Capítulo 4

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¿Qué iba a decirle? «Oh, hola, señor Lehnsherr, ¿de casualidad fue usted quien llevó mi ebrio trasero a casa anoche?» Oh, Jesús, quizá nos acostamos. Eso sonaría incluso más absurdo, «¿Acaso follamos, señor Lehnsherr?»

No pudo ser él. Sólo es una coincidencia. ¿Por qué lo haría? Ni en un millón de años él haría algo así. No tiene sentido.

***

Así pasó otra semana. Mi día empezaba como usualmente -el desayuno, mi amargado y lindo jefe, y mi libro en mis brazos -. Dominé algunos movimientos rápidos para poder quitarme las gafas en cuanto escuchara la puerta de su oficina abrirse, pero seguí usándolos cuando él no estaba cerca. ¿Qué le molesta de mis anteojos? Sigue siendo un misterio.

El teléfono sonó, yo respondí tan amable como siempre, lo cual confundía a las personas. Siempre pensaban que habían marcado el número equivocado.

-... la reunión está por comenzar y el señor Lehnsherr todavía no está aquí, ¿él...?

-¡Mierda!

-¿Disculpe?

-Ahg... sí, ya llega... digo, sí... ¡adiós!

Dios mío, Dios mío, estoy tan muerto. ¡Estoy tan muerto! Abrí la agenda y ahí estaba, la reunión. ¿Cómo pude haberlo olvidado? Había algunas palabras largas describiendo los detalles, pero el señor Lehnsherr sólo me había explicado que era "importante". Miré el reloj, ya vamos veinte minutos tarde.

Corrí a su oficina, sin molestarme en llamar a la puerta. Él estaba firmando algunos papeles, y seguro estaba a punto de gritarme que me fuera, pero yo hablé primero.

-Señor Lehnsherr, ¿alguna vez ha matado a alguien? -Inmediatamente me miró, frunciendo el ceño. Entendió que yo la había jodido, porque me miró como si le hubiera dicho que estoy embarazado de su hijo. Bueno, si de verdad pudiera, lo haría en un abrir y cerrar de ojos. Nuestros bebés serían perfectos, con mi ingenio y su aspecto... maldición...

-¿Qué mierda hiciste ahora? -Espetó, levantándose lentamente de su asiento. Yo estaba haciendo un mini baile nervioso.

-Tenemos que... ir... ¡ahora, señor Lehnsherr! ¡Vamos! Chop Chop. -Incluso yo estuve seguro de que nadie le había hablado así.

-¡¿Qué?!

Ya no teníamos tiempo, así que lo solté todo.

-Lo arruiné... a lo grande. Lo siento... pero está esa reunión de hoy... la más importante, en realidad, y ya comenzó y... tienes que aprobar algunas... cosas... pero no puedes, porque estás aquí y... no allí... -Estaba sin aliento cuando golpeó su mano en el escritorio, haciéndome saltar.

Tenía la mandíbula apretada, los ojos muy abiertos y oscuros.

-Cierre la puerta, señor Xavier -siseó en voz baja y yo estaba confundido. ¿No escuchó una palabra de lo que acabo de decir? ¡Tenemos que irnos ahora!

Pero entonces me di cuenta. Él realmente iba a matarme.

-¿Ahora es sordo? Cierre la jodida puerta. -Sus puños estaban sobre el escritorio y yo cerré rápidamente la puerta, de frente, con miedo de dar la vuelta porque escuché sus pasos detrás de mí.

-¿Qué te dije sobre esos lentes? -se acercaba cada vez más. Mierda. Entré con los lentes. Me olvidé por completo de ellos, pero... ¿estaba enojado por ellos o por mi incompetencia? Probablemente ambos.

Me giré para ver su rostro, estaba más enojado que nunca... eso, o tenía mostraba emociones que yo no conocía. Y también estaba muy cerca de mí. Mi respiración se elevó, y no fue lo único.

Beautiful Disaster  //  Cherik AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora