Puedo decir que este momento es de los más tranquilos que he tenido en mucho tiempo. Mis amigos, mi novio y yo comiendo pizza aquí en la cueva mientras discutimos sobre remodelarla. Escucho mi celular sonar pues ha llegado una notificación de mensaje.
Número desconocido:
"¿Has olvidado tu pasado?"
Se abran equivocado de número.
Ignoro el celular y lo dejo sobre la mesa y estirándome logro coger otro pedazo de pizza y sigo escuchando las propuestas de los chicos.
- Yo digo que podríamos poner un tobogán – todos miramos a Evan - ¿Qué? – se encoje de hombros.
- ¿Cómo piensas que vamos a poner un tobogán en un edificio? – le pregunta Katerin – ¿Te das cuenta que tendríamos que hacer un hoyo en la pared de arriba?
- Hermano – Sergio pone una mano en el hombro de Evan y con pena le mira – sabes que te quiero y mama tambien te ama, pero no tanto como para no darte la inteligencia – le pega en su hombro con pena mientras todos reímos.
Evan pone su mano en su pecho mientras nos mira ofendido.
- Te arrepentirás.
Dejo de reir cuando otra notificación de un nuevo mensaje se hace presente, pero este es de otro número desconocido.
Número desconocido:
"Vamos hermosa ¿es que ya me has olvidado?"
¿Es que ahora le das a todo mundo tu número?
Agh cállate y déjame pensar.
¡No! Que si no me terminare quemando aquí arriba.
Estúpida.
- Tais – me llama Charlie - ¿Pasa algo?
- Es solo que ... - soy interrumpida por el sonido de mi celular nuevamente.
Otro maldito número diferente.
Número desconocido:
"Me encanta la decoración de tu departamento ¿te ha ayudado Natasha?"
Dejando mi pizza de lado tomo mi celular y busco el número de teléfono de Pepe. Todos se me quedan viendo mientras siguen comiendo, espero a que conteste y al cuarto tono contesta.
- Hola señorita Tais ¿puedo ayudarle en algo?
- Hola Pepe, necesito saber algo.
Todos me miran con interés, pero las miradas de Vicent y Katerin estaban más que confusas.
- Claro señorita Tais dígame.
- El protocolo de seguridad dice que no puede dejar pasar a nadie si no tiene mi autorización ¿no es asi?
Todos dejan de comer y me miran al escuchar mi pregunta.
- Asi es señorita, el protocolo de seguridad del edificio dice que no se le permite a ninguna persona sin excepciones pasar a la residencia de nuestros habitantes a menos que el mismo habitante lo permita.
- Bien gracias Pepe por la información.
- De nada señorita Tais para servirle.
Cuelgo la llamada despues de despedirme y los chicos que aún me miran an esperando alguna respuesta mía. Me levanto de mi asiento y sin soltar mi celular camino fuera de la cocina.
ESTÁS LEYENDO
Mi vida en un Libro (En Edición)
Teen FictionMe mantuve siendo la sumisa del dolor, de la irse incluso de mi silencio por muchos años, resistiendo las innumerables veces en que fui herida, expuesta ante mi mayor terror. Tenía que soportarlo al menos hasta que todos fueran libres. ¿A qué costo...