Las Fuerzas

CAP. 2 Cárcel

Rayx pudo ver como el estaba cayendo en un acantilado que parecía infinito. 

-¡Rayx¡-

No podía decir nada, no podía mover nada, ningún músculo. Simplemente iba cayendo mientras escuchaba los gritos de alguien, no sabía quién. Esto fueron unos segundos. Hasta que despertó.

Sus ojos se iban abriendo poco a poco. Noto que el lugar en el que estaba era mucho más luminoso que su casa, en la cual se tenían que iluminar con velas. Por esa razón tenía dificultades para abrir los ojos. Una vez incorporado en la cama se pudo dar cuenta de que estaba rodeado de literas y, la única puerta que había parecía estar hecha de metal y también parecía estar blindada.

-Hola nuevo, bienvenido a tu muerte- Rayx se dio cuenta de que había una persona sentada en una de las literas de la izquierda, era un chico con el pelo corto y negro. Por su expresión facial parecía enfadado.

Rayx acabó de reincorporarse totalmente mientras elaboraba una frase para responderle.

-¿Que ha pasado?- fue lo único que soltó el por la boca, a pesar de las mil preguntas que le pasaban por la cabeza.

-Pues no se que ha pasado la verdad- le contestó con un tono burleta y una media sonrisa.

Rayx cada vez empezó a ver más claramente y pudo ver como la cara de su compañero de habitación empezaba a volverse cada vez más seria, después de haberle sonreido.

-Eh, escoria te he hablado-le dijo su compañero con un tono de superioridad.

-¡Cállate!-le contestó Rayx enfadado y confuso, mirando al suelo.

Su compañero de celda se levantó y fue hacia el, a penas estaban a dos metros, Rayx alzó la cabeza y pudo ver como era más alto que el. Después de que Rayx le mirase con miedo, miedo que se podía notar en sus ojos, su compañero lo cogió del cuello, lo levanto y lo empujó hasta la puerta blindada, todo esto sin soltarle el cuello. Rayx intentaba deshacerse de la mano que le cubría todo el cuello, empezaba a notar que le faltaba el aire.

-Escúchame, cuándo alguien te habla, se responde- su compañero le habló con un tono tranquilo, como si no dependiese de él el ahogar o no a su nuevo compañero de celda.

Por fin lo soltó y se volvió a sentar encima de la litera en la que estaba. Rayx estaba en el suelo tocándose el cuello y con la cara roja, con miedo de mirar al que podría haber sido su asesino, luego pensó que tenía que convivir con él. Justo en ese momento le volvió a la cabeza el por que  estaba aquí. Pensó que se lo podía preguntar a su nuevo compañero de celda,pero entonces alguien pico a la puerta blindada.

-¡Entramos!- gritó alguien desde fuera

La puerta se abrió y se pudo ver a una señora obesa con ropa blanca y un mantel manchado rodeada de personas con armas como con las que les apuntaron en el cementerio, estas estaban apuntando a las cabezas de los muchachos. La que parecía ser la cocinera dejó dos bandejas con comida en el suelo para los muchachos. La cocinera tenía una cara seria, justo antes de salir de la habitación ella miró a Rayx.

-Parece ser que ya se han conocido, menos mal que los atrapamos...-le contó la cocinera a un escolta, justo al salir de la habitación.

-Bueno, dime. ¿Cuál es tu historia?- le pregunto su nuevo compañero de celda mientras, sentado en una litera empezaba a mirarse con asco la comida.- Ah y no te dejes nada, cuéntalo todo, no me gusta preguntar, es repugnante-

-Pues yo nací en Magikí, en el distrito sur, el distrito más pobre, vivía en una casa de madera, era pequeña, pero muy acogedora. Ayer decidí ir a ver el puente roto que comunicaba Almiron con mi ciudad, luego volví a casa y... Creo que me fui a dormir y me raptaron-mientras Rayx contaba su historia su compañero comía, solo mirando la bandeja-

-Que ingenuo, me lo imaginaba. A ti no te raptaron durmiendo, te han borrado la memoria y la han modificado-le explicaba sin bajar su cabeza de la bandeja- y estarás aquí por poco tiempo, de aquí a poco te matarán-

-¡¿A que te refieres!?-pregunto sobresaltado

-A que te llevaran a una habitación y acabarán contigo, como hacen diariamente, es su trabajo-le contesto

-¿Pero que hago aquí?- dijo Rayx

-Como te he dicho antes morir, es lo que estás haciendo, es tu ultimo paseo por la vida, se podría decir-le contestó su compañero

La habitación se quedó en silencio, entre ellos no se miraban, simplemente iban comiendo la comida.

-Lamentablemente vas, voy y todos vamos a morir, estamos en una cárcel y ahora mismo tenemos la perpetua-le explico- por cierto me llamo Cert ¿ Y tu? Podemos llegar a ser amigos-le dijo con un tono muy amable y mirándole a los ojos

De repente una sirena empezó a sonar, únicamente en su habitación. Rápidamente se abrió la puerta blindada y aparecieron cuatro médicos que  cogieron de brazos y piernas a Cert y se lo llevaron, pero el no se resistió.

-¡Adiós amigo!- le dijo Cert con una sonrisa de oreja a oreja

Justo entró una de las personas que habían escoltado a la cocinera y empezó a hablar a Rayx.

-Tranquilo chico, te sacaré de aquí, tu solo resiste- le susurró a apenas 30 centímetros- ves con cuidado, tu amigo es bipolar-justo después de decir eso se fue de la habitación, pero dejando la puerta abierta.La intriga que tenía Rayx al ver aquella puerta abierta fue suficiente como para asomarse. Pudo ver como delante de la puerta había una plataforma roja, parece ser que su celda estaba en el segundo piso. Delante de el podía ver decenas y decenas de celdas. Miro a ambos lados y no vio a nadie, ni siquiera vio a su "amigo". Entonces decidió salir, avanzó hacía la derecha, seguía sin ver a nadie, pero pudo percibir que algo se estaba moviendo detrás de el, empezaron a entrarle sudores en las piernas y en la cabeza, no sabía que hacer, si correr o darse media vuelta, el pensaba que si lo cogían lo iban a matar, aunque como había dicho Cert el iba a morir. Así que pensó que lo mejor era correr y lo hizo así. De repente le volvieron a la cabeza las muertes de su hermana y su madre, una energía muy grande salio de el.

-¡No huyas capullo!-grito la persona que hace diez segundos tenía detrás, saco la pistola de su funda, apunto a la cabeza de Rayx, respiro, miro la pistola y decidido disparó con una puntería certera. Una bala, nada más.

                                                                                 

                                                                                    FINAL CAP. 2