Capítulo XIII

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-¿Cómo se te ocurre hacer eso? ¿sabes qué ahora será más difícil todo, no? -hablaba Krillin con alguien del otro lado de la línea telefónica.

Ya estaban en casa del menor. Gokú había subido a su habitación a guardar su traje para el baile, y para refrescarse la cara.

-Piensa bien que es lo que vas a hacer, porque el baile es la semana entrante, y no sé que decirle para convencerlo de que vaya después de la escena entre su ex y su hermano -comenzó a escuchar pasos bajar las escaleras- Él quiere olvidarse de esa relación, así que necesito tú ayuda. Debo irme, ahí viene Gokú, adiós -colgó.

-¿Con quién hablabas? -preguntó Gokú apareciendo en la sala.

-Gente sin importancia -dirigió su vista cierto objeto que llamó su atención- Gokú ¿qué es eso? Dime por favor que no es lo que pienso.

-Pues sí, es lo que piensas. Lo encontré en el bar de mi papá.

-Gokú, no puedes beber eso, tú nunca haz bebido, y esto es demasiado fuerte para ti ¿por qué quieres hacerlo?

-Porque dicen que el alcohol te ayuda a olvidar, y eso es lo que quiero.

-No, Gokú -le quitó la botella de las manos- No te vas a volver un borracho por culpa de ese idiota. Además, mañana hay escuela.

-¿y? Sólo están asistiendo los que tienen notas pendientes y recuperativos, yo no soy parte de ellos.

-Pero... podrías ayudar a Gohan.

-Krillin, aprecio tus intenciones de que me olvide de Vegeta, pero esto es más difícil de lo que parece, y ni siquiera sabemos que intenciones tienen Gohan conmigo.

-A mí me parece un buen muchacho.

-Así pasó con Vegeta, y mira como terminé -le quitó la botella de las manos.

-Dame eso -intentó quitársela.

-No, quiero olvidar mis penas solo un momento -su amigo suspiró.

-Gokú, escúchame -lo hizo sentarse en el sofá y él imitó la acción- Sé que no estas pasando por un buen momento, pero piensa un poco por favor. Vegeta no será la única persona que conozcas. Gokú eres un chico muy lindo, tanto chicas como chicos, quieren conseguir tú atención, así sea por unos segundos -Krillin levantó su mano para acariciar la mejilla del otro- No dejes que Vegeta te evite ver lo hermoso y valioso que eres.

Ambos se miraron unos segundos, sin embargo; sus miradas eran distintas a lo habitual. No sabían de manera exacta que estaba ocurriendo, pero sentían que todo a su alrededor desaparecía, como sí solo existieran ellos dos, no lograban comprender porqué en ese instante no deseaban mirar hacía otro lugar que no fueran los ojos del otro.

Sus rostros empezaron a acercarse lentamente hasta sentir como sus respiraciones se mezclaban ¿Acaso podían ser conscientes de aquel acto que estaban a punto de realizar? La respuesta era muy obvia: No. Ninguno lo era.

Gokú bajó su mirada a los labios de Krillin, sintiendo un inexplicable deseo de probarlos, dio una ojeada rápida al rostro de su amigo, y pudo notar que éste se hallaba en la misma situación de él.

No queriendo esperar más, dos pares de ojos fueron cerrados de manera lenta, a la vez que dos labios se rozaban, estando a punto de tocarse, el celular de uno de ellos sonó, trayéndolos a la realidad inmediatamente.

-¿H-hola?... Sí, sigo aquí en su casa... ¿tiene qué ser ahora mismo? -miró a su amigo quién aún lo observaba desconcertado.

¿¡Quién no lo estaba!? ¡Estuvo a punto de besarse con su mejor amigo! ¡Con Krillin! Pero ¿Por qué? Gokú comenzó a meditar lo ocurrido. Ninguno había mostrado signos de que quisieran algo más allá de la amistad, y bueno... A pesar de que el más bajito era atento, se preocupaba, tenía un gran afecto hacía su persona, y estaba muy agradecido por todas sus atenciones, él no sentía nada por su amigo.

JUGANDO CON SUS SENTIMIENTOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora