Capitulo 32

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Ya no entiendo la vida, ni el destino, ni nada. Le di tanto y yo lo único que recibo por su parte es desprecio y engaños. El amor es una mierda, de nada sirve si al final te acaban rompiendo el corazón.

- ¿No crees que te debes levantar ya? -

- Sabes que no lo voy ha hacer -

- Llevas toda la mañana metida en la cama, no has dejado ni que las sirvientas vengan a limpiar la habitación -

- No pienso levantarme, no quiero verle la cara a él desgraciado de tu hermano -

- Solo ven, come algo y si quieres vuelves a la cama, pero por lo menos come algo- me puso cara de pena a lo que no me pude resistir -

- Esta bien, pero como me venga a hablar o si quiera me mire, te juro que le monto una ahí en medio -

- Ya he mirado yo y no esta, estaba liado en algo con unos guerreros -

Hvitserk estaba a mi lado mientras comía algo, él seguía intentado hacerme reír pero lo único que salia de mi eran muecas de agrado. Al estar terminando la sirvienta con la que ayer vi a ese capullo entro y se sentó en mi silla la de al lado de él.

- Veo que no le ha faltado tiempo para irse con eso -

- Esa mejor dicho, es mas buena que tu en la cama y mas seductora - Ivar entra por la misma puerta que la sirvienta y se sienta en su trono - veo que no te ha faltado tiempo para estar con otro, ya se que has dormido con mi hermano, como no puedes conmigo te vas con el inferior -

Mis ganas de ir y darle de ostias no me faltaban, pero Hvitserk me había agarrado la mano para relajarme y lo había conseguido.

- Antes mirate a ti, no soy yo la que esta acostándose con una sirvienta -

- Para que lo sepas me llamo Ana bonita -

- Lo que eres es una zorra - la cara de esta cambio por completo -

- Para tu información ya no es esclava, y nos vamos a casar - Ivar me mira sonriente -

A lo que yo me levanto y le lanzo el anillo de nuestra boda.

- Para que te ahorres el dinero y se lo des a la zorra esta, perdón a Ana -

Salgo pitando de ahí, con lágrimas en los ojos y me dirijo a la habitación de Hvitserk, se que este viene detrás de mi ya que le había escuchado decir a su hermano que se había pasado.

- Elisabeth espera - no le hago caso pero este me agarra del brazo y acabo abrazada a su cuerpo - no llores princesa - comienza a acariciarme el pelo y yo sigo llorando mas que antes -

Cuando me suelta me apoyo en la pared y me deslizo hasta sentarme en el suelo.

- ¿Por que a mi? - mis ojos me empiezan a pesar de nuevo, esa sensación de mareo y agobio vuelve a mi -

- Estas muy pálida - Hvitserk me agarra de la cara - Respira hondo y calmate, si no te vas a volver a desmayar -

Era Vikinga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora