Capítulo 7

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Bueno, pues aquí está. EL FINAL. Me ha costado muuuucho terminarlo, pero por fin ha llegado. Espero de corazón que la espera haya valido la pena.

Muchas gracias a todos los que habéis llegado hasta este capítulo. Gracias por vuestra paciencia y por seguir ahí, conmigo, empujándome hasta el final.

Ojalá os guste.

¡Un abrazo!

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I've been on a long road

With the devil right beside me

Rising with the morning sun

It's a hunger that drives me

Woah Lord, set my soul

Take my pain and turn it into gold

Cause all I know, all I know, all I know is...

Champion

I can take a beating, I'll rise again

Burning through the jungle until the end

I can live forever, I'll rise again

Keep rising up I'm

Champion

I can take a beating, I'll rise again

Burning through the jungle until the end

I can live forever, I'll rise again

Keep rising up I'm

(Champion, Barns Courtney)

Conduce las doscientas tres millas como si estuviera cabalgando un sueño de color rojo: imágenes turbias, pensamientos fragmentados, cubiertos de un velo traslúcido. Hay lugares anestesiados donde antes resonaba el nombre de su hermano. La adrenalina ha tomado el control y su cuerpo funciona como un autómata. Pisar el embrague y meter quinta, girar el volante, luces largas, movimientos forjados por un hábito. Se precipita por la entrada asfaltada derrapando. No sabe cuánto le ha costado llegar (el tiempo ya sólo puede medirlo en los azotes de dolor que nacen desde la Marca), pero está anocheciendo. En la cabaña, custodiada por el cartel que da la bienvenida al Parque Nacional David Crocket, todavía hay luz. Baja del coche, abre el maletero y prepara la mochila con la eficiencia de un sicario. Gasolina y una pistola de bengalas. Hay otros coches. Excursionistas temerarios.

El móvil suena por décima vez. Es Sam y un nuevo mensaje de voz. Lo silencia. Si no lo oye, no existe. Si no lo ve, no tiene que pensar en lo que está haciendo. Pasa por delante de la puerta iluminada del edificio en dirección a la masa boscosa que rodea el aparcamiento, paso militar, mirada concentrada. Percibe el movimiento de una figura corriendo dentro de su visión periférica y a continuación un grito "eh, adónde va, deténgase". Sigue caminando hasta notar una presión sobre su hombro derecho. Se gira con la pistola en la mano para apuntar directamente a la cabeza de un tío de poco más de metro setenta, uniforme marrón y expresión acojonada.

-Ni se te ocurra intentarlo. -Voz fría.

El desgraciado levanta las manos y cierra los ojos, flexionando las piernas como si se estuviera meando en los pantalones. Dean no quiere visitas de la Policía ni llamadas inoportunas de teléfono, así que le golpea en la parte de atrás de la cabeza con un movimiento rápido de la culata. El tipo cae al suelo a peso muerto y Dean se da la vuelta sin molestarse en comprobar si sigue respirando. Ya no importa. Pone un pie en la tierra rojiza y el bosque lo devora.

Luna de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora