Problemas para el Hokage {Kakashi}

Prologo

Prologo

Durante las guerras muchos habían perdido a sus seres queridos, los shinobis de diferentes aldeas luchaban el uno contra el otro, se veían como enemigos a los que tenían que eliminar y se mataban entre sí sin compasión alguna, el mundo de los shinobis durante las guerras era caótico, no había paz y los jóvenes que aún no habían empezado a vivir su vida de la forma correcta morían en los campos de batalla, el resentimiento entre las naciones crecía más y más con cada muerte, y los shinobis no eran los únicos afectados, cuando las naciones se enfrentaban siempre había un lugar de por medio que era su campo de batalla lo que usualmente era lugares donde no habían shinobis solo personas normales que vivían sus vidas en paz, estas personas se convertían en víctimas inocentes, muchos niños morían o quedaban huérfanos, sin ningún lugar a donde ir, sin nada que comer y sin nadie en quien apoyarse para sobrevivir , cuando por fin las guerras terminaban ya no quedaba nada solo recuerdos dolorosos, escombros y muerte, y como muchas otras personas yo había sido una de las muchos niños que habían quedado sin familia, cuando tenía cuatro años había visto como asesinaban a mis padres frente a mí no había podido hacer nada, mi pequeña aldea fue destruida por completo y todos en ella menos yo habían muerto, sobreviví como pude durante dos largos años y un día conocí a un hombre, pelo negro y largo, piel pálida y ojos como el de una serpiente , con tan solo mirarlo había notado lo fuerte que era y de inmediato su fuerza me había atraído, para una niña que no tenía nada ese hombre había resultado como una buena oportunidad, aun recordaba claramente sus palabras.

-estas sola ¿eh? Al igual que yo -su voz había sonado como un siseo en ese entonces- ¿Qué tal si vienes conmigo? -había aceptado su propuesta de inmediato y a su vez había preguntado.

-¿Cuál es su nombre? -no había dudado y ni siquiera vacilado al hablar.

-Orochimaru -había respondido él- ¿Cuál es el tuyo? -pregunto y como al principio no dude en responder.

-Eris, mi nombre es Eris -fui con él sin vacilar y sin miedo, en ese momento había pensado en él como una oportunidad para desquitarme del mundo, volverme shinobi fue extremadamente fácil, Orochimaru había dicho que era un genio, había aprendido cada jutsu que me enseño, había aprendido Taijutsu y Genjutsu, y cuando estuve lista Orochimaru me uso para deshacerme de sus enemigos y perseguidores, a los ocho años ya había matado a un montón de shinobis de diferentes aldeas, era precisa y eficaz, nunca fallaba ningún objetivo y nadie me venía llegar, era una de las subordinadas más apreciada de Orochimaru por esa razón, a los doce años ya estaba cansada de todo y no tenía ningún objetivo, solo cumplía órdenes y nada más, era como un arma la cual su único objetivo era matar, ya ni siquiera sentía remordimiento alguno, a los catorce Orochimaru me había puesto de niñera, la niña que había conseguido era habilidosa y poseía un Kekkei Genkai desde que llego se había colgado de Kimimaro el chico del clan Kaguya otro poseedor de un Kekkei Genkai, y de alguna forma él termino encariñado con la niña pero como era de esperarse él no podía estar con él todo el tiempo así que Orochimaru me ordeno vigilarla, Kimimaro era el contenedor de Orochimaru en ese momento pero la niña era su repuesto por si algo sucedía, aunque ellos nunca fueron sus primeras opciones, Uchiha Itachi era a quien quería pero no consiguió nada ya que era muy fuerte, ese chico era un genio con tan solo verlo la primera vez deduje eso al instante, teníamos la misma edad y al igual que yo sus ojos expresaban cansancio y como si esperara algo con mucho anhelo, había ansiado una pelea con ese chico pero las veces que lo había visto nunca me pude acercar lo suficiente para retarlo.

Muchas de las misiones que se me asignaban era sobre acabar con alguien o infiltrarme en algún lado pero un día una misión fue diferente, se me había ordenado acabar con un grupo de anbus que estaban tras la pista de Orochimaru, ese día todo había cambiado algo en mi había despertado, tal vez interés o curiosidad, lo cierto es que me había interesado en algo después de tanto tiempo sin importarme nada además de querer matar a todo shinobi a mi alrededor, los anbus se habían dispersado y habia decidido ir uno por uno,el primero en encontrarme fue a un chico mayor que yo pero para ser anbu aún era muy joven, era un genio, fue lo que deduje al instante, no traía su máscara de anbu y su pelo era blanco o tal vez plateado, lo único que si llevaba era una máscara que cubría la mitad de su rostro y tenía una cicatriz a lo largo del lado izquierdo de su cara, pude deducir que era guapo pero la máscara era un fastidio, por alguna razón no quise matarlo y cuando se había acercado al árbol en donde me encontraba me había colgado de cabeza en la rama y le hable.

-oye ¿Por qué cubres tu rostro con esa mascara? -con el ceño fruncido había mirado directamente al chico, en ese momento él había pensado en mí como una niña adorable e indefensa de eso estaba segura.

-¿Qué hace colgada de cabeza? Te harás daño si no bajas de ahí -dijo él pero en ese momento no supe si estaba preocupado o solo lo dijo por decirlo.

-no respondiste a mi pregunta -había respondido con fastidio.

-te refieres a esto -el chico había levantado su máscara de anbu pero yo había negado al instante.

-esa no, esa -había estirado la mano y tocado su rostro, bueno la parte que estaba cubierta por esa mascara fastidiosa.

-oh esto, es parte de mi uniforme ninja -fue su única respuesta y tampoco fue muy claro con respecto a la máscara- ahora ¿Qué haces ahí colgada? -volvió a preguntar.

-solo quería verte de cerca, y ahora que te veo bien eres un ninja, odio los ninjas -obviamente supe al instante que era ninja pero había mentido en ese instante, pude haberlo matado pero no lo hice, pase dos días junto a ese chico hasta que el descubrió mis intenciones iniciales y tuve que irme, aunque las cosas que él me dijo durante esos dos días se mantuvieron en mi cabeza lo que causo que intentara matar a Orochimaru unas cuantas veces, al final solo conseguí quedar encerrada durante ocho o tal vez nueve años pero ahora nuevamente estoy libre y las cosas han cambiado, como un shinobi a la que únicamente le importaba matar a los demás la actualidad era algo limitante pero tenía que acostumbrarme al cambio eso era lo que hacía un buen shinobi.

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bueno aquí empezamos con un prologo algo raro, nunca había escrito uno así de esta forma pero espero que esto les resuma algo sobre la historia, espero les guste

bien, comenten, voten, hagan lo que quieran, se les quiere :D

***Zharak***