Capítulo treinta

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🌌Capítulo editado🌌
  《20  ~  10  ~  20》


Taehyung.

—Ya Yoon-hee, tengo que volver con Isabella—dije con una sonrisa en mi rostro —Ya..mañana a primera hora estaré aquí, y lo más probable es que me dejen traer a Isabella conmigo—los brazos de mi linda y pequeña hermana, dejaron a apretarme el cuello, para dejarse caer sobre la cama.

Su sonrisa fue de lo más hermosa.

—¿Isabella vendrá?—preguntó emocionada.

—Ella te extraña mucho, y quiere saber que tal van tus dolores—me incliné hacia ella, acariciando sus cabellos sedosos—¿Te has sentido mejor, pequeña?—ella asintió fervientemente, sus ojos cerrándose en una media luna a causa de la sonrisa que había florecido en su cara.

—Mucho mejor Oppa. A Yoon-hee ya no le duele nada y puede ver a Isabella ¿No es así mamá? Dile a Taehyung Oppa que he sido una niña muy valiente—pidió con la más pura inocencia en cada palabra. Giré mi rostro hasta donde se encontraba mi madre, viéndonos con una sonrisa a ambos.

—Ella ha sido la niña más valiente de todo el hospital, Taehyung-ah—confirmó mi madre obteniendo un pequeño festejo de parte de Yoon-hee—Es mejor que vayas con Isabella, seguramente ya se encuentra dormida, pero necesitará de tu presencia de todas maneras, ella puede sentirte..

Sonreí con el corazón enternecido.

—Me iré ahora, ven aquí Yoon-hee—camine hacia ella y deje un cariñoso beso en la coronilla de su cabeza—Te veo luego mamá, puedes llamarme en caso de algo.

—¡Oh! Casi lo olvidaba, dale las gracias a Seokjin por el acto bondadoso que tuvo su familia con nuestra pobre Yoon-hee...—y eso lo dijo solo audible para nosotros, mi mirada de torno seria—Sin ellos, no hubiéramos logrado operar a Yoon-hee, el costo era demasiado, por favor diles que se los tendré siempre agradecido, y que les pagaré hasta el último centavo ¿Ok?..

Y era cierto.
Sin la ayuda monetaria de los Kim, mi pequeña hermana hubiera muerto a causa de mucha pérdida de sangre y por ciertas pero no demasiado graves fracturas en las costillas. Desgraciadamente la salud en este país nunca sería gratuita para todo ciudadano que lo necesitará. Le sonreí a mi madre, mientras tomaba sus manos.

—Yo se lo agradeceré madre, no te preocupes—besé los torsos de sus manos e hice un ademán de despedida—Adiós.

—Adiós cariño, dale mis saludos a tu novia—asentí con emoción. Sin nada más que hacer, me retiré de la habitación y seguí mi caminata hasta la otra área del hospital, en donde mi bonita había pasado más de cuatro días, sin hacer nada más que quedarse mirando a través de su ventana el maravilloso paisaje, ver como los niños jugaban y las parejas paseaban.

Dirigí mi mano hasta un bolsillo que tenía dentro de mí abrigo. Aquella hermosísima hoja se desdoblaba entre mis dedos, dejando a la vista el dibujo que con tanto esmeró había confeccionado mi hermana para Isabella. Ella creía fielmente que si ella recibía un dibujo alegría a su corazón y podría por fin estar bien y alegre. Era una maravillosa manera de ver las cosas para Yoon-hee, todo pareciéndole tan fácil y tan lejos de ser algo totalmente malo.

En el dibujo se puede apreciar a una sola persona, irradiando claramente un aura encantadora y mágica. Rodeada por un extenso y maravilloso prado lleno de radiantes y amarillos girasoles, el sol en un punto máximo de calor, y entonces entendía que con un simple dibujo las personas podían lograr grandes cambios.

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