Capítulo 6

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No deberías haber volteado cuando Harry gritó tu nombre.
Pero lo hiciste, detuviste tu andar y te acercaste a la orilla de la acera.
Harry detuvo y acercó la moto muy cerca de donde te encontrabas.
Quito el casco de su cabeza y acomodo su cabello con las manos.
Ninguno dijo nada.
Te miró a los ojos y después dio una media sonrisa.
Mordiste tu labio y agachaste la mirada.
Parecía que ninguno estaba dispuesto a decir una sola palabra.
Y a decir verdad ni siquiera hacía falta.
Se vieron directamente a los ojos por unos cortos segundos,
el rubor acompañó a tus mejillas.
¿Qué era eso exactamente?
No palabras, solo miradas tímidas.

No deberías haber esperado a que Harry hablara.
Pero lo hiciste, su voz sonaba tan segura, tan confiada de cada palabra.
...
Entonces, ¿sabes si pude haber dejado mi collar en la cafetería?— te preguntó.
Tus manos comenzaron a sudar,
tenías miedo de que tu voz te traicionara,
Y que de alguna forma, terminaras diciéndole que sí,
que lo llevabas puesto bajo tu playera.
¿Louis? Entonces...¿viste mi collar?— volvió a hablar al ver que no decías nada.
Diste un profundo respiro,
Le pediste al cielo ayuda para que tus palabras no te traicionarán.
No, no creo haberlo visto— mentiste.
Harry agachó la mirada, lucía un poco triste.
Pero podría buscarlo mañana.

No deberías haber ofrecido tu ayuda.
Pero lo hiciste, él sonrió y verle sonreír te causo felicidad.
Gracias Lou, no sabes cuanto significa ese collar para mí.
Tu consciencia entró en debate.
¿Cómo devolverías algo que no querías entregar?
Yo, yo tengo que llegar a mi casa— dijiste.
Temías que en algún momento, que de alguna forma él notará su collar bajo tu camisa.

No deberías haber aceptado.
Pero lo hiciste, él ofreció llevarte hasta tu casa y fue algo que no pudiste rechazar.
Te entregó un casco, y él se puso otro.
¿Tiene algo malo? te preguntó al ver que no te lo ponías.
Tus mejillas comenzaron a calentarse.
Es solo... no querías terminar la frase.
Te daba pena decir lo que pensabas en ese instante.
Es solo... ¿qué?te instó a hablar.
Promete que no te burlaras de mí— dijiste tímidamente.
Prometo no burlarme Lou.
Yo nunca he usado un casco y tengo miedo de que mi cabeza se atore.
Querías que el suelo se abriera, querías regresar el tiempo un par de minutos y no haber dicho nada.

Lou...comenzó a decir Harry pero no pudo seguir hablando.

Comenzó a reír un poco y al ver que le miraste se calló.

No deberías haber mirado la punta de tus zapatos.
Pero lo hiciste, no podías mirar a nadie a los ojos en esos momentos.
Será mejor que me vaya caminado— dijiste mientras le entregabas su casco.
Puso una mano sobre la tuya y con la otra tomó tu barbilla para que levantaras la mirada.
Le miraste a los ojos.
Tenía una mirada seria.
Siento haberme reído Lou sonaba sincero.
Tener sus manos sobre tu piel te quitó el habla.
No quería herir tus sentimientos, de verdad lo lamento.

No deberías haber aceptado su disculpa.
Pero lo hiciste, fue sincero con cada palabra.
¿Aceptas que te lleve? preguntó.
Solo si me ayudas a ponerme esto— señalaste el casco —sin reírte.
Acomodó tu cabello hacia atrás y luego tomo el casco con ambas manos.
¿Listo? preguntó y después de que asintieras, te miró y sonrió y luego puso el casco en tu cabeza.
Se subió a la motocicleta, y te ayudó a subir.
Puso la llave y prendió el motor y arrancó.

No deberías haber abrazado a Harry por la espalda.
Pero lo hiciste, temías caer.
Se sentía seguro aferrarse al chico.
Era incómodamente cómodo poner tus brazos a su alrededor.
Te preguntó indicaciones para llegar hasta tu casa.
No querías que el viaje terminara.
Te gusto estar así.
Aferrándote a él.
Llegaron a tu destino.
Aún tenias tus manos a su alrededor.
No querías soltarlo.
Se sentía tan bien abrazarlo.

No deberías haber sentido tristeza.
Pero lo hiciste, caíste en cuenta que te estabas aferrando al chico.
Quitaste tus manos de su alrededor.
Intentaste bajar pero fallaste,
Harry se bajo de la moto y te ayudó a bajar.
Quedaste parado en la orilla de la acera.
Le devolviste su casco y volvió a subir a la moto.
Murmuraste un gracias y él solo asintió con la cabeza.
Parecía que el no tenía ninguna prisa por irse, y tú tampoco querías que se fuera.
Pero se despidieron.
Y cada uno siguió su camino.

No Deberías. //L.S.//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora