Nos abrazamos tan fuerte con Lucy, lloramos tanto que creí que era una maldita pesadilla, pero no, al sentir como la directora nos separa lo supe, no la volvería a ver por un largo tiempo, para no decir nunca más. No sé en qué momento mis nuevos padres adoptivos metieron en el coche la maleta, idiotas, no les di autorización, se creen con el derecho a tocar mis cosas solo porque se adueñaron de mí.
Estamos en el coche, rumbo al aeropuerto será un largo viaje a mi nuevo hogar, lejos de mis amigas, lejos de Lucy.
—Camille, ¿estás bien, cariño? ¿No hay nada que necesites antes de irnos de aquí? — me dijo mi madre adoptiva, con esa estúpida mirada que detesto, esa mirada llena de lastima, es increíble. Se cree dulce y buena persona por adoptar a una estúpida niña huérfana que abandonaron en un orfanato, para luego alardear con sus amigas tomando él té, "oh si querida Marie, mi esposo me compro un nuevo auto" "oh querida Charlotte, mi esposo adopto una adolescente para mí", esto es una mierda, no te enfades Leonor si me estas escuchando.
—Si, genial. —No creo haber sonado muy convencida, ya que su esposo, el cual se llama Williams, le sujeto la mano con fuerza, y me sonrió con tristeza.
—Marie, porque no le cuentas a Camille la noticia, seguro se alegrará. —Le dijo Williams, a su esposa, o sea mi "nueva madre".
—Oh si, cariño, tenemos una gran noticia para ti, te hemos inscripto en un colegio increíble, como somos miembros del comité, no hubo problema en que comiences las clases tarde, la directora nos contó que te gusta pasar tiempo en la biblioteca, y esa institución cuenta con una propia, y bastante extensa. ¿Qué te parece? — Me miraba con los ojos grandes, llenos de entusiasmo, y su esposo al igual que ella esperaban una respuesta.
—Si, me gusta pasar tiempo en la biblioteca, pero ¿cómo es que son miembros de un comité de un instituto si no tienen hijos? —Esto no lo estaba logrando entender del todo, bueno, nunca entiendo nada del todo-
—No te lo quisimos decir hasta llegar a casa, pero, nosotros tenemos un hijo llamado Phillipe, es un buen chico, ya lo veras, se llevarán bien, al fin y al cabo, serán hermanos.
— ¿No creen que ese tipo de cosas ya las debería de saber de ante mano? Seguro debe odiarme, era su único hijo. —No aguanto más y largo todas las lágrimas acumuladas.
—Tranquila querida, no es así, él está contento con la idea de tener una hermana pequeña, bueno se llevan 3 años de diferencia, él tiene 18 años y ya está en la universidad, y como queda en california no está en casa, salvo en ocasiones especiales, y bueno, ahora estará por tu llegada, pero da igual eso, además estarás bien con nosotros, ahora somos tu familia y esperamos que en algún momento nos aceptes ¿sabes? No te presionaremos, no somos malas personas. —Sonó bastante sincera debo decirlo, pero de todas formas no puedo evitar odiarlos por separarme de mi vida.
—¿Y a qué universidad va? ¿Harvard? —No era que tuviera ganas de hablar, pero siempre sentí muy lejanos poder ir a una universidad, porque quedan lejos de donde solía vivir, además eran muy exigente y el nivel educativo que tenía el orfanato era muy bajo.
—No, Harvard se encuentra en Massachusetts, y él está en la Universidad de Stanford, bastante más lejos de casa, lo extrañamos demasiado, aunque él está bien allí, tiene un lugar para vivir solo, sale a fiestas, y todo eso, se interesó por la escuela de humanidades y ciencias, aunque el negocio familiar tiene más que ver con eso mismo, los negocios, o sea, Williams es socio de Chevrolet, comenzó desde abajo, siendo un empleado mientras terminaba de estudiar en la universal publica la carrera de relacionista público, y luego como tenía buena relación con sus compañeros y con uno de los socios, pidió que sea su mano derecha, por ser un hombre inteligente y humilde, siempre lo acompañe, desde que tenemos 15 años, renuncie a mi sueño de ser profesora para viajar hasta aquí, con tan solo 24 años, desde mi hogar en Detroit, Michigan porque le dieron la oportunidad de ser el encargado de la sucursal que existe en new york, y así despejar el trabajo en la sede. Pero ya basta de hablar de esto, lo siento, seguro estas completamente aburrida, es solo que estoy orgullosa de quien es mi esposo. — Eso fue asombroso debo decirlo, nunca me lo imaginé, pensé que podrían ser abogados, o algo así, y que su papa le heredo el dinero a él y su nieto, pero esto supera mis expectativas.
—No me aburrí, necesito saber de ustedes, uno se imagina muchas cosas sobre las otras personas, y fueron cosas muy interesantes las que me cuentas, además, nada es solo que nunca creí tener la oportunidad de ir a una universidad, siempre soñé con una, y gracias a ustedes ese sueño puede ser posible, gracias. — Ya está, lo dije, y no me arrepiento, no son personas malas, y yo era huérfana, sabía que podía pasar esto, aunque nunca lo creí.
—Claro que iras a la universidad, como que me llamo Wllimas Dimitrius que iras, a la que tú quieras, pero no te perderás jamás esa experiencia cariño. —Su sonrisa me hizo entender que no lo decía por obligación, lo decía con orgullo, y eso me hace feliz.
Me emocione tanto que me encontré llorando, como una niña de 3 años a la que le habían quitado un caramelo, el ambiente se sentía pesado, aunque Marie me acariciaba el cabello, y me decía que, si sentía la necesidad de llorar que lo hiciera, al igual que gritar, o hasta insultar, que en su casa estaba permitido, eso fue genial. Como unos 5 minutos después ya había dejado de llorar, luego de que Williams me tendiera un pañuelo y me dijera que estábamos al llegar. Otro en mi lugar se sentiría completamente genial, de ser una huérfana pasar a ser parte de una familia con dinero, pero no me basta con el dinero, yo quiero a mis amigas, mi hogar, mi cama, mis cosas y mis estúpidos converse rotos, sé que esta familia no es mala, o por lo menos no parecen serlo, pero tengo miedo del cambio y soy un manojo de sentimientos, y sin hablar que de Camille Mcgreen, ahora soy Camille Dimitrius, quien tiene un apellido tan idiota, en serio.
Al llegar al aeropuerto veo que no estoy en la puerta principal, si no que estoy dentro de la pista de aterrizaje, frente a un avión medianamente pequeño, pero que se ve bastante lujoso.
—Señor y Señora Dimitrius es un placer ser su piloto en este viaje, soy Elliot. —El hombre extiende su mano a Williams, y besa la de Marie. Yo venía detrás de ellos, con todos los regalos de las chicas.
—Acércate camille, déjale todas tus cosas a esta señorita, ella las guardara. —Me dice Williams sonriéndole a una chica, que parecía ser la azafata por cómo estaba vestida.
—Está bien, pero con cuidado por favor, son muy valiosas. —Le digo, intentando ser amable, aunque si rompe algo le romperte sus malditos dientes blancos y perfectamente alineados. No soy tan mala siempre, solo estoy sensible.
—Tranquila señorita Dimitrius, estarán a salvo. —Oh maldición lo dijo, señorita Dimitrius, suena bastante bien debo decir. Aunque sigue siendo extraño, parece el nombre de un anciano o algo asi.
—Bien, adelante, primero las damas. —Dijo Williams en tono de broma, Marie le sonrió y le tomo la mano para ayudarse a subir a la escalera del avión, luego yo hice lo mismo, pero con media sonrisa. Intentare relajarme un poco, tenía unos cuantos libros para el viaje, además tenía muchas ganas de conocer mi nuevo hogar, seguro era increíble.

ESTÁS LEYENDO
Camille
Teen Fiction¡¡maldita sea Camille, nunca entiendes nada de lo que intento decirte!! -Me grito, con los ojos rojos, a punto de llorar. ¡¡ Y tu nunca entiendes mis estúpidos chistes, Phillipe, es prácticamente lo mismo!! - Le grito, intentando imitarlo, colocánd...