Capítulo siete.

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                                       Kellin.

Noté la figura de Andy corriendo por librarse del humo que expulsaban las máquinas. Vic susurró a mi lado que habíamos echo un buen trabajo, ya que, al parecer, el conejillo de indias había reaccionado de la manera esperada. Tosió repetidas veces antes de agredir con un vaso de plático a Vic. Reí ligeramente antes de dirigirme a las máguinas de humo para apagarlas hasta el comienzo definitivo de la fiesta. 

Decidí llamar nuevamente a Oliver, aunque ni siquiera me devolvió los mensajes, así que deducí que Josh y él estarían "preparándose" muy de cerca para la noche. Suspiré con pesadez, escuchando los quejidos de los niños que había dejado atrás unos minutos anteriores.

Me giré a admirarles. Andy apartaba la mano de Vic de su pecho desnudo antes de que pudiese maquillarle erroneamente. Les tiré a ambos dos preservativos —que, finalmente, decidimos comprar para no recibir denuncias de embarazos adolescentes o algo parecido—.

Se unieron para asesinarme con la mirada. Recogieron los condones y se los juardaron en los bolsillos.

—¿Por qué se pelean por mí? Hay Kellin para todos —me abrí de brazos, pero en vez de amor, recibí dos manos tocándome los pezones.

—Sí, sí, lo hemos comprobado —río Vic, haciéndome cosquillas.

Solté un grito femenino, utilicé a Andy como escudo humano.

—Tengo un Andy y sé como utilizarlo —le amenacé, Vic sonrío malevolamente. 

Andy se removió en mis brazos con nerviosismo, y una angustia bloqueada por carcajadas tontas.

—Dejenme libre de esta pelea de novios y les prometó que a mi primer hijo le llamaré Kellic.

Le miramos conmovidos, pero proseguimos con unas carcajadas que le permitieron escapar gracias a la falta de presión que hacían mis brazos. Vic se acercó a mí y me metió un preservativo en el bolsillo trasero del pantalón, colocandose de puntillos hasta llegar a mi oreja.

—Por si acaso lo necesitas —susurró, mordiéndome el lóvulo de la oreja antes de marcharse a colocar las luces ultravioletas.

Parpadee varias veces seguidas, incapaz de comprender el suceso ocurrido. Finalmente, admiré a Andy escondido detrás de una puerta mientras esperaba una reacción llena de felicidad por mi parte. Le sonreí desganado.

Anduvo hasta mi posición, pasó uno de sus brazos por mis hombros. Sus ojos pasearon por mi rostro.

—¿Y bien? —cuestionó, comprobando que estábamos completamente a solas.

Fruncí mi ceño.

—¿Y bien, qué? —Andy río—. No, en serio.

—¿Qué te dijo Vic?

—Me mordisqueo la oreja, y me metió el condón por si acaso lo necesitaba.

Andy se tapó la boca con la mano, comenzó a fingir un paro cardíaco. Se tumbó al suelo, e imito unas combulsiones emocionadas. Sonreí ampliamente, me senté a su lado y coloqué correctamente mi flequillo hacia un lado.

Él suspiró antes de reirse unos momentos.

—¿Y no le metiste mano? —soltó de repente.

Abrí ambos ojos como platos y le observe detenidamente. Su comentario había sido sorprendentemente salvaje, adolescente e inmaduro, impropio del Andy que hasta ahora había conocido. Pero, a la vez, era agradable saber que cogíamos confianza el uno el otro. 

La imagen de Vic volvió a mi mente. El sentimiento de su mandíbula rozando mi piel despertó en mi columna vertebral un ligero escalofrío; moví mis ordillas logrando calmar mi bello erizado.

—No —negué, sonriente—. Me hago el dificil.

—A mí no me gustan los chicos difíciles —respondió Andy mordiéndose el labio inferior, ascendió sus ojos hacia el techo y, a continuación, se tumbó en el suelo moviendo con la lengua su piercing.

—¿Y qué tienes que ver tú en nuestra conversación? —reí.

—Tu soledad, te llevara a mí.

Ambos soltamos algunas carcajadas al aire. El ambiente era agradable cuando estaba junto a Andy.

—No eres mi tipo, Biersack.

—Quizás eso es lo que piensas ahora —quedé pensativo, analizando sus prendas y la ligera parte de su abdomen visible.

—No, definitivamente no eres mi tipo.

—¿Y si te hago un streapteas?

Negué con la cabeza.

—¿Y si te violo de forma dulce?

Negue nuevamente.

—¿Y si te beso?

Me quedé callado, buscando una respuesta adecuada para proseguir con sus preguntas al azar. Pero estaba bloqueado.

Andy posó la palma de su mano en mi mejilla, acarició mi pomulo suavemente. Bajé ambos párpados, dejando que mi concentración se centrara en las yemas de sus dedos, en la cercanía de su cuerpo, en la necesidad de probar algo nuevo. 

Su mano se apartó en cuando escuchamos unos pasos acercándose por el pasillo que conducía al baño.

—Todo esta perfecto con las luces —aclaró Vic—. Solo quedan...como treinta cosas más que hacer para que la fiesta sea inolvidable.

—¿Y si intento llamar otra vez a Oliver? —dije sin ideas para disimular mi nerviosismo. 

Vic realmente estaba muy sexy con su gorra hacia atrás, la ropa desordenada y una sonrisa de oreja a oreja la mayoría del tiempo, orgulloso de su trabajo. A pesar de los sudores marcados en su espalda, no se había apartado la sudadera.

Fruncí el ceño, intentando comprender el por qué, pero no lograba encontrar una explicación madura o creible.

—No, creo que el muy vago no contestara —entrecerró los ojos, con un gesto pícaro mientras nos mirada a Andy a mí—. Seguro que está haciendo algo con Josh.

—¿Josh? ¿Josh Franceschi? —cuestionó Andy, afirmé con la cabeza—. ¿Jos Franceschi, el cristiano, el de la familia que cree en exorcismos y en la resurección de Jesucristo, se ha lidado con un satánico?

Volví a afirmar.

—Oh, tendrías que haber estado presente esta mañana —río Vic—. Oli nos pidió que le encerráramos con Josh en el aula de refuerzo de matemáticas, y follaron allí mismo.

—¿Le llamaste Oli? —fruncí el ceño, Vic afirmó.

—Me gusta ponerle de mal humor con motes "cariñosos" —hizo comillas con sus dedos.

Andy entervinió en nuestra corta conversación.

—Oh, entonces esa era la razón por la que esa profesora había gritado —río—. Teníais que haberla visto, tiró el zapato por la ventana antes de lavarlo. La verdad es que daba asco pero el sem...

—¡Cállate! —pedí angustiado—. ¡No quiero saber lo que hace Oli con su cosa!

—Semen —finalizó Vic.

Solté un grito asqueado.

sex appeal ☹ fransykesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora