Capitulo 19

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-¡ITATÍ, CARAJO SAL CON TU AMANTE, VEN Y ENFRÉNTAME, ERES UNA PUTA, UNA MIERDA, TÚ Y TU FAMILIA SON UNA BASURA, VEN Y ATRÉVETE A PEDIRME EL DIVORCIO, ITATÍ..... ITATÍ!

-Bajo las escaleras y veo a Carlos muy desalineado, gritando y forcejeando con mi papá, no pienso permitir esto más ni un segundo más-

-¡¿Qué quieres Carlos?! , ¡Deja a mi papá, no seas cobarde, mírate vienes tomado, no puedes ni con tu vida, tu maldito vicio esta acabemos contigo, y si te lo digo de frente, con MIS HIJOS AQUÍ, QUIERO EL DIVORCIO, YA NO TE SOPORTO!
-ERES UNA DESCARADA, LUEGO DE DARTE LOS MEJORES AÑOS DE MI VIDA, ME PAGAS DE ESTA MALDITA MANERA -grita ya temblando del enojo-

-Con tanta adrenalina en el ambiente, Carlos se abalanza contra mí e intenta pegarme, solo logra darme una cachetada, pues Eduardo se interpone, separándonos y dominando a Carlos pues él está tan tomado que casi se cae solo, todo pasa en cámara lenta, veo a Roberto correr a la entrada de la casa por los de seguridad-

-Llévenselo, y tú Carlos ten por seguro que te voy a hundir, ¡Así sea lo último que haga en mi vida! -grita Don Roberto-
-Ni creas que te dejaré vivir en paz Itatí, jamás. -dice Carlos dirigiéndose a Itatí-

-Subo corriendo a mi cuarto, llorando, pues mi vida es un desastre, me cambio por ropa deportiva y salgo a correr, no me importa la hora que es solo nesecito sacar de mi el estrés que siento, como todos los días tomo la misma ruta, el mismo objetivo de siempre, el mirador, mi morador.
Estoy tan frustrada que estoy corriendo lo más rápido que puedo, recorro la misma ruta, se que he llegado porque miro al señor que día con día esta ahí, el señor de las flores, lo saludo como siempre y continuo con mi camino. Mi mente se distorsiona, comienzo a llorar y no me puedo controlar, llegó al mirador, y me siento en una orilla, ya que hay parqueada una camioneta negra, se me hace raro e incluso desconfío un poco ya que por lo regular nadie visita este lugar, pero, bueno, sólo espero no me vean llorar, pero no me puedo controlar.

-¿Itatí?

-Escucho una voz familiar, me limpió las lágrimas como puedo antes de dar la cara

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