Capítulo 15 "Hola papa"

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Paso el cuchillo por mis dedos jugando con el filo de la punta mientras esperaba a que llegara mi personal que se encargaría de todo aquí en la casa. Lanzo el cuchillo al techo y este antes de que regrese a mi dirección lo tomo del mango vuelvo a hacerlo y en ese momento entra una mujer de unos cuarenta y tantos vestida con un traje negro.

¡No seas tonta el cuchillo!

El cuchillo cae entre mis pies y la señora suelta un gritito. Sonrio.

- Lo siento no queria asustarla – tomo el cuchillo del piso y tomándolo del mango lo sostengo – suelo distraerme fácilmente – ella trata de regalarme una sonrisa, pero solo sale una mueca por lo que mi sonrisa crece - ¿Usted es? - se aclara la garganta.

- Soy Beatriz, señorita Dalaras – hago una mueca.

- Dígame Tais – sonrio – no me gusta las formalidades en mi casa mucho menos que me traten de usted – ella asiente - ¿Cuál es su puesto?

- Soy su ama de llaves y disculpe si la incomodo, pero preferimos hablarle con formalidad si no le importa – asiento – en la entrada principal estan todos – antes de que salga hablo.

- ¿Su nombre es?

- Mi nombre es Beatriz Rodríguez – y entonces sale.

Tomando bien el cuchillo salgo detrás de ella y veo a unas quince personas formadas, cinco de ellas son mujeres las cuales vestían igual que Beatriz, pero solo que estas tenían un mandil color gris oscuro, los diez hombres restantes vestían de diferente manera, dos venias vestidos con un overol color azul marino, dos más tenían el mismo overol, pero estos eran de color negro, cuatro más venían vestidos de traje y corbata, por último los dos hombres uno vestía como un chef y el otro vestía de la misma forma que Beatriz solo que en lugar de falda llevaba un pantalón.

Este último se acerca a mí y me da la mano por lo que la acepto su mano.

- Soy Tyler Navarro me encargo de la seguridad de la casa señorita Dalaras- sonrio.

- Bien – miro a todos con seriedad y ellos al ver el cuchillo se ponen estáticos – seré clara con ustedes, somos personas peligrosas y en esta casa escucharán y verán cosas que en sus vidas creyeron a ver visto en sus vidas por lo que les suplico discreción, de mi parte y la de mi familia jamas se les dará mal trato, aunque ustedes trabajen para nosotros jamas se les ara menos al contrario se les tratara como un miembro más de la familia – todos me miran sorprendidos ante mis palabras – aquí nadie será amenazado o asesinado – digo mientras juego con mi cuchillo – pero eso si – los miro con seriedad – hablan de lo que llegue a pasar con otras personas de lo que pasa aquí en estas cuatro paredes y entonces si se las verán conmigo – sonrio – tómenlo como una advertencia – camino a la cocina para poder ir al lugar donde vería a los demás chicos – es mi única regla – miro sobre mi hombro – NO HABLEN.

...

Al llegar al gran salón veo en el centro de esta una silla y una mesa de madera, me acerco y sentándome en la silla y poniendo mis piernas encima de la mesa continuo mi juego con el cuchillo, lo lanzo de nuevo esta vez de la punta y dejo que caiga en la mesa atorándose en esta.

Te vas a cortar un dedo.

Aguafiestas.

Veo la hora en mi reloj y este ya marcaba las ocho de la noche, bufo ya me había aburrido. Con fuerza entierro el cuchillo en la madera y recuerdo entonces las veces en que mama en el campo de tiro me enseñaba como fijar mi objetivo y no perderlo de vista hasta dar en el blanco.

Flashback.

- Mama, pero ¿Qué tal si me corto? – le digo mientras sostengo el cuchillo entre mis manos admirando el filo que si pasabas el dedo seguro que si te corta el dedo por la mitad – no estoy muy segura de esto – hago una mueca mirando a mi mami quien estaba acomodando unas tablas en el frente de donde me encontraba, en ellas pintadas unas siluetas de unas sombras de personas en el centro.

Mi vida en un Libro (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora