Capítulo 1: Quien soy realmente

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¿Cuántas veces al día puedes declararte de ser él mejor? Tener la certeza de que jamás te equivocarás, pues para eso fuiste creado.

- ¡¡Humm!! – aquel que se encuentra entre mis piernas gime de placer, de delirio, no puede resistirse a aquello que su mente tanto desea, a lo que su cuerpo con desesperación exige.

- ¡¡Ahh!! –  se contrae por completo de placer, pero aun así es mi hechizo el que impide su entera satisfacción – por favormmm, haré lo que sea, no importa el precio ¡¡ahh!! – desea más placer, desea terminar, por eso me ha buscado.

- Suplica, pide, así serás complacido – susurro a su oído, él debe pedirlo.

- Deseo más placermmm, deseo ¡¡¡másss!!! – sonrió por mi proeza pues una vez más he ganado. Deshago el hechizo que impide se complete su placer y doy unas cuantas embestidas más, generando descargas incontrolables en todo su cuerpo, literalmente se convulsiona de placer.

Termina de forma abundante cubriendo parte de su cuerpo y el mío, aquello ha sido delirante para sus sentidos, pues mi poder de demonio intensifica cada roce, cada espasmo, cada sensación.

Hoy por enésima vez en el día he logrado un alma más para aquel infierno que tanto teme el hombre, pero desea por debajo de la piel, pues sabe que los placeres son infinitos en ese lugar.

Soy un demonio con estatus, tengo dinero, tengo placeres y me complace decir que mi profesión alcanza para saciar los deseos de un demonio, me codeo con la gente más rica y pomposa que el mundo humano puede tener, haciendo de su vida un desborde de placeres a cambio de su alma al morir.

A los ojos humanos solo soy un empresario con mucha suerte, a los ojos de mi amo soy un demonio que con su cuerpo toca hasta la más casta piel. Todas las noches busco entre las fiestas y desenfrenos a gente que sea útil para mis propósitos, solo les doy un pequeño incentivo y ellos  caen como mariposas en la red de una araña.

- No te vayas, quédate un poco más – siempre es lo mismo, pero me divierte verlos suplicar, por una caricia más, por un beso, por una sonrisa, creen que yo pierdo algo a dejarlos.

- No te preocupes, aquí estaré – sonrío por su expresión mientras beso por última vez sus labios y me alejo dejándolo de rodillas, ya no se moverá, desde ahora es un muñeco, uno que se saciará solo de placeres, placeres que solo existirán en lo más profundo de su mente, dejándolo sin un mañana, solo eso necesitará, pues es mío ahora.

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Espero les haya gustado el primer capítulo, espero me sigan y trataré de publicar mas seguido...

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