Fin

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Olivia decía que para saber si estábamos vivos bastaba con un buen susto o con una gran aventura. También decía que el peligro es todo y que nosotros estamos dentro de él.
Quizá lo decía porque ella vivía día tras día aventuras llenas de peligro y sustos. Yo no.

Estaba tirado en el piso, un poco lastimado, sin entender qué sucedía. Como aquella vez que me dejaron inconsciente, sólo que esta vez, no estaba sólo.
Intenté pararme para poder alcanzar a Braam, pero esas personas fueron más rápidas que yo.

-Es mejor que te quedes ahí, Víctor.

-¿Quién carajos eres?

-No te acuerdas de mí? ¡Oh, vaya! Creí que eramos amigos.

-Spunki...

-¡Bingo!

-¿Qué quieres?

Intenté levantarme, pero sus otros dos hombres me agarraron de los brazos y me hincaron.

-Sólo quiero jugar, pero, claro, aquí hay alguien que estorba.

Volteó a ver a Braam y se acercó a él.

-Así que tú eres la novia de Víctor. Sabía que no era lo suficientemente hombre.

-¡Vete al carajo!

-Mira, princesa. Si quieres vivir, me harás caso. Ahora, si quieres terminar como Víctor, pues, haz lo que quieras.

Se volvió a alejar de Braam y a los tres pasos, se dio la vuelta y le disparó en la pierna derecha, dejándolo en el suelo y sin movilidad.

-¡Braam! ¡Maldición!

-Me molestaba ver parada a tu novia.

-Eres un hijo de...

Spunki se acercó a mí y colocó bruscamente su arma en mi mejilla.

-¡Ten cuidado con lo que sale de tu boca, Víctor! Créeme, no quieres que esas sean tus últimas palabras. Más vale que sigas mis órdenes y guardes silencio. O esta pequeña arma atravesará de nuevo a tu amigo. Rápido, hagan su trabajo.

Se dirigió a la camioneta, era increíble que se moviera aún, no recuerdo cómo me subieron ella. Recuerdo tener una bolsa en la cabeza y ser golpeado demasiadas veces. No supe más de Braam.

Estaba amarrado a una silla, en un lugar cerrado y muy oscuro, parecía un cuarto. Al principio me dio risa, ya que parecía cualquier película de suspenso y asesinato. Todo un show. Luego me di cuenta que en realidad podía morir y de que mi mejor amigo no estaba conmigo. Empecé a gritar y a pedir auxilio, grité el nombre de Braam, pero, nadie respondía, pasaron minutos y alguien abrió la puerta.

-¿Te has preguntado por qué Olivia y no tú?

-Porque el maldito que merecía morir eras tú, yo no.

-Tu novia era una apretada, bueno, se buscó al chico más virgen de toda Amsterdam. Ese día no hubiera sido trágico si tu linda conejita hubiera aprendido a seder.

-No tienes derecho de hablar así de ella.

-¡Claro que lo tengo, infeliz! ¡Tu novia vivió lo suficiente y todo por mí!

-¡Claro que no! Sólo la usaste y quisiste abusar de ella así como lo hiciste con alguien más y como no pudiste hacerlo y sentiste vergüenza de ti mismo la mataste.

-¡BASTA! (Spunki golpeó mi rostro con su pistola) ¿Sabes lo que eres? Un insecto más en esta estúpida ciudad, un insecto que aplastaré muy pronto.

-¡NO SÉ QUÉ CARAJOS ESPERAS PARA HACERLO!

Disparó cerca de mis pies para generarme miedo. Lo cuál logro obtener. Estaba muy asustado y lloré.

OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora