3; Primera víctima.

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Un nuevo día, nuevas ilusiones sobre un hermoso futuro y mil patadas en la cara de parte de la ruda y cruda realidad.

Todo eso apenas en el desayuno.

Tsuna suspiró, se encontraban a mediados de diciembre y las clases se habían cancelado ese día, después de todo el mundo siempre conspiraba a favor del maldito de Reborn.

Y eso jodía, por Dios. Incluso cuando no quería ir resultaba que todo acababa en un espantoso examen sorpresa de Física.

¡Física! Esa materia era cosa del diablo, los que eran buenos en ella eran putos dioses.

Dejen de mentir.

¡Gokudera, deja de mentir!

La humanidad iba a morir pronto de seguir así, la cosa era saber a manos de quién sería.

Quizá de sí misma.

—Dame-Tsuna, Byakuran y tú empezaran hoy su castigo —informó el tutor totalmente desinteresado—. Uni y yo hemos decidido que en esta ocasión, ustedes dos estarán completamente centrados en esta tarea. Así que el orden lo decidirán entre ambos.

Eso significaba una cosa.

Bueno, dos.

La primera era que podría hacer el vago eligiendo empezar con los más sencillos.

La segunda, Reborn sabría si hacía el vago. Nada se le escapaba a ese microtutor asesino.

La idea de un nuevo castigo por parte del mafioso no le complacía, pero es que...

Sí, haría el vago y sería feliz. ¿Valdría la pena? Era algo que debería descubrir por sí mismo.

—Bien... ¿En serio tengo que empezar esto desde ahora? —señaló su cómoda manta y la programación en el televisor— Están pasando mi programa favorito, ya sabes...

El azabache sonrió y Tsuna suspiró apagando la tv y poniéndose de pie. ¡A veces quisiera ser un simple chico normal! Luego recordaba lo mal que le iba en la vida antes de conocer a ese demonio y pues... Medio se le pasaba.

—Perdón, Dame-Tsuna —se llevó una mano al oído con burla—. No te escuché bien, ¿qué habías dicho?

Suspiró por segunda vez y negó con una sonrisa falsa.

—Nada, magnífico tutor Reborn-sama —evitó rodar los ojos—. Sólo preguntaba cuándo tendré que verme con Byakuran.

Aunque no quería, prefería quedarse en casa y ver su programa favorito mientras pensaba en las cosas feas de la vida y todo lo que había hecho mal en el año, pero claro. ¡¿A quién le importan sus deseos?!

Ni siquiera él les daba tanta importancia.

Sawada Tsunayoshi llevaba un mes deprimido, gente.

—Eso pensé, Dame-Tsuna —hizo una pausa y le miró levemente serio—. Byakuran lleva media hora en la cocina robándose las galletas de tu madre, será mejor que lo saques de aquí antes de que me lo cargue.

Porque sólo él podía robarse la maldita comida, por Dios.

Tsuna sonrió verdaderamente divertido y negó nuevamente, metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y se dirigió a la cocina.

Byakuran se encontraba cómodamente sentando con una bandeja de galletas frente a él y Nana le daba la espalda, bufó.

El albino no tardó mucho en tomar una galleta de chocolate y mirarle directo a los ojos, la curiosidad se sentía en la atmósfera a su alrededor con tanta intensidad que la matriarca se giró también.

Double. (Pausa temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora