Al llegar al restaurante me doy cuenta que es bastante lujoso, pero Marie me dijo que estoy bien vestida para la situación, además ella lleva un pantalón de vestir negro, y una blusa sin mangas, demasiado casual.
—Por aquí, invitados. —Dice un mozo, con un smoking negro.
—Señorita, por favor. —Me dice, al correr la silla para que me sienta, es genial, me siento muy elegante ahora mismo. Del otro lado veo como Williams hace lo mismo con la silla de Marie.
—Bien, aquí les dejo el menú del día, les recomiendo la langosta con salsa hawaiana, especialidad del chef. Acompañado de un vino de la reserva del 62, de Carolina del norte, de los mejores del mercado. —Dice el mozo, enseñando un montón de vinos colgador en la pared de la derecha, en el fondo.
—Bien, dos de esos, tu Camille ¿Qué prefieres? —Me dice Williams, sonriendo.
—Algo de pasta estaría bien. —Le digo al mozo, no sabía que pedir, y la palabra pasta suena bastante bien.
—Una gran elección jovencita, la sorprenderemos, si me disculpan, mi nombre es Josué y los atenderé esta noche. —Dice antes de irse.
—Bueno, quiero hablar con ustedes, siempre he tenido la facilidad de decir las cosas de frente, y creo que debo ser sincera con ustedes. —Les digo a ambos, ahora que estamos solos.
—Dinos Camille, ¿qué sucede? ¿ quieres irte, por lo sucedido? —Me dice Williams, con tristeza.
—No, todo lo contrario, quiero agradecerles, por todo, por darme la oportunidad de tener un futuro increíble, y me esforzare para que tengan toda mi confianza, y no se arrepientan de haberme adoptado. —Les digo sonriendo.
La noche paso tranquila, hablamos un montón de cosas, hicimos como una especie de juego de preguntas, ellos me preguntaban cosas, y yo a ellos, como nuestros gustos preferidos y no tan preferidos, nuestros cortes de pelo, nuestra experiencia en el dentista, y que quería estudiar en un futuro.
—Pediatra, me gustaría ser pediatra. —Les digo, sonriendo.
—Es increíble, ¿se puede saber por qué? —Me dice Marie.
—Mi madre, mi madre biológica era estudiante de pediatría, le faltaban 2 años para recibirse cuando la asesinaron, y siempre dije que seguiría lo que ella no pudo. —Les digo, sonriendo con tristeza.
—Es muy noble de tu parte cariño, nosotros vamos a ayudarte a lograrlo, por ella y por ti, por supuesto. —Me dice Marie, tomándome la mano.
Luego de un rato más, volvimos a casa, eran como las 23.00, bastante tarde, y mañana Williams trabajaba, aunque con Marie iríamos de compras, seria genial. Al llegar a casa, voy en busca de un vaso de agua a la cocina, para no tener que ir en el medio de la noche.
—Hola Señorita, ¿necesita algo? —Me dice Julieta, sonriendo.
—Por favor, llámame Camille, no gracias, solo tomare un vaso de agua para llevar a la habitación. —Le digo dirigiéndome a la nevera.
—Está bien, Camille. —Dice riendo suavemente.
—Julieta, Phillipe se ha ido, no entiendo porque se fue sin despedirse de mí, prometió hacerlo, solo me dejo una estúpida nota. —Dice Zoé, sin darse cuenta de que estoy detrás de la nevera.
Salgo de detrás de la nevera y la observo, se notaba que había estado llorando.
—Oh, Señorita, disculpe no había notado que estaba aquí. —Dice Zoé, con los ojos como platos.
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Camille
Ficção Adolescente¡¡maldita sea Camille, nunca entiendes nada de lo que intento decirte!! -Me grito, con los ojos rojos, a punto de llorar. ¡¡ Y tu nunca entiendes mis estúpidos chistes, Phillipe, es prácticamente lo mismo!! - Le grito, intentando imitarlo, colocánd...