19. Milo (✔️)

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Capítulo dedicado a: @PadmeLeyabeth

Pd: Les dejo un aviso al final del cap, léanlo porfi <3.

¿Eres gay?

Desperté en mi cuarto.

Lo cuál era muy extraño porque lo último que recuerdo es haberme quedado dormido en uno de los sofás en el departamento de los Olvera.

¿Quién me trajo?

¿Por qué estoy vestido con otro pijama?

¿Qué horas son?

No lo comprendía en lo absoluto.

¿Qué había pasado?

― ¿Milo? ―escuché que mamá llamaba al tiempo que tocaba suavemente la puerta de mi cuarto. ― ¿Estás despierto cariño?

Inmediatamente vi mi alarma.

10:32 am

Mierda, ya me perdí el primer periodo.

¿Por qué nadie me despertó?

―Voy, ―contesté a duras penas, al tiempo que me paraba con una fuerza sobrehumana para abrirle la puerta.

Honestamente, esperaba verla cruzada de brazos y con un rostro entre divertido y preocupado; sin embargo, para mi sorpresa ella no se encontraba sola.

Papá estaba a su costado, lo cual era extremadamente raro considerando que él pocas veces se perdía un día de semana en el taller.

―Hijo, creo que debemos de conven... ―y antes de que ella terminará de hablar... Lo recordé.

Mierda.

Por supuesto que lo recordé.

* * * *

Flashback

Luego de haberle dado un beso casi imperceptible a Teo, le terminé vomitado encima.

Luego lo hice en el florero.

Y de ahí en el baño... Mientras él se estaba bañando.

―Voy a llevarte a tu casa, ―murmuró mientras me quitaba la ropa y me ayudaba a ducharme.

― ¡Qué aburrido eres, Mateito! ¡Juguemos a verdad o reto! ¿Qué te parece?

Lo vi rodar los ojos.

Y acto seguido, hizo caso omiso a mis palabras.

Discúlpame, pero no puedo cuidarte mientras hago el intento de limpiar la casa, y conociéndote vas a seguir vomitando,

― ¡Tú me diste las bebidas!

― ¡Y tú te zampaste el vodka de papá cuando fui al baño!

Reí al verlo tan preocupado.

Eso era muy raro, ya que usualmente era yo quién lo cuidaba a él.

Yo... Ya había mencionado antes que tengo cero tolerancia al alcohol, ¿cierto?

Suspiré derrotado.

Me pesaba el cuerpo y me sentía torpe.

Así que simplemente me deje consentir.

Odiando a TeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora