Capítulo 22

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- Soy un imbécil -

- Lo eres -

- Y un Cínico -

- También lo eres -

- Ya vale ¿no? - me miro sonriendo - soy una persona que no se disculpa ante nadie y aquí me tienes, como uno mas ante ti -
Yo solo sabia mirarlo las palabras no podían salir de mi boca, no podía ni emitir un sonido.

- Cuando te he visto llorando, te juro que iba a matar a Ubbe, pensando que era él, el que te había echo daño, pero ahora solo quiero humillarme a mi mismo de la peor manera por hacerte llorar -

- No, lloraba por como me has tratado -

- Y entonces, ¿por qué lo hacías? -

- Por que estoy harta de que la gente me tenga miedo y pena, harta de que digan que nunca vas a poder quererme, que solo estas conmigo, por ser Rey - 

- No quiero que pienses en ellos, quiero que pienses en nosotros, en como yo te trato, en cada beso, en cada caricia, solo en nosotros -

- Creo que se lo que sientes por mi, y yo lo noto, se que soy la única que ha podido conocer al pequeño Ivar que existe detrás de toda esa fuerza, de todo ese rencor, de todo tú en general, que no te niego que me encanta - saque una pequeña sonrisa - pero si te digo la verdad, no quiero que nadie conozca en ti lo que yo he podido conocer, no quiero que nadie destruya lo que yo he construido, me puedes llamar rencorosa o envidiosa pero solo te quiero para mi -

- Y yo solo quiero ser para ti, solo te pido, que no te rindas tan rápido conmigo, a veces puedo llegar a ser un auténtico imbécil -

Dentro de mi, en una pequeña parte sabe que todo esto con Ivar no durara para siempre, pero no quiero creer en eso, solo quiero vivir cada día al máximo sin pensar mucho en lo que vendrá después.

La noche iba cayendo y a un seguían repasando el plan de ataque, mi mente viaja perdida, sin escuchar mucho en lo que decían.

- Estas de acuerdo elisabeth - Todos me miraban atentos -

- A si, si -

- Bien entonces tu te quedaras aquí y...  - no pude dejarlo terminar -

- A no hermano, yo voy, Ragnar es padre tanto tuyo como mio y no me voy a quedar aquí sin hacer nada -

- Acabas de decir que no iras, y yo no te voy a dejar que te metas en una guerra como esta -

- Y mucho menos yo - Ivar y Björn me miraban con impotencia -

- Con que esas tenemos, pues muy bien -

Me levante de mi asiento y me retire, no voy a quedarme aquí con los brazos cruzados sin vengar a padre, se que mañana harán todo lo posible para que yo no valla pero eso no lo van a conseguir. Me fuy a mi pequeña cabaña donde dormiría con Ivar y me acosté a dormir.

Al amanecer no hay nadie a mi lado, salgo a fuera y hay un hombre que mide al menos dos metros y tapa toda la puerta. Al ir avanzando por el campamento este me sigue, todos los guerreros se habían ido, solo quedaban muy pocos hombres y varias mujeres. A lo lejos pude ver a Margarrette y me dirigí hacia ella -

- Margarrette - la abrace y le hable al oído - necesito que me ayudes a salir de aquí, este tío no deja de seguirme y necesito que le hagas algo para yo poder salir de aquí - ella asintió -

- Bueno Elisabeth me marcho debo llevar esto -

Veo como coge una cacerola que había en el fuego, y esa es mi señal para echar a correr, a lo lejos oigo como el hombre que no dejaba de seguirme chilla por el agua hirviendo que Margarrette le ha echado encima, yo en cambio cojo un Acha y una espada de el suelo y me monto en un caballo para dirigirme a la batalla.

Era Vikinga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora