Último capítulo.
Pd: Por favor leer la nota al final del escrito.
Amor clandestino
―Tal vez esperamos mucho para comenzar lo nuestro, ―reconocí viéndolo directamente hacia sus enormes ojos castaños, los cuáles en estos momentos estaban intentando no parecer llorosos. Y lo odiaba. En verdad odiaba que estuviera triste por nosotros. Pero muy pocas veces realmente se consigue lo que uno más desea en la vida y la beca que conseguí en Tierra del Sol era todo lo que imaginé y mucho más. Era una decisión fácil pero rodeada de implicancias difíciles. ―Pero siendo honesto, no cambiaría nada... Quizás lo nuestro no estuvo destinado a ser ahora, a lo mejor en otro momento. En otro lugar. En otra vida, ―murmuré con pesadez, mientras lo abrazaba tan fuerte que mis brazos dolían.
Y aquella acción bastó para que el ritmo de su corazón se electrificará con mi toque.
No tenía miedo por la gente que se encontraba a mi alrededor, ya que eran personas que me amaban... Nos amaban.
Mamá, papá, los Martínez e incluso Joel junto con su amor prohibido, el entrenador Fuentes, y el director quién era su compañero desde ya hace varios años. Todos se encontraban en la terminal para despedirme.
Después de todo, la Universidad a la que asistiría tenía preparado un campamento de verano para los entrenamientos de las ligas deportivas y para mi desgracia, la asistencia era obligatoria durante el primer año.
Tendría dos días libres a la semana, pero estos variarían a medida que se consolidaban los entrenamientos.
Lo más jodido era la distancia.
Tierra del Sol estaba a ocho horas en bus desde Valle Santo, así que era lógico que tuviera que solicitar un internado.
―Sí, ¿por qué no? ―murmuró Milo limpiándose con suavidad las lágrimas que se habían colado por sus mejillas, consiguiendo que volviera a la realidad.
Intente acercarme a sus labios, pero él dio un par de pasos atrás, conservando de alguna forma su espacio personal.
Asentí a modo de disculpa, ya que era plenamente consciente de que ya estaba haciendo la despedida bastante difícil.
―Me gustaría creer que Camilo Martínez dentro de un mundo paralelo consiguió el final de película que esperaba, ―argumentó hablando en tercera persona al tiempo que lograba sacarme una pequeña sonrisa dentro de todo aquel embrollo. ―O mejor dicho, me encantaría soñar con la idea de que en otra dimensión Milo y Teo, nunca tuvieron que separarse, ―agregó abrazándose a sí mismo.
Di un largo suspiro.
Él ya había sido aceptado en su Instituto de Traducción aquí en Valle Santo, y se encontraba muy bien encaminado.
Ambos sabíamos que por más que él me quisiera ir a visitarme en verano, no podría por el costo de los pasajes, y por las interminables horas que tendría que permanecer en el autobús considerando tanta la ida como el regreso de mi futuro centro de estudio.
¿Para qué tomarse tantas molestias?
Si solo me vería jugar cuatro horas seguidas, a lo mucho se las arreglaría para acompañarme en mis cuarenta y cinco minutos de almuerzo, antes de iniciar un propedeutico completamente innecesario de cursos introductorios.
¿Para qué tomarse tantas molestias para luego volver a irse?
― ¿Qué seríamos? ¿Sexys bomberos? ¿Detectives? ¿Mejores amigos heterosexuales? ―pregunté intentando hacerlo reír ya que su rostro estaba marchito, de la misma manera que su corazón.
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Odiando a Teo
Novela Juvenil|AMOR CLANDESTINO - MANÁ| ¿Qué pasaría si tu mejor amigo estuviera secretamente enamorado de ti? Camilo Martínez es un estudiante de diecisiete años de edad y su otra mitad más conocido como Mateo Olvera también lo es. De una u otra forma, él solo...