cuando mi cerebro empieza a dar vueltas.

—¿Lulu? ¿Está...? —Hago una mueca dolor. Me froto la frente e intento deshacerme del dolor de cabeza.

—Todo el mundo está bien. Los he mandado a desayunar —dice ella—. Me han dicho que hay un martillo con mi nombre si no le digo a la pequeñaja azul que te has despertado.

Ahri coge una cantimplora junto a ella. Me la da.

La miro mientras tomo un sorbo de agua fría. Desde esta distancia veo que la diferencia de edad no puede ser tanta. Pero ella tiene algo. Más experiencia. Más seguridad. Ha visto más de lo que el universo puede ofrecer. Es la líder que necesitamos. Lo sé.

—Quería decirte que tomaste la decisión correcta —dice ella—. Arriesgándote e interponiéndote de esa forma.

—No fue nada —digo rechazando el cumplido—. Cualquiera de nosotros lo habría hecho. Es lo que hacemos las guardianas de las estrellas. Somos hermanas.

Se ríe tiernamente, pero de pronto un toque de oscuridad inunda su rostro. Poco después desaparece y vuelve la máscara de perfección.

—No somos hermanas —dice con una voz teñida de arrepentimiento—. Solo somos desconocidas con recuerdos. —Se levanta—. Hemos sellado el punto de incursión. Mi equipo regresará a la ciudad hoy por la mañana. Nos encargaremos de lo que venga a partir de ahora. Tus chicas y tú podéis quedaros aquí hasta que os hayáis recuperado. Disfrutad del verano. Después de eso, no os entrometáis.

—Espera, ¿no vas a ser nuestra líder? —le pregunto confundida. La cabeza me va a estallar—. En plan, todas juntas. Con un equipo el doble de grande, somos el doble de fuertes. Anoche trabajamos muy bien en equipo.

—Anoche casi consigues que te maten —dice ella.

He dejado de escucharla.

—Juntas no hay nada a lo que no podamos enfrentarnos.

—No, Lux —dice ella terminantemente—. Juntas hay mucho más que perder.

Otra vez que no se me tiene en cuenta. Ahri se dispone a marcharse.

—Las guardianas de las estrellas son un equipo —respondo. Trago el nudo en mi garganta. No voy a suplicar, pero puedo intentar que entre en razón—. Es nuestro destino.

Ahri se detiene. Me mira atentamente. La tienda de campaña está totalmente abierta y el sol divide su rosto en luz y sombra.

—¿Destino? —pregunta, con un sutil tono de amargura en su voz—. Qué palabra más fea.

La tienda se cierra tras ella. Puedo sentir cómo me arde la cara por la frustración. Es una líder de las guardianas de las estrellas. ¿Por qué no ser nuestra líder? ¿Por qué me deja sola? Miro a la parte superior de la tienda. Los cuatro agujeros de luz bailan sobre mí.

Sola no. Jinx, Poppy, Lulu y Janna están ahí. Necesitan a alguien. No puedo dejarlo estar si soy todo lo que tienen.

Me tambaleo al ponerme de pie y avanzo hacia la luz exterior. No puedo esperar a que el mundo deje de dar vueltas.

Jinx tenía razón. El verano no va a durar siempre.

☆ Lluvia de estrellas. ☆ [Star guardian Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora