Double. (Pausa temporal)

5; Padre.

Sumido en la calma de una relajada tarde de invierno, Tsuna observaba aburrido la plática casual entre Tsuyoshi y Bianchi, cuestionándose internamente el cómo sacar el tema de debajo de la alfombra sin que todo sonase tan forzado...

Honestamente, con Gokudera y Yamamoto discutiendo pocos pasos detrás de él mientras atendían a los clientes, las cosas le resultaban un tanto difíciles de procesar.

Su mente estaba sumida en una fatídica montaña de cuestiones que llevaban, quizá, tres meses en espera.

Los motivos de su depresión.

Suspiró.

-Las cosas parecen estar marchando bien por aquí -soltó casualmente, interrumpiendo la disputa de los mayores sobre lo temporal del trabajo de Hayato-. Me refiero a que... Jamás pensé ver el día en que esos dos se llevarían tan bien como para trabajar juntos en algo más que en nuestras batallas, más aun que a todo se le sumara que Gokudera-kun no se ha desmayado por la presencia de Bianchi.

La italiana sonrió levemente al tiempo en que Tsuyoshi recordaba que tendrían un encargo enorme para esa noche, con eso en mente supo que su pequeño descaso había acabado y volvió a la cocina.

-Hayato puede hacer lo que quiera y cuando quiera siempre que se interese verdaderamente -orgullosa de su hermano, Bianchi se inclinó en la barra con naturalidad-. Sus traumas conmigo... Algo hemos resuelto, mientras no vea mis ojos podremos conversar y convivir, ha aprendido a sobrellevarlo.

-Puedo verlo -asintió mirando de reojo a sus guardianes-. Siempre he pensado que es un chico genial, Gokudera-kun es listo, atractivo para las chicas y sumamente hábil.

-Emana talento lo mires por donde lo mires... -imitando sus acciones, ella también miró de reojo a aquel par- En los años que no le vi realmente creció... Me pregunto qué diría nuestro padre si lo viera ahora.

-Dependiendo de como sea, podría decir algo bueno o algo malo -ante la mirada divertida de la mujer se sintió abochornado y notó una oportunidad-. ¡No me mires así, Bianchi! ¡Él jamás ha hablado de sí mismo más que para explicarme su complicada relación contigo!

-Supuse que Reborn te lo contaría -ante la negativa dudosa, arqueó una ceja-. Juraría que sí lo ha hecho.

-Sólo un poco, lo necesario para entender que tiene una vida más complicada de lo que se podría creer -se encogió de hombros incómodo-. Sin embargo lo relacionado a su padre siempre ha sido... Evadido, probablemente.

-Hmm... ¿Y quieres saber?

-Honestamente, sí -confesó con una mueca preocupada-. En los últimos días me he sentido... Distante, tengo un peso extraño.

-Incertidumbre.

-Totalmente, poco sé de mis amigos... ¿No es eso un poco triste? -Tsuna le miró a los ojos, dejando en claro que estaba siendo totalmente serio sobre el tema- Hasta hace no mucho era considera el inútil entre los inútiles, mis amistades se limitaban al suelo mismo y a mis agresores, esta es la primera vez que tengo gente a la que llamar cuando me siento mal, la primera en que puedo confiar en alguien y yo... Se siente mal dejarles caer todo mi peso y no compartir el suyo.

Bianchi, fiel partidaria del amor y devota a él, sólo sonrió un poco ante lo dicho por Sawada.

No lo negaría, de cierto modo le complacía saber que Tsunayoshi deseaba cuidar y dar todo por aquellos que lo daban todo por él.

Reborn tenía razón aquellas veces durante el desayuno, cuando el castaño no estaba, en las que decía que ese chico era... Quizá demasiado bueno para la mafia.