Segundo día del mes de diciembre. A Raoul le costó mucho despertarse, pero cuando lo hizo, se encontró con Agoney respirando con los ojos cerrados sobre su pecho. Sin duda, de las mejores formas de empezar el día que existían en el mundo.
- Agoney, sé que estás despierto. - Le dijo riendo, pero él no contestó y lo abrazó más fuerte, acomodándose para seguir durmiendo. El catalán no insistió más, porque en realidad, tampoco quería separarse. Le acarició la mejilla mientras le miraba, y el otro abrió uno de sus ojos y le sonrió.
- Madre mía los tortolitos. - Dijo Alfred bromeando y todos sus compañeros comenzaron a reír. Inmediatamente, los dos chicos se separaron y Raoul bajó de la cama de Agoney.
- No tiene gracia, Alfred. Dormí con él porque estaba mal y nadie fue capaz de darse cuenta o de preocuparse y preguntarle qué le pasaba. - Contestó molesto. No le gustaba que la gente se metiera en su vida, y menos aún en el lugar en el que se encontraban. Salió de la habitación un poco enfadado. Siempre le interrumpían en los mejores momentos.
Agoney, en cambio, se desperezó muy despacio y le hizo un gesto a Alfred dando a entender de que ya se le pasaría el enojo a su compañero, pues todos sabían que tenía un carácter complicado. Nerea fue a su cama y estuvieron hablando y bailando las canciones que sonaban por los altavoces.
Fue una mañana muy completa, con Verónica Romero sustituyendo a Magalí y yendo de invitada, y con las clases de baile urbano, de técnica vocal y de imagen casi ni se habían dado cuenta que ya estaban comiendo y la mitad del día se había ido. Cuando terminaron, Raoul fue a ducharse y se encontró de nuevo con Alfred. No le dirigió la palabra.
- No me merezco este castigo. - Dijo, al ver que no hablaba, antes de meterse a las duchas. - Lo siento, tío. Perdón si te ha molestado el comentario. No iba a malas.
- No pasa nada, pero joder, gracias por decirlo delante de todos, eh. - Contestó irónico. - Que sabes que yo no me habría puesto así si hubiera sido en otro momento.
- Lo sé, estuvo fuera de lugar. Sabes que te quiero como a un hermano, y que si quieres hablar conmigo puedes hacerlo. - Raoul se giró y le sonrió.
- ¿Qué es lo que quieres saber exactamente, hermano? - Dijo, haciendo con sus dedos unas comillas en la última palabra.
Alfred se rió y se acercó a él, para poder susurrarle. Aunque estuvieran solos, no se fiaba, y viendo como se había puesto esta mañana Raoul por lo que había dicho, prefería asegurarse de que nadie los escuchaba.
- ¿Qué pasa con Agoney? - Raoul soltó una carcajada y se sonrojó. Estaba seguro de que le preguntaría por él. - Quiero decir, si quieres contarme. Si no quieres, lo entiendo. Es tu vida, es algo privado, pero tú fuiste de los primeros en enterarse de lo mío con Amaia.
- Es que no tengo nada que contarte porque Agoney y yo no somos nada, solo amigos. - El moreno se le quedó mirando con una sonrisa.
- Eso es lo que todos decimos al principio. El otro día tonteais delante de mí, ayer duermes con él, hoy... Quién sabe lo que pueda pasar hoy. El día es muy largo. - Raoul rió nervioso y negó con la cabeza. - ¿Os habéis besado ya? ¿Habéis follado? ¿Lo lleváis manteniendo todo este tiempo en secreto y yo me acabo de dar cuenta?
- ¿Por qué te importa tanto mi vida sentimental? ¿Estás celoso? - Bromeó.
- Qué va, no me malinterpretes, pero en todo caso estaría celoso de Agoney, es más mi tipo.
- Me acabas de confirmar que eres bisexual. - Le dijo riendo.
- Qué más da. - Contestó Alfred, levantando los hombros. - Bueno, ¿me vas a decir ya si estáis liados o no?
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Le vi sonreír | Ragoney
Fiksi PenggemarMe gusta quedarme mirándote, y aunque estuviéramos expuestos delante de millones de personas, no podría nunca evitar ese algo en tus ojos que provocan hipnotizarme. #4 ragoney