La Ascensión de un Guerrero

Reencarnación

Al abandonar el coliseo, se dirigieron a los poblados que se asentaban en las cercanías del castillo, recorrieron durante horas los senderos de tierra que habían en las cercanías del palacio, sin detenerse para descansar ni el mas mínimo momento, caminaron hasta que oscureció y encontraron una pequeña cabaña abandonada en el bosque, parecía estar en muy mal estado, las ventanas estaban casi todas rotas, las paredes se desmoronaban, el techo parecía estar sujeto por el polvo y pudiera caerse en el mas mínimo descuido, esta casa tenia un color oscuro casi negro, a su alrededor se encontraban los arboles mas grandes y rebosante de vida que alguna vez habrían visto, al entrar a la cabaña encuentran a un herrero de edad avanzada, este media alrededor de unos 2 metros de altura, tenia un mantel blanco llenos de manchas de color rojo las cuales se asemejaban a la sangre, vestía un atuendo de color negro lleno de manchas blancas, Dalibord se queda en silencio mientras que aquella persona se acercaba lentamente a recibirlos y al ver a Mateo le pregunta:

-¿Quién es este niño? Mateo, nunca lo había visto en este pueblo.

Dalibord se queda observándolo fijamente sorprendido por apariencia que parecía haber salido de un relato de terror, en ese momento mateo le responde al herrero.

-Déjalo en paz Reimon solo hemos venido para cobrarte el favor que me debes desde hace ya un buen tiempo
Reimon se le queda viendo y mientras emitía unas carcajadas le dice con tono burlón a Mateo.

-¿Y en donde esta tu equipo de soldados elites Mateo?, ¿no me digas que los traicionaste?

Mateo cambiando la expresión de su rostro saca su espada y le dice a Reimon mientras coloca la espada contra su cuello.

-!!!! Cállate Reimon! yo no seria capaz de cometer traición a mis propios compañeros, pero…. Kiogre, esa es otra historia
En ese instante Mateo retira la espada cuidadosamente del cuello de Reimon, este se voltea para batir algo que estaba colocado en un enorme caldero de color negro y le dice a Mateo con una voz que reflejaba tristeza.

-Si tan solo me hubiesen escuchado cuando les dije que Kiogre estaba pensado traicionarlos, tal vez nada de esto hubiese ocurrido y todos estarían con vida en estos momentos, incluso el ingenuo de Leandro que nunca quiso creer que uno de sus compañeros lo traicionaría.

De repente en la cara de Mateo se podía observar como una pequeña lagrima de desdicha caminaba por su rostro, debido a que éste todavía se culpaba de lo que había sucedido y levantando nuevamente la espada le dice al herrero.

-Hay que dejar el pasado atrás, además de los errores se aprende Reimon, además somos caballeros y hemos jurado cumplir con todas las misiones sin importar los riesgos, ni los peligros a los que nos enfrentemos.

De la nada Reimon se voltea en dirección a Mateo y sin levantar la cabeza le dice.

-Esta bien Mateo son caballeros y juraron dar la vida por el reino, pero tú crees que valió la pena el sacrificio de toda esa gente para completar dicha misión, crees que esa misión valía mas que la vida de tus compañeros.
En ese momento Mateo baja la espada y la coloca dentro de la funda que colgaba de su cintura, se seca la lágrima de su rostro y le dice

-Bueno ya no puedo hacer nada por ellos, no pudo alterar el pasado por mucho que lo intente, así que viviré con las consecuencias de mis actos, pero si puedo hacer algo para cambiar la vida de este niño
Reimon observa cuidadosamente al joven Dalibord, intentando encontrar la razón por la cual Mateo le tenía tanta confianza en que el fuera capaz de transformarse en caballero siendo un joven delgado carente de cualquier condición física para elaborar tales trabajos, de repente rompe su silencio y le pregunta a mateo:

-¿Que piensas hacer por el niño?-le pregunta con una expresión de duda en su rostro

-No es lo que yo voy a hacer, eso ya lo tengo resuelto, ¡es lo que tú vas a hacer!- le responde Mateo a Reimon con un tono sarcástico.