Capítulo X

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Gokú y Vegeta habían llegado a la casa del más joven. Ambos habían bajado del auto. Vegeta caminaba con determinación hacia la entrada, pero se detuvo al ver que su pareja no lo seguía. Se dio la vuelta y lo vio ahí parado frente a su coche. Vegeta caminó de vuelta hacia él preocupado.

-Kakaroto ¿qué pasa, cielo?

-Vegeta -tocó su pecho- Esto no se va. Algo va a pasar, y no es bueno.

-No va a pasar nada ¿ok? Tus nervios están jugando en tú contra -Vegeta lo tomó por la cintura y lo atrajo hacia él, para después darle un beso transmitiendo tranquilidad.

-¿Mejor?

-No -le dio otro.

-¿y ahora?

-Un poco.

-Ven, Hay que entrar para acabar con esto de una vez -entrelazó sus manos con las de él y entraron.

-Raditz, ya llegué. Vegeta viene conmigo -silencio- ¿Raditz? -se dirigieron a la sala. Donde vieron al más viejo sentado.

-Ya era hora de que llegaran -Habló Raditz desde el sofá.

-¿y mamá?

-No lo sé -miró a Vegeta- Hola a ti también -saludó al hombre de cabellos en forma de flamas, el cuál sólo lo ignoró.

-¿De qué quieres hablar? -preguntó Gokú.

-Quiero hablar acerca de tú relación con Vegeta.

-Rad...

-Cállate y escúchame -ordenó- Estuvimos investigando y descubrimos algo muy interesante.

-¿Estuvimos? -preguntó confundido.

-Sí Gokú, estuvimos. Turles y yo -lo señaló. Él estaba en el sofá sentado, y Gokú lo había pasado por alto.

-Turles... No te había visto.

-Hola.

-Como sea -habló Raditz- Nunca me convencí de que Vegeta quisiera estar contigo por algo bueno, siempre pensé que había algo oscuro a través de eso -Gokú pudo sentir como Vegeta se tensaba, y eso lo hizo  ponerse más nervioso de lo que ya estaba.

-Así es -siguió Turles- Raditz me pidió que investigara y eso hice. Encontré un chico llamado Trunks.

-¿Trunks? ¿ese no es tú primo? -Gokú miró a Vegeta, pero este no respondió.

-Sí, Trunks Saiyan.

-Al principio no fue fácil hablar con él, pero después de meses de amistad, por fin nos dijo lo que tanto queríamos saber -Raditz sacó una grabadora de su bolsillo- tú también quieres saber ¿verdad, Gokú? -sé acercó a él dándole el objeto, pero Gokú no lo tomó- Vamos hermanito, sólo debes presionar este botón -lo señaló con su dedo- y escuchar la verdad.

-Kakaroto escúchame -Habló Vegeta. El mencionado lo miró- No importa que escuches en esa grabadora, quiero que sepas que te amo, te amo mucho.

-Vegeta me estás asustando -miró rápidamente la grabadora antes de volver su vista hacía su pareja- ¿qué hay ahí?

-Solamente créeme, por favor.

-Ay sí, que tierno -habló Raditz con sarcasmo- eres un falso, Vegeta, y tengo la prueba. ¿Vas a presionar el botón o no, Gokú? -Gokú estiró su mano para tomar el objeto.

-No lo presiones, Kakaroto -Vegeta se lo impidió tomando su mano.

-Vegeta ¿me estás ocultando algo?

-Lo hace, hermanito.

-Raditz yo puedo hablar de esto con él a solas. Sin necesidad de grabadoras.

-Eso debiste de pensarlo antes de ilusionarlo.

-Déjame hablar con él a solas, te lo suplico.

-No, señor. Sí tanto lo amabas, podías habérselo contado hace mucho.

-Raditz, presiona tú ese botón y ya -comentó Turles algo desesperado. El mencionado obedeció y lo presionó.

Inmediatamente empezaron a escuchar un audio, era una conversación entre Raditz y Trunks, en la que él decía que Vegeta en su venganza hacia Raditz, le daría dónde más le iba a doler, y ese era Gokú.

-Vegeta -habló Gokú soltando sus manos- Dime qué esto es una mentira -habló con un hilo de voz- por favor -sentía como su vista se nublaba. Este solo lo miró unos segundos antes de hablar.

-Lo lamento, Kakaroto, pero no. No era una mentira, yo quería vengarme de él.

Gokú sentía como su corazón sé rompía en pedacitos, y su mundo de fantasía era destruido en segundos. No podía creer lo que Vegeta le estaba diciendo, había sido SU juguete.

-¿Nunca me amaste? ¿Cómo te atreves a hacerme esto? -Gritó enojado mientras sus lágrimas descendían por sus mejillas.

-Ángel yo... -sintió ardor en su mejilla.

-No me vuelvas a decir así, jamás.

-Déjame explicarte -pidió desesperado.

-¡No necesito que me expliques nada! Ya lo entendí todo. Jamás me quisiste, sólo fui una diversión para ti. ¡Yo te quería de verdad, Vegeta!

-¿y tú crees qué no te quiero?

-Vete -exigió.

-¿qué?

-¡Qué te largues de mí casa! -ordenó.

-No, No me voy hasta que me escuches.

-No tengo nada que escucharte, ya no tienes porqué seguir restregándome en la cara que lograste tú cometido. ¡Felicidades! -subió a su habitación lo más rápido que pudo.

Pasó el seguro y se acostó en su cama llorando está vez mucho más fuerte, odiándose una y otra vez por haber sido tan estúpido.

¿Cómo pudo haber creído que Vegeta lo amaba?

JUGANDO CON SUS SENTIMIENTOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora