Capítulos 31-34

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Después de unas cuantas horas de búsqueda, encontré una piedra suelta que debajo había un ducto de ventilación. Mientras Angelo intentaba sacarlo,yo le preguntè a Vezquez:

-Si Genesis y James han podido salir de la celda utilizando magia, ¿por què nosotros no podemos también usarla?

-Tienen un amuleto que les permite hacer eso-hizo una pausa.- No puede creer que después de tanto tiempo pueda salir de aquí. Te debo mucho, querida...

-Artemisa.

Estuvimos alrededor de una hora raptando por aquel conducto. Lo peor fue cuando alguien se tirò un pedo. No importaba hacia donde fueras, el olor estaba siempre presente. Creo que quien peor lo pasò fue Mabel. Se notaba todo el esfuerzo que hacia en su rostro.

Finalmente salimos. El ambiente era totalmente frió. Como si estuvieras en Alaska.

-Helafriodo-dijo Victoria.- Debemos ir al colegio Perpetuo Socorro cuanto antes. Ahí es probable que encontremos un pedazo muy pequeño de portal.

-No esta allí-dijo Evan Vezquez.- Èl ya lo tiene.

-¡Entonces vayamos a detenerlo!-exclamè. 

-Lo haremos-respondió Angelo.- No tengas ninguna...

No alcanzo a terminar la frase porque unas criaturas que se parecían a Abelardo pero en azul, empezaron a atacarnos. Después de  huir hasta un árbol caído y ocultarnos allí, me di cuenta de que solo estaban Victoria, Alcander y Yo. 

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Hubo muchas lagrimas. Dolía. Era buena gente... Supongo que fue como mi nueva familia por un tiempo. Aun los extraño. Es raro pensar que las personas màs bonitas se vallan tan pronto.

Recuerdo que nos quedamos llorando su perdida màs de una hora. Y luego fuimos a enterrar los cuerpos. Una vez hecho, Victoria preguntò:

-¿Ahora què hacemos?

-Volver a mi casa-respondí.

-Creo que es una buena idea-dijo Alcander.

La casa de mis padres estaba bastante sucia. No encontramos nada para comer. Pero por lo menos estaba en Mortaland, mi mundo. Y aunque hubiera caos afuera, estaba en mi hogar. Eso lo necesitaba màs que nunca.

-Victoria-dije.- ¿No te has cambiado todavía ese vestido? 

-La ropa de Brisa no era de mi talla-respondió ella.

-Pensé que usabas otro vestido-dije.- Sígueme. Tù también Alcander.

Nos bañamos, cambiamos de ropa y comimos las provisiones. 

-¿Dónde crees que podemos encontrar el Portal de la Oscuridad?

-En algún lugar que sea alto y tenga punta.

-¿Cómo un obelisco?-dijo Alcander.

-Sì.  

Entonces se me prendió el foco.

-¡Hay uno en esta ciudad!

-¡¿Dónde?!-exclamò  Victoria.

-En la avenida Nueve de Julio-respondí exaltada.- No tenemos tiempo que perder.

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Las calles que nos rodeaban estaban desoladas. Era raro considerando que eran muy transitadas. Miramos hacia la punta del Obelisco y vimos que esta estaba rodeada de un humo rojo refulgente.

-Yo iré a buscar el Cetro de la Luz- dijo Victoria.- Cuenten hasta cuatro minutos y vallan hacia la punta para que les entregue el Cetro. Alcander, por favor dame las tijeras para que no me vean venir. 

Alcander se las entregó.Ella abrió un Portal y desapareció.  

-Vamos a tener que volar-dijo Alcander.- Solo debes decir Volatumey y podrás hacerlo. Yo te ayudare.

-No puedo- decía con pudor.- Podríamos subir una escalera...

-No-dijo el tajante.- Se que puedes. Debes intentarlo.

-Alcander: aunque sea una hechicera NO PODRÉ.- Tenìa mucho miedo.  Estaba segura de que no podría hacerlo.-Comprende...

Entonces el interrumpió lo que decía con BESO EN LOS LABIOS. El primero que me dieron. Fue dulce, tierno, parecía infinito.

-No necesitas tener fe en ti misma, porque yo la tengo en tì- dijo èl en un susurro junto a mi oreja.- Y si no puedes usar la magia, búscate un propósito; usa tu corazón.

Juntos dijimos el hechizo y fuimos volando( yo con un toque de torpeza) hacia la cúspide. Esta estaba cubierta de monstruos y al Portal le estaban colocando el ultimo trozo.

-Amigos-decía James Digory- Hoy terminare lo que mi padre empezó. 

Victoria estaba amarrada y Genesis sostenía el Cetro. No dude en cuanto lo vi de sacárselo. 

-Tù- exclamò ella.

-Genesis: ¿por què haces esto?-dijo Alcander.

-Por el poder-dijo ella con locura en sus ojos.- Poder sobre el mundo.

-Pues, no lo tendrás psicópata-dije.

Alcander y yo tomamos el Cetro y apuntamos hacia el Portal de la Oscuridad. Pensé en todo el mal que este me hizo, en todo lo que me sacó. Y, mientras lo hacìa, un rayo de pura luz fue directo al Portal y lo destruyò, junto a Genesis, James y todos esos asquerosos entes.

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Alcander Victoria y yo actualmente vivimos en Barcelona, España. Victoria trabaja en su propio negocio de venta de libros y nosotros dos asistimos a la escuela. No hubieron muchas interrupciones mágicas en estos seis meses, cosa que es bueno. 

Tal vez les interese saber como andan las cosas entre Alcander y yo. Pues les diré: somos novios. Pero eso ya lo debían ver venir. 

Mientras tratamos vivir una vida común y corriente, también visitamos otros mundos los fines de semana. Es como una doble vida. 

Ahora ya no me interesa mucho asuntos como salvar al mundo o ser famosa. Solo quiero una vida tranquila por un tiempo. La aventura vendrá sola.






Artemisa Mubak y el Portal de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora