Capítulo III

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Como era de esperarse, en el almuerzo del día siguiente, Tao y Kai comentaron lo ocurrido la tarde anterior. Los tres se sintieron orgullosos de su amigo por tomar aquel pequeño riesgo social, por animarse a salir de su zona de confort. Y como tal, se lo llevaron de compras porque si Tao tendría una cita, debía ir vestido como tal.

Fueron al centro comercial más cercano, Las castañas, al mismo donde al día siguiente Tao tendría su cita. Tao se sentía un poco incómodo. Chen había faltado a una clase, algo más usual de lo que debería, y a su amigo no le gustaba ser el causante directo o indirecto de eso, por más que Chen insistiera que estaría bien. Baekhyun y Suho se sentían con el deber de hacer que Tao se viera fabuloso y Kai... Kai era el soporte de Tao para que no entrara en una crisis por las ocurrencias de los demás.

Doce tiendas y cinco zapaterías después, Tao aún insistía en que no era necesario ir de comprar por una «simple cita». Chen lo regañó porque sólo tenían una camisa y un par de zapatos y se había negado a aceptar la fabulosa chaqueta que Baekhyun había encontrado para él.

—Pero ya les dije que estoy bien. Tengo suficiente ropa en casa y a todos les consta.

—Nunca es suficiente ropa —sentenció Baekhyun al verlo a los ojos seriamente—. Como mi amigo te vestirás como se debe y Suho pagará todo.

—¡Baekhyun! —Exclamó el nombrado—. No te abusés... —miró de arriba para bajo a Tao y continuó en medio de un suspiro—: Pero es cierto.

—No te ofendás, hombre —le dijo Baekhyun, mientras tomada dos perchas de pantalones de diferente diseños— no es que tu ropa sea fea. Pero no sirve para una cita. Y no soportaría ser amigo de alguien que no sabe vestirse para una cita.

Kai le dio un pequeño golpe a Baekhuyng.

—Eso es ofensivo, idiota.

Suho fue quien respondió: —Claro que no es ofensivo, yo apoyo al señor «antes muerto que sencillo». Si debo comprarle a Tao un armario completo para que se luzca con ese hombre entonces lo haré.

—¿Estás ayudando a Tao o sólo estás presumiendo? —Le contestó Kai, arqueando una ceja.

—Las dos cosas —se rió Chen—. No te preocupés, negro, sabemos lo que hacemos.

—Chicos, sigo aquí.

—Lo sabemos —contestaron los cuatro al unísono.

Montón de exagerados, —resopló Tao— sólo es una salida al cine, no deberían hacer tanto escándalo sólo porque fue un pedido extraño.

­­—No, es porque está guapo —contestó Chen.

Tao pegó un respingo y se pudo colorado. Intentó replicar pero no pudo decir absolutamente nada. Chen se rió y rodeó su cuello con el brazo.

—Atiné ¿no es así? Admitílo, Kris está como quiere.

—¿No eras heterosexual? —Tao arqueó una ceja y se cruzó de brazos.

—¿Y acaso eso me impide darme cuenta de la apariencia de los demás hombres? Uno sabe cuándo otro hombre puede ser su competencia.

Tao lo contempló por un momento, sabía que Chen tenía razón. Se resignó y de paso le advirtió que la próxima que leyera la expresión de su cara tuviese un poco más de tacto al hablar, si no acabaría con un infarto.

Entonces, a pesar de sus quejas tanto internas como externas y cansancio, Tao igual aceptó la ropa que Baekhyun lo hizo probarse y modelar para corroborar que todo calzara a la perfección. Las dependientas se sintieron dichosas por la compra, Suho no se conformó con un solo conjunto y junto a Baekhyun consiguió suficiente ropa de reserva para unas hipotéticas, pero posibles, cinco citas más porque «uno nunca sabe».

Compensación [TaoRis] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora