3.- Nueva identidad

2K 266 26
                                    

Mi muy estimada y querida Minako:

Te informo que he recibido exitosamente tu mensaje y concuerdo que se trata de un suceso extraordinario. En todos mis años como hechicero y lector, jamás tuve noticias de algo así. Estaré encantado de realizar una minuciosa investigación al respecto, e igualmente, le hice llegar tu recado y tus saludos a Lilia y hablé con ella. Por lo que ha decidido que en aras del espíritu de la Academia Hystoria, invitemos a tu protegido para que se integre a nuestros estudiantes. Junto a éste mensaje, envío la invitación correspondiente y hago notar que...

Yuuri se apresuró a tomar el trozo de papel que Minako hubiera leído antes en voz alta, para revisarlo minuciosamente, aún sin podérselo creer.

Releyó la respuesta del amigo de Minako, una y otra vez, para después centrar su atención en otra hoja que la mujer trajo consigo, en donde aparecía el emblema de la prestigiosa Academia Hystoria, su nombre y la palabra "Aceptado" en letras bien grandes.

─ ¿Yuuri?─lo llamó su madre con cautela, preocupada por su falta de reacción.

Saliendo lentamente de su estupor, Yuuri consiguió alzar una mano... Y se pellizcó una mejilla tan fuerte, que soltó un grito que sobresalto al resto de los presentes.

¿En serio era cierto? ¿De verdad él podría entrar a esa prestigiosa escuela?

─ Claro que es cierto ─convino Minako, y Yuuri no supo si hizo su cuestionamiento en voz alta o lo pensó y ella lo adivinó─. No me subestimes, ¿con quién crees que estás hablando? Por supuesto que iban a aceptarte.

─Bueno, yo me pregunto cómo es que llegó la respuesta tan rápido ─expresó Toshiya, curioso─, apenas enviaste la carta ayer, sinceramente creí que demoraría al menos una semana.

─Es que usaron tinta mágica ─explicó Yuuko, señalando la hoja─, se escribe con ella en un libro especial y el mensaje aparece en otro en cuestión de segundos.

─Mucho más efectivo y rápido que una carta ─asintió Minako con una sonrisa─. Pensé que un caso extraordinario, requería medidas extraordinarias.

─Yo no creo que deba ir.

La algarabía cesó de pronto y Yuuri se encontró siendo el centro de atención. En una inusual muestra de valor, el joven continuó.

─ Mejor dicho, creo que no soy digno de ir ─aclaró, agachando la mirada─, se supone que sólo son admitidos los futuros prodigios... Yo no he hecho nada que merezca la pena como para que me acepten. No quiero ir sólo porque soy un fenómeno o un sujeto de estudio.

─ Yuuri...─comenzó Hiroko, y Minako la cortó con un ademán.

─Conozco muy bien a la directora, y sí, puede que tu caso sea único, pero Lilia no limitaría tu aceptación a sólo eso ─admitió Minako, mirando fijamente a Yuuri─. Cuando le escribí, le conté que he tenido el privilegio de ser tu maestra y entrenarte por años, pero que hemos llegado a un punto donde no tengo más que enseñarte. La verdad... yo ya tenía pensado hablarle a Lilia de ti, desde mucho antes que ocurriera esto.

─ ¿Qué?─inquirió Yuuri sin poder ocultar la sorpresa que le ocasionó la inesperada confesión de Minako.

Dado su impresionante historial, Minako había instruido a algunos de los jóvenes de Hasetsu en el arte del manejo de la espada, si bien no todos resistían el ritmo de las lecciones por lo que su lista de estudiantes terminaba siendo bastante selecta. Yuuri fue incluido en dicho grupo, pero no se consideraba especialmente sobresaliente. Sí, quizás Minako le pidiera de cuando en cuando que realizara demostraciones para los novatos y hubiera resultado vencedor en algunas competencias locales; pero hacía mucho que dejó de hacerse ilusiones. Existían muchos otros con talento y habilidad superiores a los suyos con o sin carta que se los señalara. Hasetsu no era el centro del mundo. Sobresalir ahí no implicaba un destino exitoso como espadachín o guerrero.

UnwrittenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora