24. Teo (✔️)

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Capítulo dedicado a: @_lectoradesquiciada

¡Leer aviso al final del cap!

Conversaciones pendientes

Ahora que veía al ricitos de cerca, ratificaba la idea de que era muy poco para Milo.

¿Cómo se atrevió a cortar su no - relación de forma tan simple y poco considerada?

No debe de tener corazón.

De seguro, él es una de esas personas que tienen una pareja para cada día de la semana.

Definitivamente no es el chico correcto para Milo.

Ese debería ser alguien como yo.

Integro.

De buen corazón.

Paciente.

Y con un inigualable sentido del humor.

Aunque claro, según Mariel él estaba perdidamente enamorado de mí, y básicamente ha estado sufriendo por mucho tiempo creyendo que era un heterosexual inalcanzable.

Y ahora que me había visto besar a Vivaldi, su perspectiva en cuanto a lo de heterosexual había cambiado para convertirme tan solo en alguien inalcanzable.

Bufé y borré cada señal que podría tener mi móvil de haber revisado la cuenta de Facebook de César Mantilla.

Acto seguido, lancé mi teléfono a mis alrededores y me estiré.

Era sábado por la tarde y ya me encontraba muchísimo mejor.

Nunca más vuelvo a mezclar trago.

Casi muero en el intento.

Lo única bueno que logré en esta semana fue que gracias a todo el tiempo libre que tuve al encontrarme en reposo absoluto, luego de mucha deliberación finalmente di con un grandioso plan que se pondría en acción dependiendo si era cierto lo que decía la bruja.

Milo enamorado de mí.

Admito que la idea me dio miedo en un principio, pero luego de pensarlo con detenimiento asumí que aquella opción era un resultado bastante obvio al tratarse de mí, ya que, siendo un ser humano ejemplar, era casi imposible de que Milo no estuviera enamorado de mí.

Es más, hasta me sentiría ofendido de no ser su primer amor.

¿Acaso no han visto mi cara?

―Sé que mi belleza es difícil de asimilar, pero no estaría mal que dejarás de ignorarme para disimular tu corazón roto por mí, ―comentó Joel Campillo haciéndome recordar su presencia en mi habitación, al tiempo que hacía referencia a los hechos de su fiesta. ―En fin, ¿me vas a contar tu maravilloso plan? ¿O solo vine para calentar tu cama? ―cuestionó haciéndome rodar los ojos de inmediato.

―Antes que nada, necesito un favor, ―pedí bastante avergonzado.

― ¿Otro más? ¿Acaso no es suficiente que me hayas despertado en la madrugada para invitarme a almorzar? ―cuestionó cruzándose de brazos mientras levantaba cada vez más su tono de voz.

― ¿Acaso eso no es lo que hacen los amigos?

― ¿Hacer qué?

― ¡Sacrificios! ¡El uno por el otro!

― ¡Existen límites, Olvera! ―aseguró mientras rodaba los ojos y me daba una mirada fulminante. ―Quizá podrías convencer a Milo de levantarse a las tres de la mañana por ti, pero yo eso no lo hago a menos que se trate de Iván, y créeme que aun así me lo pensaría muy bien, ―sentenció prácticamente riñéndome cuál niño pequeño.

Odiando a TeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora