Capítulo XII

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Los lunes no son necesariamente malos todo el tiempo y tampoco son un fastidio para todos. No obstante, a veces parece que ese día se lleva experiencias frustrantes para muchos, incluyendo a los universitarios enamorados.

Un lunes a finales de abril le causó un enorme estrés a Kris. Se encontraba en el centro comercial Las Castañas para buscar un regalo de cumpleaños para Tao. Era tarde y caminaba por los amplios, iluminados y coloridos pasillos del enorme edificio. Su compañía no eran ninguno de sus mejores amigos, sino uno que había hecho hacía poco: Chen, uno de los amigos íntimos de Tao.

—Entonces —habló Chen mientras curioseaba una vitrina de joyería de fantasía—. ¿Ya tenés una idea de qué quisieras darle a nuestro panda?

—Sí... Bueno..., realmente no.

Chen se mofó de su respuesta tan insegura y le dio una palmada en la espalada a Kris.

—Llevan seis citas y hemos estado almorzando juntos desde hace como un mes. ¿Cómo no te has aprendido lo que le gusta?

—No es que no lo sepa. Hasta al novio de mi compañero de cuarto le gusta lo mismo y ya me lo sé todo de memoria. Es que cuando pienso en algo para darle, se me van las ideas —su atención se posó en unos pequeños peluches de colección sobre un mostrador.

—¿Cómo se te irían las ideas? —Preguntó Chen entre risas.

—Si sos tan listo —volvió su atención a Chen—, entonces dame opciones.

—Es fácil. Adora los chocolates, el café, las películas de acción y—

—Cosas, Chen, cosas. No sus gustos. No quiero darle sólo chocolates, tiene que ver que pensé en él cuando compré su regalo y no sólo que conseguí lo más fácil.

—Ya, ya, ya. Está bien. Entonces podemos darle un... Ahm... Tiene que ser algo sobre esas cosas de nerds y... ¿Un llavero?

—¿Cómo es que no te has aprendido sus gustos? —Parafraseó burlón—. ¿Cómo se te irían las ideas? Es súper fácil ¿no es así...?

Chen hizo un puchero y puso los puños en su cadera.

—Yo no dije que fuera «súper» fácil. Y no te voy a dar la razón de todas formas.

—¿Por qué no? Es obvio que ninguno sabe qué regalarle.

—Porque no sos oficial. Cuando Tao te diga que sí, entonces te daré la razón. Pero no lo ha hecho, así que no; por más que me agradés, no te daré la razón porque no sos oficial.

—¿Qué demo—? ¿Es en serio?

—Completamente en serio —asintió con una gran sonrisa—. Además de que como amigo yo sí sé qué darle de cumpleaños, vos como su pretendiente estás completamente jodido.

Kris se detuvo en seco y se sintió ligeramente dolido y algo preocupado por lo que sabía que era una broma; sin quererlo le pareció que podría haber una verdad oculta. Sostuvo del brazo a Chen para detenerlo y hacer que lo mirara. En vez de hacer suposiciones, quiso respuestas claras.

—Chen..., ¿realmente viniste para ayudarme?

El aludido se sorprendió ante el repentino cambio de actitud y borró su expresión alegre. Analizó aquella pregunta por algunos segundos y entonces se sintió culpable.

—Oh, mierda, lo siento —admitió con pena—. En serio sólo era una broma, no estoy tratando de sabotearte —suspiró—. Tao me advirtió que tuviera cuidado si hacía alguna broma de esa clase porque podrías molestarte. Pero se me salió, lo lamento. No quise decirlo de esa forma.

Compensación [TaoRis] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora