Libertad

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Liam.

Me había quedado dormido, después de haber logrado tranquilizar a mi hermana y dejarla completamente dormida en su cama. Ni siquiera había deshecho la cama, solo me quede arrumbado sobre ella.

Desperté cuando escuche ruido en la sala, el reloj marcaba las 11:30. Mis padres al fin llegaron. Lentamente me levante de la cama y comencé a sacar las cobijas, no me sentía de ánimos para ver a mis padres ahora, pero mi propósito se desvaneció cuando escuche que alguien llamaba a la puerta, si, eran ellos; suspire; abrieron la puerta y pude ver sus rostros.

Mi madre me veía con preocupación y mi padre bueno… se veía demasiado avergonzado, claro que debe estarlo, pero, ¿Por qué mi madre me veía así?; extrañado, volteé hacia el espejo y pude notar porque; mis ojos estaban tan rojos e hinchados, ¿acaso estuve llorando hasta dormirme?, me dolía la cabeza, así que eso respondía mi pregunta.

Mi madre camino delicadamente hasta mí, acaricio mi mejilla y me miro a los ojos. -lo siento tanto cariño, yo… nosotros…- Mire a mi madre con desconcierto. – Es algo muy grave ¿verdad?- pregunte sin más rodeos.

-Es realmente algo muy peligroso, hijo.- Esta vez mi padre había respondido a mi pregunta, inmediatamente lo mire, quería hacer tantas preguntas, pero realmente no me sentía tan seguro.

Mi mamá le dio una mirada a mi padre, me miro de nuevo, suspiro, me abrazo y me dijo, -Feliz cumpleaños mi pequeño- beso mi frente y me regalo una sonrisa, antes de caminar hacia la puerta, la vi sonreír a mi papa y luego mirarme de nuevo a mi –iré a ver a Alex- dijo con entusiasmo, y salió de mi habitación.

Genial ahora se, que este brazalete no se ira ni ahora, ni en un largo tiempo.

En un suspiro me senté en la cama, sin ver a mi papá que seguía parado junto a la puerta; tenía dudas sobre hacer cualquier pregunta, así que opte por guardar silencio y quedarme ahí…

Después de unos minutos, que parecieron horas, mi padre se aclaró la garganta, lo mire y di una pequeña sonrisa, sé que está nervioso, debe estar sintiendo tanta culpa.

-No es tu culpa…- dije, y me miro sorprendido, talvez esperaba que diera mil reproches. –Sé que estas preocupado por nosotros y que lo haces por nuestro bien.- escuche un suspiro; pero era diferente, creo que en cualquier momento mi papá podría derrumbarse y decirme todo, desahogarse, desearía ayudarlo.

Comenzó a caminar hasta mi cama y se sentó frente a mí. Lo mire y me sentí raro, nunca lo había visto así, sus ojos reflejaban, preocupación, tristeza y… ¿miedo?, eso era raro en él. Quería decirle tantas cosas, motivarlo, y a la vez, hacerle tantas preguntas. Mi mirada se desvió hasta la ventana, no quería fastidiarlo con mis dudas y mis cosas.

-El dia que ustedes nacieron fue el mejor día de toda mi vida, ustedes son lo más maravilloso que me ha pasado- menciono con una sonrisa en el rostro. Seguí sin mirarlo, como debía responder a eso, comencé a pensar en una buena respuesta, hasta que mi padre tomo mi mano derecha donde estaba ese brazalete, entonces de nuevo tuve dudas, ¿enserio iba a quitárnoslos? ; No, seguro solo va a decir que lo hace por "nuestro bien". Pero todas mis teorías se fueron cuando lo vi desarmando aquel objeto.

Estaba demasiado sorprendido; ¿y si realmente hay algo demasiado peligroso allá afuera?, ¿no va a sobreprotegernos como siempre lo hace?, me siento tan confundido. No quise hacer ninguna pregunta, podría hacerlo dudar, y seguro va a decidir que es mejor seguir con esta regla; no; no puedo hacerlo dudar, eh deseado este día desde hace años.

Cuando el brazalete estaba a punto de soltar mi brazo, mi padre suspiro y me miro. Oh no, ya estaba dudando, trague saliva, estaba ansioso, por sentirme completamente libre.

The Blood CallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora