Todos saben que fuiste un vicio, una droga sin control, la metformina que regula los niveles de glucosa en mi torrente sanguíneo, algo así como las notas musicales de un músico, los planos de un ingeniero, los versos de un poeta, o quizás como el Captopril para un hipertenso.
Fuiste todo y un poco más, aprendí a organizar el desorden que había en mi vida, me enseñaste a valorar los pequeños momentos, esos minuciosos detalles que nos hacen felices.
Marcaste un antes y un después en mi caos emocional, y brotó de mi esa chica segura capaz de lograr cada cosa que deseara.
Pero un día nos despedimos y entendimos que era lo mejor para los dos, pues nuestra felicidad provocaba que otros fueran infelices. La sonrisa que se desplazaba en nuestro rostro, era una estocada en el corazón de aquellos extraños. & aunque nuestros cuerpos se deseaban, estar juntos era un pecado.
Sólo nos toco irnos. Comenzar una nueva vida, escribir nuevos fragmentos con otros protagonistas y olvidarnos de la crónica que una vez escribimos.
Sabíamos que el deseo, las ganas de hacer nuestros cuerpos uno solo y el amor que ambos sentíamos, era más grande que el de Christian Grey por Anastasia Steele. Entre nosotros hubo más que en la cincuenta sombras de Grey.
Era aterrador el sólo pensar que juntos no podíamos estar, pero había que hacerlo.
De lo que nunca nos percatamos era de eliminar todas las posibilidades de volvernos a ver. Ninguno de los dos aunque lo desearamos, había pensado que podría existir la casualidad de que nuestras miradas se volvían a cruzar nueva vez.Y cuando pasó, nuestros corazones le ganaron a la razón y pecamos, pecamos como dos niños pequeños cuando muerden el queso sabiendo que no lo pueden hacer, erramos como dos adolescentes que se escapan de sus casas a media noche, con la excusa de que dormiran en casa de los amigos. Le fallamos a ellos, esos dos cuerpos que cada noche nos esperan, a la causa por la que una vez nos digimos adios.
Consciente de nuestra infracción les cuento que volvimos hacer felices, tanto o más que antes.& que nos perdone Arjona, por que una esquina antes, siempre paro el taxi a las 10:00 pm en el mismo lugar. & nos regalamos esas horas, de infinita felicidad.