Capítulo 25

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-jueves 10 de agosto-

Estaba por colapsar. Mi respiración se aceleró al momento que su mano pasó por detrás de mi cintura y con la sobrante sujetó mi nuca. En un solo tirón logró chocar su boca con la mía y hacer que mi mente se pusiera en blanco. Estaba descolocada, mis piernas temblaban y su agarre me mantenía inmóvil. Resulta que me encuentro estática, pegada a él, sintiendo como su pecho sube y baja precipitadamente sobre el mío y como mi mente parece advertirme de lo cuanto que siento por ese chico.

-martes 8 de agosto de 2017-

—¿Qué necesitas saber? —preguntó Caro mientras yo revolvía atentamente mi café con leche.

—Todo—respondí, dejando la cuchara a un lado y enfrentándola con la mirada.

Ayer no habíamos logrado aclarar nada sobre el tema, en realidad, yo preferí darlo por finalizado ese mismo lunes. Resulta que mis fuerzas para escuchar lo que mi mejor amiga tenía por decir eran nulas y no quería enfrentarme a la cruda realidad que me esperaba con maldad.

—Ojalá lo supiera todo, Odi—dijo dándole un sorbo a su té de manzanilla.

—Estuviste por entrar a la mafia de ignorantes que me tienen como una presa.

—No sé si es tan así—apuntó, envolviendo la humeante taza con sus manos—, esa "mafia" que dices que hay tiene un líder, y es quien se hace pasar por "Quim" ¿Por qué crees que ha hecho semejante movida para conseguirte? Tengo mis dudas sobre sus pretensiones.

—¿Qué insinúas? —fruncí el ceño, sin descubrir su punto.

—Desde mi punto de vista, siento que un chico que está enamorado de alguien iría de frente y no ocultándose tras una página o un chat. Hay razones por las que hizo lo que hizo, y no creo que una de esas sea por amor.

—¿Y por qué no? —le di un mordisco a una de las galletas recién horneadas por mamá—, siguen existiendo ese tipo de chicos.

—En Francia. Que te haya hablado el mismo día del funeral de tu padre es sumamente sospechoso.

—En realidad, fue un día después—corregí apuntándola con la mitad de mi galleta.

—¡Sigue siendo sospechoso! —se incorporó de la silla, inclinándose encima de la mesa—, desde que Stacy me mandó la propuesta de entrar a su estúpido juego investigué a fondo sobre esto ¿y sabés qué creo? Que nada comenzó como un conjunto, pero la gente se fue sumando a partir de algo.

—¿Cómo llegaste a esa conclusión?

—Pensá, dijimos que Quim está entre los chicos de básquet ¿Por qué Alexis y Stacy están metidos? Quién sabe ¡tal vez alguien más lo esté! —se alejó de la mesa, dando vueltas alrededor de la isla de la cocina.

—Alexis siempre fue un objetivo de parte de los chicos de básquet y Stacy es porrista del equipo ¿Por qué no lo estarían?

—¿Y por qué me quisieron integrar? —preguntó dando grandes zancadas hacia la silla y volviéndose a sentar en ella—, no soy parte del equipo, no tengo interés en básquet, pero soy tu mejor amiga.

—Stacy no es mi mejor amiga y está metida en el asunto—argumenté, dándole un sorbo al delicioso contenido de la taza.

—Porque forma parte de los chicos de básquet, recuerda que su novio está en el equipo y tal vez sus dos perras andantes también estén metidas ¿Por qué Ludmila se está metiendo con Alexis? Eso entra en mis sospechas también. ¡Y ya sé en lo que estás pensando! —me interrumpió en el momento que intenté decir algo—, ¿Por qué no me metí como una invasora? Lo pensé ¿crees que soy tan idiota? pero Stacy me dejó en claro algo: entraría y liberarían a mi padre ¡quién sabe cómo lo haría!, pero mirá, Stacy es hija de los dueños de las tiendas de Starbucks de la ciudad.

Quédate | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora