Mi Sourwolf

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Les invito a pasar por la nueva historia traída de Fanfiction se llama
"Supra Tempus (A través del tiempo)" es un Snarry.
Espero lo disfruten

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Desde que le reveló la verdad a Stiles y fue capaz de confesar sus sentimientos en medio de su rabia, ya no tiene que fingir ser un perro, al menos no por las noches cuando duermen juntos, ni cuando el sheriff no está en casa y eso es una gran ventaja para cumplir uno de sus tantos sueños que lo dejan empalmada los últimos días. Aquel sábado por la mañana, el padre de su beta se marchó temprano a trabajar, así que apenas escuchó el auto policial alejarse, cambió a su forma de humano y hundió la nariz en el cuello del durmiente adolescente, aspirando profundo su aroma. Probablemente se deba a que esa noche hay luna llena pero sus sentidos están más exacerbados y esta vez no se quedará con el calentón, no ahora que puede hacer algo al respecto.

-Stiles, despierta- susurró colando sus manos bajo la camiseta del chico, acariciándolo con lentitud mientras se pega por completo a su cuerpo- Stiles- dirigió su boca hasta el oído derecho del menor, lamiéndolo con lentitud- Despierta o me aprovecharé de ti, eres mío y haré lo que quiera contigo.

Al no recibir una respuesta verbal, comenzó a restregarse contra el trasero del adolescente y deslizó una mano al pantalón de pijama que usa, tomando la cinturilla junto al del bóxer para bajarlos con lentitud. Un pequeño gemido escapó de los labios entreabiertos de su beta y se movió un poco, sin llegar a despertar.

-Despierta, Stiles, tienes que complacer a tu Alfa- dijo al mismo tiempo que acaricia suavemente su erección, la cual se remueve interesada contra su mano- Despierta.
-Mmm... Derek...- susurró jadeando.
-Eso es, abre los ojos, debes complacerme, tienes que hacerte cargo de lo que has provocado- ordenó embistiendo con sus caderas para que sienta su dura hombría frotarse contra su trasero-Stiles, despierta.
-¿Derek...?- lo llamó el menor entreabriendo los ojos, lo cual alentó al moreno a masturbarlo más rápido- Derek... Mmm... ¿Qué haces...? Aaaaahhhh...
-Estaba a punto de comenzar sin ti, Stiles, mira lo que me provocas-dijo volviendo a restregar su entrepierna y haciendo gemir más fuerte al adolescente- Tienes que responsabilizarte por esto, es tu obligación complacer a tu Alfa.
-Sí, Derek... ¿Qué... qué debo hacer?- preguntó observándolo anhelante, lo cual hizo que el lobo del moreno se retorciera con placer anticipado.
-¿Has comido alguna paleta helada, Stiles?-el aludido asintió con las mejillas algo sonrojadas- Bien, porque así es como quiero que me la chupes, quiero hundir mi erección en tu parlanchina boca y embestirla hasta correrme en ella.
-Oh Derek... yo...jamás he hecho algo Aaaahhhh... así... nunca- señaló moviendo las caderas para generar más roce contra la extremidad del lobo.
-Eso está bien, porque voy a ser el primero y el último con quien harás estás cosas- observó fijamente al menor antes de esbozar una sonrisa- Completamente virgen, eso me gusta, eres solamente mío, mío, Stiles- volvió a hundir la nariz en el cuello contrario, aspirando ese embriagante olor- Hazlo ahora, chúpamela.
-Sí, mi Alfa...

El moreno quitó las tapas para tener una buena visión de espectáculo que le dará su beta humano y pasó un dedo por sus labios antes de dedicarle una sonrisa que fue señal para que el menor se incline hasta lamer su cuello, repartiendo besitos por la piel expuesta y comenzando un lento descenso con su boca. El lobo separó las piernas para darle un mejor acceso a su entrepierna antes de incorporarse en sus palmas.

-Wow... no hay forma en que quepa en mi trasero... vas a partirme en dos, Derek- dijo con la voz enronquecida por las ansias.
-Y te encantará, ahora chúpamela- ordenó con un gruñido grave.
-Sí, mi Sourwolf.

El menor lamió la punta de su erección con timidez antes de atreverse a introducir un poco en la boca, iniciando un lento movimiento de mete-saca. El lobo jadea con las acciones del menor y después de unos segundos, enreda sus dedos en el cabello castaño, alegrándose que se lo deje crecer, ya que le parece perfecto para jalar. En cuanto esos ojos marrones se fijan en él teñidos por excitación, lo fuerza a aumentar la profundidad con que lo toma y esboza una sonrisa cuando es su compañero quien marca un ritmo más rápido, más profundo, llegando en ocasiones hasta la garganta.