La Ascensión de un Guerrero

Coliseo del Destino

(Dos semanas después)

Tiempo después de haber entrado a la enfermería, Dalibord abre los ojos lentamente y lo primero que puede notar es a una joven más o menos de su edad que se encontraba dormida en una silla de madera a un costado de su cama, su cabeza se encontraba al borde de la cama sobre su gran cabellera de un color tan dorado como el oro, su piel era tan clara como un amanecer de invierno, su perfume a flores silvestres se podía sentir por toda la habitación, traía puesto un largo vestido de color rojo carmesí con detalles dorados en las mangas y cuello, Dalibord se queda observándola unos momentos admirado de su gran belleza, preguntándose quien era ella, pasaron unas horas para que la chica despertara y se diera cuenta de que Dalibord ya estaba consiente, ella le empieza a hablar con una sonrisa en su rostro y con un tono de voz dulce le dice.

-Hola me llamo Aria, soy la hija del rey Vidal, yo te traje aquí con la ayuda de unos soldados cuando te desplomaste en el salón principal.
-¿Cómo te llamas?

En ese momento Dalibord quería responderle a la hermosa chica pero por alguna razón no podía hacerlo, cada vez que intentaba formar palabra alguna esta no salía de su boca, estaba totalmente deshidratado, cuando de repente ella responde apenada.

-¡Claro! Seguramente tienes sed ya que no has bebido nada desde hace un buen tiempo, disculpa por ser tan distraída, es que soy nueva cuidando a una persona- ella rápidamente se dirige a la cocina a buscarle un vaso de agua.

Cuando regresa ayuda a Dalibord a levantarse un poco de la cama para que pueda beber el agua, cuando el termina ella le dice.

-Se nota que tenias sed, espero que estés mucho mejor ahora, ¿me puedes decir quien eres tu y de donde vienes?

El se le queda viendo un momento admirando sus hermosos ojos de color azul profundo, cuando repentinamente le pregunta sobre el estado de su mejor amigo mateo, a lo que ella le responde diciendo.

-El esta bien, solo tiene algunos rasguños y pequeños cortes de espada en sus brazos y pecho, pero estará bien, si no me crees se lo podrás preguntar tu mismo cuando despierte.

En ese momento Dalibord la mira fijamente a sus hermosos ojos, se encontraba totalmente perdido en su mirada, cuando de repente le dice a la joven.

-Gracias por ayudarnos, realmente lo aprecio mucho que nos apoyes en estos momentos, ¿pero?, al ser la hija del rey no deberías hacer estas cosas ¿o si?
Ella al escuchar esto sonríe y le responde a Dalibord.

-Tu tienes razón no debería estar haciendo esto, además que si mi padre me encuentra de seguro me castigaría, pero quiero hacerlo, porque como futura sucesora al trono, quiero convertirme en una buena reina algún día y yo creo que esto es un buen comienzo, ¿no piensas lo mismo?

Dalibord se queda observando a la joven chica que lo había ayudado sin siquiera saber su nombre, sin importarle quien pudiera ser o que pudo haber venido a hacer, él asiente con la cabeza, pero sin apartar la mirada de la hermosa princesa, ella empieza a reír y le dice.

-¿Entonces ahora si me vas a decir tu nombre?

El le responde con gran velocidad y nerviosismos a la hermosa princesa.

-Me llamo Dalibord Fide mi Lady y estoy a sus órdenes
Al terminar de decir esto ella esboza una pequeña carcajada y le responde.

-Por favor no me digas así, solo llámame Aria ¿si?
Dalibord asintió con la cabeza, cuando de repente en ese momento siente que alguien le coloca la mano en su hombro, era Mateo que había despertado y le dice con voz alegre.

-¿Hermano estas bien? ¿Cómo te sientes después de haber
dormido por dos semanas?.

-Espectacular querido amigo, con un poco de sed pero la princesa Aria me trajo agua- le responde Dalibord a Mateo

Al decir esto los tres comienzan a reír, pero Dalibord no podía apartar la mirada de la hermosa princesa, al salir de la enfermería Mateo se ofrece para darle un tour a Dalibord por los alrededores del castillo, a lo que el acepta entusiasmado por ver tan enorme lugar, empezaron a recorrer los largos pasillos y enormes salones que parecían estar hechos de oro, tardaron una media hora para llegar al lugar que cambiaria a Dalibord de por vida, era un enorme coliseo que estaba dentro del castillo, este era conocido como "El Nido del Destino", aunque algunos lo llamaban " La Cuna de la vida" ya que se decía que este coliseo era el corazón de la ciudad del sur y donde peleaban los mas hábiles y valientes guerreros en todo el mundo, al entrar al coliseo Mateo se detiene repentinamente y le pregunta a Dalibord.

-¿Quieres luchar contra mi en el coliseo?, para demostrar tu fuerza, habilidad y así poder comenzar tu entrenamiento como caballero, además la hija del rey se encontrara en las gradas observándote, podrás impresionarla.

Dalibord acepta rápidamente sin siquiera pensarlo dos veces, lleno de emoción porque alfan empezaría a entrenar como un caballero y sale rápidamente en busca de una armadura y un arma para comenzar con el combate, cuando de repente Mateo lo detiene diciéndole:

-Pero que crees que estas haciendo niño, nunca has blandido una espada y mucho menos la has utilizado para atacar a alguien, pero ya te crees capaz de enfrentarte a mí.

Dalibord con una mirada de intriga en su rostro por no saber que estaba pasando le responde con cierta desesperación:

-Entonces para que me propones pelear contra ti si ni siquiera me crees capaz de utilizar una espada o resistir una pelea contra alguien como tu
Mateo con una sonrisa en el rostro le responde a Dalibord.

-No es que no te crea capaz de vencerme solo es que no estas en condiciones de pelear contra mi en estos momentos, además lo que te estaba proponiendo era que entrenáramos durante los próximos 3 meses para poder enfrentarnos como se debe en este coliseo.

Dalibord sin entender que estaba sucediendo le pregunta a mateo.

-¿Cómo vamos a entrenar? Yo nunca he hecho tal cosa
Mateo poniendo la mano en su hombro le responde.

-Tranquilo niño yo te voy a enseñar las artes de ser un caballero y te mostraré como es necesario entrenar para poder convertirse en uno.

Al decir esto, ellos abandonaron el coliseo y se dirigieron a los pueblos que vivían en las adyacencias del castillo.