Capítulo 3

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Los rayos de Sol entraban en nuestra habitación, empecé a abrir los ojos lentamente y lo primero que ví fue a Livi recostado a un lado mío.

Sin pensarlo, empecé a tocar su cabello... es tan suave y hermoso.

—Enserio me gustas—susurré.

—Lo se—me respondió.

—¿¡Estabas despierto!?—pregunté muy apenada.

—Llevo despierto algunos minutos... ¿Te gusta mi cabello?—se acercó a mi provocativamente.

—Eh... yo

—Te gusta todo mi cuerpo ¿No es así?

—Livi...no me hagas ese tipo de preguntas—estaba sonrojada hasta más no poder.

—Tus sonidos de ayer resolvieron algunas de mis dudas.

—¿Algunas?

—Así es, algunas.

—¿Qué duda tienes aún?—pregunté algo dudosa.

—Pues...

Me estaba sonrojando demasiado pero quería saber qué dudas tenía, pero llegaron a interrumpir.

—Livi-sama, Nike-sama es hora de despertar—entro como si nada.

—¡No entres así!—me cubrí con las sábanas.

—Me disculpó Nike-sama.

Nos obligaron a cambiarnos y arreglarnos para hacer nuestros deberes como reyes. Ahh es tan cansado.

Narra Nike

Las semanas han pasado, Livi y yo hemos mejorado nuestra relación desde que perdimos el miedo a tener relaciones.

Era un día soleado, después de cantar Livi fue por mi y pasamos toda la tarde juntos.

—Nike...¿Lo haremos hoy?

—No me gusta que me hagas ese tipo de preguntas Livi—otra vez me sonrojé.

—Hmp—se enojó un poco—¿Si o no?

Se me quito lo sonrojado y la confusión llego a mi, a Livi si lo alteraba la pubertad. Sus cambios de humor eran muy repentinos y es algo que me asusta.

—Como tú desees—un sentimiento de miedo llego a mi al recordar cómo es que Livi se enoja si no se hace lo que él desea.

—Sabes mi respuesta—ahora estaba encima de mí sosteniendo mis brazos—Si por mí fuera sería diario.

No pude evitar fingir una sonrisa. Empezó a besarme desesperadamente, correspondí pero lo separé.

—Aquí no—lo separé.

—Hmp...tienes razón, vamos a nuestra habitación—me cargo y fuimos.

Cuando entramos me bajo y me tomo de la mano llevándome a la habitación.

—No quiero ninguna interrupción—gritó a los sirvientes pero ellos no contestaron nada—¿Quedó claro?

—Si su majestad—su tono mostraba miedo.

Livi me jalo a la habitación y la cerró con seguro.

—No tenías porque gritarles—le dije. Volteo a verme con una cara algo enojada.

—¿Estas contradiciéndome?—se acercaba lentamente hacia mí. Me estaba asustando demasiado.

—No, simplemente no deberías llamarlos o decirles algo de esa man...—me dio una cachetada.

—Una esposa no debe contradecir a su esposo.

¿Cómo es que había sido capaz de hacer eso?

—Livi—estaba sorprendida  y a la vez asustada.

—Te lo merecías, nunca me contradigas ¿Entendiste?

No podía creer todo lo que está pasando ¿Dónde está el pequeño niño del que me enamoré?

El paso del Tiempo (Livius X Nike)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora