Capítulo XI

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—¡Perdóoon! —Gritó Chen con desesperación, apretujando a Tao e inmovilizando incluso sus brazos—. ¡Por favor perdonáme!

Después de almorzar y habiendo escuchado a detalle lo ocurrido el sábado con Tao y Kris, por boca del primero, Chen se sentía como una pequeña basura y le lloraba a su amigo por perdón. El resto del grupo intentaba calmarlo y librar a Tao de su fuerte agarre, pero era inútil, Chen seguía demasiado agitado como para sucumbir.

—Chen... —Tao llamó por enésima vez a su amigo—. Chen, en serio está bien.

—¡No lo está! —Su agarre no cedió, más bien se fortaleció—. ¡Indirectamente arruiné tu cita!

—Claro que no lo hiciste —bajó la mirada con pena, tratando de ver el rostro del mayor; pero le fui difícil por la posición porque su amigo hundía el rostro en su pecho—. Yo mismo lo hice. No sé por qué te estás acribillando solo.

Chen levantó la cabeza y lo miró con los ojos llorosos.

—Claro que sí fui yo. Vos jamás te ponés tan mal con el tema del accidente. Pero yo había hecho que lo recordaras y hasta había hecho el tonto con eso. Si yo no hubiera refrescado tu memoria entonces esa caída te hubiera hecho gracia.

Tao no supo qué responderle, apenas le sostuvo la mirada. Volteó a ver a sus amigos, quienes también parecían haberse puesto a pensar en el asunto, analizándolo. Al final torció la boca en una sonrisa un tanto apesadumbrada y se dirigió con condescendencia a Chen.

—Está bien, posiblemente tengás razón y fui desmesurado porque tenía fresco el recuerdo. Pero ya pasó; además fuimos nosotros los exagerados por sobreprotegerte, porque sabemos que ni siquiera era algo que hubieras podido mantener bajo control.

—Chen, escuchá al panda —razonó Baekhyun, quien ponía una mano sobre la espalda del susodicho—. Debés dejar de culparte por cosas que están fuera de tu alcance. Tao fue el idiota controlador.

Tao lo miró de inmediato y un tanto desganado, espetó: «Si vas a ayudar por favor que sea bien. Yo no soy controlador».

—Dije «fue», querido. No siempre sos controlador; idiota siempre, pero controlador de vez en cuando.

—No le digás así —advirtió Kai acercándose a Tao para rodearle el cuello con su brazo mientras este seguía aprisionado por Chen.

—Gracias —suspiró Tao.

—Taocito jamás ha sido idiota, —continuó Kai sin soltar a Tao— sólo es un poco torpe.

—Más bien «inexplicable y extraordinariamente torpe» —replicó Baekhyun riéndose.

Tao lo miró de reojo y respiró profundamente. Habiendo encontrado su paz interior, movió brusco la cabeza y con una precisión infalible hizo que Kai recibiera un cabezazo contundente.

Ambos gritaron de dolor en seguida y los demás se alejaron por la sorpresa.

—¡Idiota! —Exclamó Kai, agarrándose un lado de la frente—. ¡¿Por qué hiciste eso?!

—¡Porque sí! —Replicó con las manos sobre la parte frontal de la cabeza.

—¡Esa no es una maldita respuesta!

—¡¿Y a mí qué me importa?!

—¡Pero a mí sí! ¡Es Baek quien se lo merecía! ¡Yo te defendí!

—¡Lo sé!

—¡¿Y entonces por qué no lo arreglás?!

—¡No puedo devolver el tiempo y me duele la cabeza y me desmayaré si lo golpeo!

Compensación [TaoRis] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora