Cap.3 Touso Kaoru

35 6 0
                                    

Murui no perdió ni un segundo en las gradas, y salió en busca de Aomine. Su corazón estaba acelerado, y no había más que preocupación en sus ojos. El moreno no podía haber ido tan lejos... ¿O sí?

"¿¡Dónde estás!? ¡Aomine!"

En cuanto estuvo a las afueras del recinto, sus labios quisieron gritar su nombre, pero recordó que ni siquiera eran amigos como para llamarlo por su apellido.

"Solo quiero saber si está bien."

- Aomine ¿Dónde estás?

El sol ya estaba oculto cuando Aomine Daiki salió del gimnasio por la puerta trasera, llevaba puesta la sudadera del equipo, y los pants largos. El viento agitaba las copas de los árboles, los aislados faros le brindaban cierto consuelo, le permitían pensar mientras caminaba bajo su luz.La fría brisa acarició su nuca, y cada centímetro de su piel se estremeció. El camino hasta su hogar era largo, pero al menos estaba solo... Se dijo a sí mismo que eso era mejor que nada.

- ¿Qué se supone que fue eso, Shin? - Midorima no respondió. En realidad, estaba tan sorprendido como él, como la audiencia, como los jugadores del equipo contrario, y los del suyo propio - ¿Shin?

- No le des importancia Takao. Tenemos un juego que ganar.

Midorima se ajustó lasgafas, y se dirigió a la cancha seguido por Takao. La segunda mitad del juegoestaba por comenzar, y fuera del gimnasio, cierta chica de cabello negroesperaba encontrar a cierto ojiazul.


El despertador sonó a la misma hora en ambas habitaciones, ambas diferentes, ambas de colores contrarios, como la luz y la oscuridad. Aomine apagó el ruidoso aparato de un golpe, haciendo que cayera al suelo, mientras que Murui apenas y lo tocó. La azabache se levantó y realizó algunos estiramientos frente al espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, su pijama se contraía y se estiraba de acuerdo a sus movimientos. Por su parte, el jugador de básquetbol se mantuvo entre sus sábanas.

- ¡Daiki, ya levántate! ¡Llegarás tarde a la escuela! - Aomine colocó la almohada sobre su cabeza. Esperaba impedir que los gritos de su madre llegaran a sus oídos - ¡Daiki!

Un gruñido seco salió de su garganta, aventó la almohada al suelo mientras se sentaba en el borde de la cama, y se recordó a sí mismo, mientras despeinaba su cabello, que debía comprar unos tapones para los oídos, o hacer su habitación a prueba de sonido.

- ¡Ya voy madre! - gritó, frotando sus ojos con el torso de su mano.



- ¡Qué te vaya bien hija!

- ¡Gracias mamá! - Murui saludó a su madre y se encaminó a la escuela. Su cabello negro resplandecía con el sol, y su uniforme estaba impecable.

La azabache levantó sus manos hacia el sol, y observó las vendas en ellas. Después, volteo a ver los curitas que ahora cubrían los raspones de sus rodillas, y se preguntó si debió vendarlas al igual que sus manos.

-Bueno, será solo por un rato.

Por el lado contrario, Aomine bostezaba mientras caminaba hacia la academia. Su uniforme estaba holgado, y desarreglado, al igual que su cabello. Sus ojos luchaban por permanecer abiertos, y la idea de dormir en la azotea llegó a su mente con rapidez. El celular del moreno sonó, y su ceño se frunció al ver el nombre que aparecía en la pantalla.

"Satsuki... Otra vez"

Dejó que el celular sonara. La pelirosa no había dejado de llamarlo desde ayer, y no estaba dispuesto a escuchar sus regaños y lamentos desde temprano, así como tampoco lo estuvo ayer por lo noche. Su teléfono volvió a sonar y juro por lo bajo. Si era Satsuki de nuevo, estaba dispuesto a "perder" su teléfono a propósito, pero para su sorpresa, quien lo llamaba era el ex capitán de Teiko. Akashi Seijuro.

Playball With YOU [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora