Pista 13

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«Esta vez, seré honesto.
Te admiro, mucho.
Lo he hecho desde que te conozco.
Pensé que podría explicarte algo de mis intenciones como un "Lo siento por molestarte con mi mierda sentimental".
Tenía la tonta ilusión de que podría parecerte interesante de esta manera, ya que mi miedo a que me dejes a un lado por no importarte es muy grande y no lo controlo.
Me gusta pensar que lees mis cartas, por lo menos, con un poco de gusto.
He estado más cerca de lo que crees, y tanta fue mi desesperación por acercarme más, que hice toda esta estupidez. Pero lo que alguna vez fue ya no importa, y tengo miedo.
Tengo miedo de que me destruyas con o sin intención.
Definitivamente, me has hecho cometer locuras, Tord.»

Un escalofrío recorrió su columna, sintiendo como los cabellos se le erizaban de los nervios.

Pensaba que, indirectamente, era una declaración.

Si no lo era, pues es un tonto que malinterpretó la situación. Y la verdad, es que si sus suposiciones eran certeras, tendría algo de pena por su emisor, ya que no sentía lo mismo.

No sentía nada por nadie, de un desconocido menos.

Su hombro fue tocado un par de veces, por lo que alzó su vista con un leve sobresalto tras esconder la carta en su puño al arrugarla y luego guardarla en su mochila, encontrándose a dos ojos negros característicos, reconociendo de inmediato quien era.

- ¿Qué pasa? - alzó una ceja, bajándose de la mesa con una leve mueca mientras se colgaba al hombro su mochila. No le gustaba ser interrumpido cuando leía las cartas.

No tenía muchas ganas de entablar una conversación por el momento, ni siquiera con un sujeto como Tom.

El británico ni se inmutó, y apuntó con su pulgar hacia el pasillo que llevaba a la salida del lugar, dónde se podía ver a lo lejos la silueta de los amigos en común que tenían.

Tord entendió y simplemente lo pasó de largo, empezando a caminar. Escuchó los pasos tranquilos del chico inglés tras suyo, siéndole desesperante la personalidad tan frívola y arisca hacia él. Con los otros dos que estaban a lo lejos sonreía y hacía bromas, ¿tan mal le caía?

Lo vio de reojo, importándole poco si el otro se daba cuenta, y lo analizó superficialmente. Sus párpados caídos le daban imagen de un adolescente despreocupado, tenía unas leves ojeras con una posibilidad de que sean por falta de sueño o herencia, incluso unos cuantos indicios de acné por la edad. Pero se empezaba a dar cuenta de algunas cosas más, como lo era casi imperceptible cicatriz en su barbilla, seguramente un accidente de cuando era pequeño. Unas pestañas no tan largas ni tan cortas, enredadas entre sí mientras parpadeaba lentamente con aburrimiento palpable. Mejillas redondas, donde tenía unas cuantas pecas, las cuales le daban ganas de contar una por una y observarlas como si de un cielo estrellado se tratara. Labios delgados y fruncidos, tan pálidos que se preguntaba el cómo se verían de un color más vivo. Un tono carmín invadiendo sus pómulos y ceño fruncido acompañado por una mirada vacía, haciendo que Tord se diera cuenta que aquella vista tan profunda estaba sobre él con extrañeza.

No pudo evitar detenerse un segundo, al igual que el chico a su lado. Notaba divertido como es que el inglés abría la boca para decir alguna protesta, para después cerrarla al ser su voz cortada en medio camino.

- ¡¿Y a ustedes que les pasa?!

Juraría que se quedó sordo por un oído.

- ¡No pensé que te demorarías tanto en buscar a Todd! - exclamó Matt, rodeando los hombros del de ojos negros con un brazo y con el otro los hombros del de cuernos - ¡Eres tan lento, Tim!

T.D.M.V [TordTom/TomTord]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora