Capítulo 6

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__________Adrien_______________________

Cuando terminé mi turno en el restaurante de Sheng, impaciente, me fui al departamento que compartía con mi mejor amigo. Y ahora también con Chloe desde hace dos semanas.

— ¿Estás seguro de ésto, chico?— me preguntó Plagg devorando el último queso que le di.

— Por supuesto, Plagg. Mi padre fue quien rompió el trato y yo no pienso quedarme de brazos cruzados.— una vez que visualice que el pequeñín había terminado, sonreí como niño en Navidad.— De hecho, creo que ya me tardé bastante en responder ¡Plagg, transfórmame!

En segundos, sentí la cálida sensación de cómo mi cuerpo cambiaba al ser fusionado con los poderes que ofrecía mi Miraculous. Una luz verde iluminó mi habitación entera y mi vestimenta cambió por completo.

Me acerqué al espejo del baño y sonreí arrogante al ver que no había cambiado muchas cosas en mí. Seguía luciendo genial.

Fuí hasta la ventana y la abrí lo suficiente como para salir. Me aseguré que nadie estaba viendome y una vez afuera, sujetado de un tubo conectado al edificio, cerré la ventana.

Escale hasta el tejado y sonreí ampliamente, sintiendo el bombeo apresurado de mi corazón debido a la emoción.

Tomé impulso y corrí para saltar al otro edificio. Me costó un poco acostumbrarme, ya que el Miraculous ofrece más agilidad, fuerza, y altura al saltar.

Me costó un poco acostumbrarme nuevamente a mis poderes, pero no tardé mucho en volver a saltar con destreza.

Justo como lo hacía cuando encontré este místico artefacto.

Ahora estaba justo en lo alto de la Torre Eiffel, sentado en cuclillas como buen gato y sonriendo completamente feliz de tener eso que muy pocas veces se me presentaba. Libertad.

Me di el lujo de divagar, cerrando mis ojos, sintiendo la suave y dulce brisa de la madrugada que revolvía mis cabellos.

Todavía recuerdo que justamente hice esto al encontrar mi Miraculous.

Fue en un viaje a Japón en el que mi padre me había dejado acompañarlo.

Lo encontré en una playa, pero no lo usé hasta que llegamos a París. Ahí fue cuando me divertía saltando y corriendo por los techos de mi hermosa ciudad, tan solo con catorce años de edad.

En uno de los viajes de mi padre, fuimos a Moscú, Rusia.

Estaba divirtiéndome, igual saltando de noche, con el viento más fuerte y frío que el de mi país.

Logré llegar a las boyas de la Catedral de San Basilio.

Sonreía. Me sentía pleno cuando podía ser yo mismo, cuando me dejaba llevar y no necesitaba de alguien tras de mí "protegiéndome" o diciéndome qué o qué no hacer.

Después de sentir el gélido ambiente unos minutos más, salté para poder llegar al hotel donde nos estábamos hospedando.

Pero fue entonces que escuche sollozos, de un chico para ser específico.

Estaba en una calle oscura y llena de neblina; visualicé al chico, tirado en la calle, llorando y suplicando al de enfrente que le diera el derecho de seguir viviendo.

Y su contrincante, un hombre robusto y de traje, lo amenazaba con una pistola apuntando directamente a su cabeza.

Recuerdo que entré en pánico. Plagg ya me había dicho que mi deber era proteger a los demás, pero sin hacerle daño a nadie. ¿Cómo carajos iba a hacer eso? ¿Cómo iba a tener la suficiente fuerza como para dar mi vida por la del chico?

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2023 ⏰

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COME BACK ( +15)    || 2da Temporada de DL || EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora