Inconsciente

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¿Qué tan cruel puede llegar a ser una persona?
No tiene sentido citar la frase favorita de Olivia. No lo tiene.
No es algo que haga que regrese o algo que me haga recordarla aún más. Quien hizo esto era alguien que no me quería ver bien, no podía ser una broma de los payasos de la escuela porque nadie sabía dónde vivo. Mi familia y Olivia eran las únicas personas que conocían mi casa.

No tenía tiempo de pensar en cosas así, decidí irme a recostar, sabía que mañana iba a ser un largo día.
Tuve una noche muy larga, inconscientemente la nota me había dejado un mal sabor de boca, ¿A quién no?

Cuando me levanté, me sentía en otro mundo, no era el mismo Víctor de siempre. Estaba en esos días en los que no prestas ni mínima atención de tu alrededor. Me sentía muy lento y muy torpe.

-¡Demonios! Sólo tengo 3 minutos y no he guardado mis cosas.

Vivir cerca tenía sus ventajas, pero también tenía muchas desventajas. Llegar tarde no era algo que hiciera, pero claramente hoy no era mi día. Traté de apurarme lo más que pude y salí rápido de la casa. Al subirme al carro sentí que alguien me tocó el hombro.

-¡Hola, Víctor! ¿Me recuerdas?

- Spun... Spunki.

Spunki sacó un arma de su chaqueta y me apuntó.

-Date la vuelta, cierra el hocico y camina hacia la camioneta.

¡ESTOY MUERTO! Spunki no tenía razones para matarme, pero tampoco tenía para no hacerlo. Seguí sus órdenes y avancé a la camioneta que estaba a tres casas de la mía.
Cuando abrió la puerta vi que estaba su pandilla con él.

- ¡Venga! Huele a carne fresca.

- ¿Cuál es su plan? No les conviene hacerme daño a mitad del caso.

- ¿Quién dijo que lo haríamos?

- Sacaste un arma y me apuntaste.

-Cierto, buen intento.

Sólo un golpe bastó para tirarme al piso, después de eso, no pude defenderme a los ataques de los demás, no pude gritar, ni ver los demás golpes. Quedé inconsciente.

Desperté en una cama de hospital, sin recordar absolutamente nada.

-¿Qué demonios? ¡Ah! Mi cabeza.

-Es mejor que se quede quieto, por el momento no haga ningún esfuerzo hasta que se recupere del dolor.

-¿Qué pasó? ¡Dios! ¡Qué dolor tan intenso!

-¿No recuerdas nada?

- Yo... No... No sé qué hago aquí, debería estar en la escuela.

-¿Qué es lo último que recuerdas?

-Yo... Me acosté a dormir en la noche y de ahí no recuerdo más.

- Usted tiene golpes ocasionados por una pelea, no presentas signos de defensa y tienes una herida de bala en el hombro, nada grave, ya fue extraída, pero por el momento no lo muevas, se te pondrá un cabestrillo cuando salgas de aquí para evitar el movimiento. La policía se comunicó con tus padres y están prontos a venir.

- Gra... Gracias, doctor.

No recordar nada era algo asqueroso, no tenía idea de lo que sucedió, me encontraba en el Academisch Medisch Centrum que es el centro médico que está afiliado a la Universidad y está a 15 minutos de mi casa. 

El medicamento que me habían dado ya había surgido efecto, tenía menos dolor de cabeza, cuando mis padres llegaron a la habitación se encontraban muy asustados.

-¡Cariño! ¿Cómo estás?

- Madre, estoy mejor. 

-Hemos platicado con el doctor, es mejor que descanses estos días.

-No, padre, tengo que ir mañana a la universidad, no puedo faltar.

-Víctor, tienes que entender las cosas. No te picó una hormiga, fuiste golpeado.

-Ya les dije que estoy bien, tomaré mi medicamento y todo irá bien.

-Hijo, yo entiendo que eres amante de los estudios, pero es para que te recuperes bien, cariño.

-¡Madre, por favor! Mira, llegó el doctor...

-Hola, Víctor, ¿Ya te encuentras mejor?

-Supongo, pero mis padres no entienden que puedo caminar y moverme por sí solo.

-Eso es algo que tendrás que averiguar en el transcurso del día. He venido porque me inquieta saber ¿Qué ha pasado? el hecho de que no recuerdes absolutamente nada de esta mañana, me intriga un poco. Refresquemos tu mente, al parecer uno de los vecinos de tu calle escuchó el impacto de bala y llamó a la ambulancia y a la policía, eran aproximadamente las 7:30 de la mañana cuando llegaste aquí, tengo el presentimiento que sufriste amnesia anterógrada por causa del fuerte golpe que recibiste. ¿Recuerdas un poco?

-Me cuesta trabajo pensar en todo esto, ahora que lo pienso, sólo recuerdo salir de la casa y me dirigía al carro  y de ahí no recuerdo nada más.

-Conforme el paso de los días irás recordando poco a poco lo sucedido, te recomiendo que presentes cargos, espero no estés metido en problemas, chico, me agradas mucho.

Pasé toda la tarde ahí en el hospital, no estaba tan golpeado, sólo tenía la boca y la nariz rota, tenía muchos moretones en el cuerpo, algunos raspones y la herida de bala, no era tan grave, quizá digo eso porque no tengo ninguna fractura en el cuerpo. 

Me dieron de alta en la noche, ya que me encontraba mejor, seguía sin recordar las cosas, pero, como dije,  no era tan grave. Mis padres decidieron dormir en mi casa, para poder cuidarme y así estar pendientes de mí, terminaron convenciéndome de no ir por dos días a la escuela, para que pudiera descansar más y así no sintiera tan pesada la escuela.

Estar dos días en mi casa se sentía tan relajante y a la vez tan frustrante, sabía que tenía tareas pendientes e inasistencias, me ponía muy enojado eso. Mi madre se mantenía en la casa cuidándome, limpiaba las heridas que habían en mi cuerpo, mi vecino fue a visitarme, creí que era el único universitario que vivía en Tuinbouwstraat, pero no, este chico llamó al centro médico porque él igual estudiaba en la UVA, era un año menor que yo y estudiaba Musicología, íbamos a la misma facultad, al parecer él ya sabía que yo estudiaba allí, su nombre era Braam y era la forma holandesa del nombre hebreo Abraham, supongo que Braam sonaba más cool. Él era un tipo muy cool, incluso podría decir que compartía muchos gustos con él, pasó bastante rato en mi casa y a mi madre le agradaba la idea de que fuera un chico muy atento y amable, sobretodo amaba que al fin tuviera un amigo o alguien con quien distraerme.

Me sentía mejor, estaba más descansado y los medicamentos me ayudaban demasiado, mi madre entendió que ya era tiempo de ir a la escuela, Braam no tenía carro, así que mi madre nos iba a llevar a ambos, es tan vergonzoso, me sentía niño de 6 años. Dormí demasiado bien, ya no me molestaban los golpes, me sentía normal, listo para mañana.

OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora